Muchas veces los deportistas de alto rendimiento se convierten en figuras heroicas para sus países y en modelos a seguir para las infancias. Aunque detrás de cada deportista existe una historia de lucha y perseverancia, existen historias extraordinarias, como la de la nadadora Yusra Mardini, quien es parte de la Federación de Refugiados.
Yusra viajaba a bordo de una embarcación precaria junto con su hermana y otras 18 personas, su objetivo era escapar de Siria, pero en medio del mar Egeo, las hermanas Mardini se vieron en la necesidad de saltar al agua para salvar su vida y la vida de las otras 18 personas.
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Meses después de esa hazaña la nadadora se encontraba compitiendo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, junto a las mejores deportistas del mundo. Ahora es una de las mujeres más admiradas en el mundo de los deportes olímpicos y es reconocida por ser la heroína de esa embarcación.
Nadadora desde siempre
"Nadaba antes de aprender a andar", asegura Mardini, quien empezó a nadar desde los cuatro años de edad. Su padre trabajaba en Siria como entrenador de natación, él le inculcó a sus dos hijas el amor por el agua. "Aprendí desde muy pequeña que nadar es mi vía de escape en la vida", asegura la nadadora.
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Su vida que tomó un rumbo inesperado al estallar la guerra en 2011, cuando los bombardeos en Siria se convirtieron en la nueva normalidad. Un día, una bomba destruyó la casa familiar. Otro día, un proyectil voló el techo de la piscina donde entrenaba. La situación se volvió insostenible.
En agosto de 2015 Yusra y su hermana Sarah partieron para buscar un futuro en paz, dejando atrás su vida en Siria. Apretadas en una barca junto a otras 18 personas, partieron para cruzar el mar Egeo en dirección a Grecia. En mitad de la nada, cuando llevaban 30 minutos de travesía, el motor se negó a seguir funcionando y el bote quedó a la deriva.
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La embarcación amenazaba con zozobrar y la mayoría de los pasajeros no sabía nadar. Las hermanas Mardini se lanzaron entonces al agua para empujar la embarcación en busca de tierra firme. Con el esfuerzo de las hermanas, exhaustas y muertas de frío, avistaron la costa de Lesbos tres horas y media después.
"Habría sido vergonzoso si la gente en nuestro bote se hubiera ahogado", contó Mardini en entrevista para ACNUR. "Había gente que no sabía nadar. No iba a quedarme sentada y a quejarme de que me iba a ahogar. Si me iba a ahogar, al menos lo haría habiéndome sentido orgullosa de mí y de mi hermana", agregó.
Nadar para el equipo de Refugiados
El Equipo Olímpico de Atletas Refugiados de creó hace cinco años, ahora, los diez refugiados que participaron en Río se multiplicaron para los Juegos Olímpicos de Tokio, conformando un equipo de 29 atletas, entre los que se encuentra Yusra Mardini
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"No hablamos el mismo idioma y somos de diferentes países, pero la bandera Olímpica nos une a todos y ahora estamos representando a 60 millones de personas alrededor del mundo. Estamos muy felices juntos como equipo", afirmó Mardini en los Juegos de Río.
Con información de: eldiario.es
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