El clásico familiar de Matilda se abrió camino en el cine hollywoodense y se convirtió en una de las películas más amadas de chicos y grandes, y es que, cómo no sentir un profundo amor por personajes entrañables como Matilda, los compañeros de clase y por supuesto, Miss Honey (la señorita miel)
Inspirado en el clásico “Matilda“ escrito por Roald Dahi, este cuento ha sido adaptado en teatro, series, musicales y recientemente, fue acogida de la mano del gigante del streaming, Netflix.
Matilda volvió a ser un tema coyuntural, especialmente, para las generaciones de los noventas que recordaron con melancolía a Miss Honey y todas aquellas cualidades que cuando niños, no notaron en el personaje.
Los usuarios señalaron que el hecho de ver a Miss Honey como una mujer independiente, autónoma e inteligente fue una motivación muy grande para las niñas que anhelaban, al igual que ella, tener su propio hogar y no depender de un tercero.
Estos comentarios llegaron a oídos de la actriz Lashana Lynch, quien interpreta a la nueva señorita Miel y señaló que eso la inspiró aún más para desarrollar un personaje con el que todxs se pudieran sentir representados e inspirados.
“No era algo de lo que estuviera al tanto hasta que vi algunos comentarios online, cuando fui elegida para ser la señorita Miel, una amiga queer me llamó emocionada para decirme que la señorita Miel era todo un ícono e inspiración”
Sobre ser feliz y la soledad
La señorita Miel no sólo es un personaje que se nos mostró con actitudes positivas, el trato cálido a las infancias y su amor por la lectura, sino también, la conocimos como una mujer soltera que disfrutaba de beber té y después, la pequeña Matilda se uniría a ella para ser su compañera, amiga e hija.
En las películas encontrarse con la connotación negativa de la mujer soltera es un cliché popular. La mujer que busca desesperadamente encontrar el amor para la cena navideña, la mujer bibliotecaria que vive triste rodeada de gatos, o aquella mujer que tras una mala racha en el amor, se vuelve una mujer mala hasta que inesperadamente, un galán principesco aparece y la hace cambiar de parecer; todo este concepto oscila siempre entre la vergüenza de ser soltera y el deber -obligatorio- de tener pareja.
En una conversación para la revista Verne, la directora del Master Género y Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, Juana Gallego explica que la mujer que tiene un proyecto de vida es considerada egoísta al ir en contra de rol de género que supuestamente, le corresponde.
"Una mujer sola siempre ha sido sospechosa. Se ha construido la idea de que las mujeres no deben tener un proyecto de vida propio sino enfocado a los demás. Si lo desafían, se les acusa de haber traicionado su rol de género"
La mujer que decida no tener a su lado a un hombre que represente su validez ante la sociedad y que no perpetúe la familia nuclear patriarcal será señalada y presionada, el documento “La soltería en mujeres de mediana edad” señala que esta situación ha sido tan devastadora para la mujer que comenzamos a valorarnos como seres desemparejados e incompletos.
La reducción de la mujer a un objeto que se debe poseer y el rol obligado de la maternidad continúa siendo una parte importante de la construcción de nuestra identidad como mujeres, reconoce la escritora y catedrática de la Universidad de Costa Rica, Cecilia Villareal Montoya.
La señorita Miel fue un ejemplo que descolocó todo este concepto de "la mujer soltera" vendido de los medios masivos de comunicación y reafirmó que la mujer independiente y soltera es feliz, alejada de todo el cliché de buscar el amor o sentirse incompleta por no tener una pareja.
Por esto y más, la figura de la señorita Miel fue muy bien recibida, convirtiéndola en una parte icónica de la cultura popular que instauró en el pensamiento de millones de infancias y adolescencias una nueva idea de la plenitud y la familia, reafirmando esto último cuando decide convertirse en la madre de Matilda para ofrecerle una crianza llena de amor, responsabilidad y respeto.