En 2017, una marca de preservativos hizo una encuesta sobre satisfacción y descubrieron que solo 24 de cada 100 mujeres alcanzan el clímax en todas sus relaciones, mientras que el 61% de hombres lo hace. Lo sorprendente es que más del ochenta por ciento de las mujeres se dice “satisfecha” con la frecuencia de sus orgasmos.
Ya en 2018 un estudio publicado en la revista de la Academia Internacional de Investigación Sexual comparó el nivel de satisfacción de hombre y mujeres en experiencias heterosexuales, homosexuales y bisexuales. Los resultados son similares, el grupo que más frecuentemente alcanza el éxtasis erótico es el de los hombres heterosexuales, en 95 de cada 100 relaciones. El siguiente grupo, son las mujeres en relaciones lésbicas (86%) y al final, están las mujeres en relaciones heterosexuales, que alcanzan el clímax sólo el 65% de las veces.
Recientemente, la Universidad Rutgers de Nueva Jersey D hizo un nuevo estudio en el que, además de la frecuencia, evaluó la expectativa y el deseo por alcanzar el orgasmo. Los resultados son más claros y lamentables, mientras menos frecuente sea para una mujer alcanzar el clímax en una mujer, menos expectativas tendrá de alcanzarlo, perpetuando la disparidad, o la “brecha orgásmica” en la pareja. Esto explicaría también los encontrados en 2017, si las mujeres tienen menos expectativas, también se “conforman” con menos.
Una de las autoras del estudio, Grace Wetzel, ha resaltado también la falta de estudios respecto al placer sexual con enfoque en cuerpos y personas no normativas.
¿Por qué existe la brecha orgásmica?
Aunque varios estudios sugieren que los hombres sí están interesados en que sus parejas gocen de los encuentros, los mismos muestran que ellas no se sienten cómodas hablando abiertamente de sus deseos y necesidades.
Una encuesta realizada en México indica que al menos la mitad de las mexicanas han fingido un orgasmo durante un encuentro heterosexual. Los dos grandes motivos para fingir, de acuerdo con el mismo estudio, es que su pareja es muy “impaciente” o que quieren que el encuentro termine rápido. Incluso, muchas mujeres declaran sentirse culpables por “tardar mucho” o no lograr alcanzar el clímax, por lo que deciden fingir.
Estos estudios se suman a diversas fuentes, como el Instituto de estudios para el desarrollo y la organización “The Pleasure Project”, quienes han resaltado la tendencia cada vez mayor a que los y las jóvenes, obtengan información sexual a través de la pornografía, la cual les ofrece una visión equivocada sobre intimidad, placer mutuo, sexo seguro y consentimiento, entre otros. Esta tendencia no únicamente daña a los chicos, también a las jóvenes que no cuentan con herramientas para hablar sobre sus deseos, o para reconocer conductas y dinámicas violentas dentro de sus prácticas sexuales; lo cual las hace más vulnerables a ser víctimas de violencia sexual y emocional por parte de sus parejas.
¿Cómo cerrar la brecha?
Tanto la brecha de las expectativas como la del orgasmo mismo, se solucionan mediante el reconocimiento y comunicación de nuestros deseos y necesidades, dicen las expertas.
En este sentido, el acceso a una educación sexual abierta y responsable es la mejor herramienta, tanto para niños, niñas y adolescentes, como para los adultos. Reconocer la importancia de conocer nuestros cuerpos, tanto a nivel biológico como psicológico, para explorar e identificar qué es lo que nos produce placer y poder comunicarlo a nuestras parejas.
Hablar sin tabúes del placer y la salud sexual, reconociendo la diversidad de cuerpos y deseos, nos ayuda a romper los mitos que nos impiden gozar plenamente de nuestra sexualidad.