Históricamente las mujeres han sido discriminadas en sus espacios laborales por embarazarse, en el deporte la discriminación y penalización por maternidad es una problemática a la que muchas deportistas profesionales se enfrentan a lo largo de su carrera. 

Equipos deportivos y patrocinadores constantemente condicionan el apoyo brindado a las mujeres haciéndoles prometer bajo contrato que no quedarán embarazadas, algunas mujeres han sido sometidas a anticoncepción hormonal para conservar a sus patrocinadores o para conservar su lugar en el equipo.

Si bien, las deportistas de alto rendimiento dedican muchas horas al entrenamiento y a las competencias, también es verdad que se les hace renunciar, implícita o explícitamente,  a otro tipo de aspiraciones personales, como el convertirse en madres. 

El caso de Allyson Félix

Allyson Félix es una atleta estadounidense, en la prueba de 200 metros se posicionó como subcampeona en Atenas 2004 y Pekín 2008. Posteriormente se coronó como campeona mundial en Londres 2012. Actualmente acumula seis oros olímpicos. 

Tras conseguir sus últimas dos medallas de oro en Río 2016, Allyson decidió convertirse en madre, su hija nació en noviembre de 2018. Meses más tarde la atleta se sumó a una oleada de denuncias de otras compañeras deportistas.  La velocista contó para The New York Times que Nike (su marca patrocinadora) le había ofrecido un nuevo contrato a la baja (un 70% inferior) tras decidir ser madre. 

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Aunque Allyson pidió garantía de que no sería penalizada si bajaba su rendimiento en meses anteriores o posteriores al parto, la respuesta de la marca fue negativa.

Después de volver a competir, Allyson Félix decidió poner fin a sus negociaciones con Nike y hacer una denuncia pública sobre la actitud de la marca frente a su embarazo. Gracias a esa denuncia, el vicepresidente de marketing global de Nike le envió una carta para anunciarle una nueva política contractual no discriminatoria, con lo que asumían haber tenido responsabilidad en el caso de Félix.

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Para muchas deportistas, los patrocinios otorgados por marcas deportivas como Nike son fundamentales para cubrir los costos de competencias nacionales e internacionales, por lo que ofrecer menos dinero por haberse embarazado representa no sólo un acto discriminatorio sino también, un atentado contra su economía y sus posibilidades de continuar abriéndose paso como profesionales del deporte. 

Cláusulas anti embarazo en el deporte

En países europeos como España la visibilización de la discriminación por embarazo en las mujeres deportistas no es reciente, a través de diversos medios se ha señalado que, obligar a las mujeres a no embarazarse bajo amenaza de quitarles su trabajo o darles una menor remuneración económica arremete contra su libertad de decisión

María José López, abogada de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto (Ajub) dijo en entrevista para El País, que las mujeres deportistas sufren una doble discriminación, es decirl la discriminación por el hecho de ser mujeres y la discriminación por el hecho de ser deportistas.  

Fotografía tomada de internet.

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Esta discriminación se hace visible en la famosas cláusulas antiembarazo, con las que, el club que contrata a una jugadora de fútbol, baloncesto u otros deportes obligan a las mujeres a no embarazarse. Si rompen el contrato pueden ser despedidas sin indemnización. El miedo a perder sus empleos y sus sueños de convertirse en grandes deportistas obliga a las mujeres a guardar silencio y aceptar las cláusulas anti embarazo de sus contratos. 

“Yo descubrí tres contratos de ese tipo cuando tramité unas denuncias por impago”, dijo López en entrevista para El País, “Luego, en voz baja, me dicen que hay muchas más, pero ninguna se atreve a denunciar”.

Algunas organizaciones y personas con poder de decisión han impulsado iniciativas para que el gobierno español tome cartas en el asunto y se eliminen las cláusulas anti embarazo de los contratos de las deportistas. 

Discriminación por ser madres y deportistas

Las mujeres deportistas enfrentan problemas para lidiar con la vida privada y la maternidad sin descuidar su rendimiento físico-deportivo, pero muchas veces los entornos deportivos dificultan aún más la maternidad de las atletas.

Fotografía tomada de internet.

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Acciones simples pero fundamentales para el cuidado de la infancia como amamantar, son duramente penalizadas en el ámbito deportivo, espacio que muchas veces no está acondicionado para que las madres puedan continuar su labor maternal a la par de sus entrenamientos o competencias. 

Ejemplo de lo anterior fueron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque al principio se aseguró que las madres podrían amamantar a sus hijos durante las competencias, las condiciones para llevar a sus hijos a Tokio eran muy restrictivas. 

En redes sociales, la jugadora de canadiense de baloncesto, Kim Gaucher, publicó que los fans sí iban a poder verla en Tokio menos su hija de tres meses, porque no podría llevarla. La jugadora publicó en su cuenta de Instagram: 

"El COI (Comité Olímpico Internacional) me está forzando a tomar una decisión muy dura "no acudir a estos Juegos Olímpicos o pasar 28 días en Tokio sin mi hija, a quien estoy amamantando".

El permiso de poder llevar a los niños  era muy restrictivo, la condición del gobierno de Japón fue que los bebés no podían alojarse con sus madres en la villa olímpica, sino en un hotel fuera de la misma, confinados a una estricta cuarentena.

"Para que yo vaya a amamantar a Kai cuando lo necesite durante el día tendría que salir de la villa olímpica e ir a su hotel, arriesgando la salud de mi equipo", reclamó la nadadora Ona Carbonel.

Las mujeres deportistas no sólo se enfrentan a la discriminación por embarazarse o tener intenciones de maternar, sino que también, una vez que se convierten en madres, deben lidiar con la discriminación en los espacios deportivos, que no están adecuados para que las madres deportistas puedan tener cerca a sus hijos o hijas. 

Con información de: El País y El Mundo