Ahora, vuelve a debate la carrera de J.K. Rowling después de la publicación de su nuevo libro The Ink Black Heart, el cual relata la historia de una creadora de contenido que es cancelada por sus fans, quienes la acusan de transfóbica.
Para la autora, este libro es una forma de hablar sobre el tema del hostigamiento y acoso por parte de las personas que acusan a su personaje, pues en la novela escaló tanto la violencia que fue apuñalada.
Tras diversas controversias por su posición ante la comunidad trans, J.K. Rowling ha recibido en sus redes sociales de forma masiva comentarios de odio por parte de los fans. Meses atrás la autora pidió que dejaran de acosarla, ya que incluso ha recibido amenazas de muerte e hicieron pública la dirección de su casa, esto con la intención de agredirla.
La cancelación en una cultura patriarcal
En artículos de La Cadera de Eva se menciona que la autora de Harry Potter ha sido cancelada por sus comentarios en Twitter, sin embargo, nos preguntamos ¿la cultura de la cancelación es un acto patriarcal?
“La postura de J.K. Rowling debería repensarse tomando en cuenta el contexto en que ella se inserta, en el contexto en el que se escribió Harry Potter y en el contexto en el que se insertan las personas que la están criticando” dijo Brenda Aguirre, comunicóloga feminista, para La Cadera de Eva.
En 2019 fue que la autora comenzó a involucrarse en estas controversias, sin embargo, los comentarios emitidos por J.K. Rowling tienen un trasfondo político y personal, de acuerdo con Brenda Aguirre. Dichos comentarios hacen referencia al reconocimiento de las violencias ejercidas contra las mujeres basadas en su sexo, es decir, por la carga social que se impone por el simple hecho de ser mujer, de acuerdo con teóricas feministas.
En diversas entrevistas, la autora ha mencionado que vivió violencia física y psicológica por parte de sus parejas, además de haber experimentado la violencia machista de la industria editorial.
J.K. Rowling se ha involucrado en temas de violencia hacía las mujeres basadas en su sexo porque ella las vivió así. Cuando ya se iba a publicar el primer libro de Harry Potter, ella sufrió de violencia misógina e incluso patriarcal, pues la editorial le mencionó que se publicaría con sus iniciales ya que afirmaban que un libro escrito por una mujer no sería vendido, comentó Brenda Aguirre en entrevista.
En redes sociales, foros y textos académicos de feministas, en apoyo a la autora, han explicado que la posición política de J.K. Rowling no es transfobia, pues el reconocimiento de las mujeres como víctimas y sobrevivientes de violencias ejercidas en razón de su sexo no nulifica la identidad de otras disidencias.
Pensadoras feministas como Marcela Lagarde, hacen hincapié en que hay que tener claridad respecto a la diferencia entre sexo y género, pues a pesar de que las disidencias también son víctimas de estas violencias, no hay que comparar quién sufre más sino de dónde y quiénes ejercen dichas violencias, afirman.
“No puedo negar que muchos de estos argumentos de la violencia basada en el sexo no se utilicen de forma transfóbica, porque sí puede haber transfobia dentro del feminismo así como hay misoginia dentro de la comunidad LGBT, porque sí la hay”, afirmó Brenda Aguirre.
Las violentas consecuencias de la cultura de la cancelación
En The Ink Black Heart, Rowling le presenta a su audiencia a la reconocida caricaturista Edie Ledwell, quien tras sus ilustraciones tachadas de transfóbicas y racistas, se ve expuesta a amenazas de muerte por parte de quienes antes eran sus fanáticos.
La historia termina trágicamente con la muerte de la creadora tras ser apuñalada. La novela hace referencia a los "guerreros de la justicia social" y sugiere que Ledwell fue víctima de una campaña de odio fríamente calculada y alimentada políticamente en su contra.
En el blog The Rowling Library, J.K. Rowling sostiene que cualquier similitud entre su propia vida y The Ink Black Heart es solo una coincidencia, indicando que sus experiencias no han sido trasladadas a la ficción.
La autora reconoció, que "un par de cosas que sucedieron en este libro me han acabado sucediendo desde entonces", explicando que, cuando escribió el libro, este asunto aún no había estallado. "Me gustaría dejar muy claro que no he escrito este libro como una respuesta a nada de lo que me pasó", comenta la escritora.