Entre lágrimas y un discurso aparentemente inestructurado que saltaba de un tema a otro, el rapero Kanye West habló del aborto, durante su primer acto de campaña hacia la presidencia de Estados Unidos, que tuvo lugar en Carolina del Sur.
El cantante causó polémica al referirse al aborto como algo negativo, siendo que en Estados Unidos el aborto es legal en todos los estados por la sentencia de la Suprema Corte, dictada en enero de 1973 a partir del caso Roe contra Wade. Además, desde septiembre de 2018, expertos en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declararon que los Estados de todo el mundo deben actuar ahora para despenalizar el aborto y garantizar que mujeres y niñas tengan derecho a tomar sus propias decisiones sobre el embarazo.
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El rapero se puso a llorar al declarar que su padre quiso abortarlo y que incluso él pensó en abortar a su hija, dijo “Ella [Kim Kardashian, madre de su hija] tuvo la píldora en sus manos, esa pastilla que tomas y es el final. El bebé se ha ido”. Durante su discurso habló del aborto igualandolo a un asesinato, con frases como “¡Casi mato a mi hija!”.
West habló de la legalidad del aborto tomando una postura religiosa, afirmó “El aborto puede ser legal porque ¿adivinen qué?, la ley es cosa de Dios de todos modos…”, señalando de manera implícita que de todas maneras habrá un castigo por parte de Dios a quienes vayan en contra de lo señalado por la religión, creencias que siguen igualando el aborto al asesinato y estigmatizando las decisiones que las mujeres toman sobre su propio cuerpo.
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El ahora contendiente a la presidencia de Estados Unidos, afirmó que debería existir la opción del “aumento máximo” una medida que de apoyo para desincentivar el aborto “sería que todas las que tuvieran un bebé recibieran un millón de dólares o algo así”.
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Las declaraciones del rapero se convierten en polémica apenas unas semanas después de que La Suprema Corte de Estados Unidos aprobara que los empleadores y empresas puedan negarse a proporcionar anticonceptivos gratuitos a sus trabajadores, amparados en sus creencias religiosas o morales. Lo anterior debido a que algunos conservadores consideran los anticonceptivos iguales al aborto.
Con información de: RTVE Noticias