Los derechos sexuales y reproductivos se derivan de un marco de derechos humanos, que establecen un garante de igualdad, libertad y dignidad para todas las personas. Aquellas naciones que se suscriben a los mismos deben colocar diferentes acciones de Estado, los gobiernos y las políticas públicas para garantizarlos. Estos derechos no están a debate, es menester del Estado ejercer sus funciones para que la ciudadanía pueda ejercerlos. De manera somera se relacionan con el derecho a la salud, a la información, a la libertad de pensamiento y de elección, en todo lo relacionado con la sexualidad y la reproducción de las personas.
En 1994, en La Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo, es cuando se reconocen formalmente estos derechos, sin embargo, en muchos lugares del mundo existe hasta el día de hoy una oposición por parte de diferentes grupos de corte conservador, identificados con pensamientos religiosos.
Lee: Los estigmas sociales de la paternidad y maternidad adoptiva
¿Qué se entiende por familia?
Hay una querella entre grupos conservadores y las libertades que se proponen desde un discurso de derechos humanos. Esto se refleja en la actividad constante de diferentes grupos de la sociedad civil organizada que defienden los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTI+ y los grupos conservadores que se oponen al avance de estos derechos, por así considerar ir en contra de sus preceptos fundamentales; que desde una base teórico conceptual el problema se centra en el tema del derecho a la vida.
La familia, la vida, temas importantes para estos grupos conservadores, aduciendo que la defensa de los derechos sexuales y reproductivos atentan contra la vida. El problema de manera esencial se centra de manera conceptual pues ¿qué se entiende por vida? ¿La vida de quién es más importante o se debe priorizar? ¿Qué es la familia? ¿Qué se entiende por familia?
El debate es consistente en estos temas, para estos grupos conservadores, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la interrupción legal del embarazo, el acceso a la información de temas de sexualidad y reproducción a menores de edad en su carácter de derecho a la educación es dañino para niños y niñas. Desde estos fundamentalismos, se pone en peligro la continuidad de la vida humana y coloca a la humanidad en una suerte de pecado social en donde se puede prever un castigo divino catastrófico.
Cabe señalar que desde una perspectiva de derechos humanos, en particular aquellos que velan por los sexuales y reproductivos están sustentados desde una perspectiva de género, son una manifestación del avance de una teoría, de un análisis sistemático para entender que existe un orden social denominado patriarcado que colocó a las mujeres en una posición de subordinación, ocasionando discriminación y violencia hacia las mujeres y la comunidad LGBTI+.
Aunque, continuando con el debate de las ideas, una parte de estos grupos conservadores y/o fundamentalistas han desprestigiado las bases conceptuales y sistemáticas de la perspectiva de género y de los derechos humanos, denominándolos como ‘Ideología’, pues tiene el propósito de llevar una agenda a diferentes esferas de la vida social para ganar espacios políticos claves en los gobiernos, es decir, es una lucha por el poder político y económico.
Lee: Jazz Bustamante en huelga de hambre para visibilizar crímenes de odio
La necesidad de un Estado laico
En México el catolicismo tiene mucha influencia dado que la mayoría de la población se identifica con la religión católica, pero es indudable que está perdiendo peso; las llamadas minorías religiosas están adquiriendo cada vez más espacio en las creencias de las personas, diferentes grupos evangélicos están teniendo una afanosa acción en el ámbito político en muchos lugares del mundo y en América latina en particular. Por esta razón, se considera que el fortalecimiento de fundamentalismos político religiosos, el avance de grupos de derecha en México y América Latina pone en peligro el avance de los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTI+.
La disputa de grupos denominado pro-vida y pro-derechos se manifiesta en las redes sociales, en las conversaciones cotidianas entre las personas, así como en el ámbito político formal. Poniendo en entredicho los derechos fundamentales, por lo que es necesaria la actuación oportuna de un auténtico Estado laico que sea el instrumento que garantice la libertad de creencias, sin que se imponga unas creencias sobre otras y que avale los marcos jurídicos de los derechos fundamentales de las personas, lejos de sus creencias religiosas.
Lee: Vandalizar la indiferencia
*Tania Meléndez es socióloga, Maestra y Candidata a Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente en la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: Sociología de la Familia, Sociología de la Religión, Perspectiva de Género, Cambio social y cultura.
Twitter: @MelendezTania20