Semanas antes de que se anunciara un confinamiento a causa de la llegada de la pandemia por el nuevo coronavirus a México, la lucha de las mujeres se encontraba en el pico más alto de una constante de marchas y exigencias para erradicar la violencia machista.

El 8 de marzo, sólo 10 días después de que fuera confirmado el primer caso de covid-19 en el país, miles de mujeres protestaban y se conglomeraba en las calles de la Ciudad de México en una de las manifestaciones más emblemáticas y multitudinaria de nuestra época.

(Cuartoscuro)

A la conglomeración se presentaron grupos de diversas colectivas, mujeres periodistas, trabajadoras, mujeres que luchan por la despenalización del aborto, grupos de mujeres indígenas, todas en la calle, sin pensar que dos semanas después todo eso quedaría suspendido por una pandemiaprovocada por el SARS-Cov-2.

El 23 de marzo, el gobierno federal dio inicio a la Jornada Nacional de Sana Distancia, lo que implicaba un confinamiento, suspendiendo cualquier actividad en la vía pública y cualquier concentraciones de más de 30 personas.

Las mujeres regresaron al hogar; se encerraron donde constantemente se hace presente la violencia machista. Un lugar desde donde, según los datos oficiales, se han realizado 125 mil 401 llamadas de emergencia por el delito de violencia familiar, solo en los primeros dos meses de confinamiento: marzo y abril. El lugar donde asesinaron a Anapaola en Nogales, Sonora. A Pamela en el Estado de México y a Diana en Nayarit. Las tres jóvenes asesinadas en su propia casa.

(Cuartoscuro)

Se cayó el movimiento, no la violencia 

En entrevista con La Silla Rota, Frida Guerrera, activista para erradicar la violencia contra las mujeres, señala que el movimiento se vino para abajo a causa de la pandemia.

“Después de años de invisibilidad, creo que en México nunca se había visto lo que se vio en febrero y marzo (…) Pero se cayó el tema porque creo que durante prácticamente un mes estuvimos en los medios hablando del tema, visualizando a las víctimas, visualizando a las familias y desgraciadamente llegó esto del covid y se apagó, porque, además, desgraciadamente los medios se enfocan en lo redituable, en lo que les va a dar y ahorita las mujeres les vale”, señala.

Pero para la activista también es un hecho que la violencia contra la mujer no se detiene. Trabajar para apoyar a mujeres violentadas “es algo que hago todos los días”, incluso durante contingencia, cuenta.

(Frida Guerrera) 

Según datos  del Sistema Nacional de Seguridad Pública durante los dos primeros meses del confinamiento, marzo y abril, se cometieron 144 presuntos feminicidios y 521 homicidios dolosos de mujeres. Por lo que la activista señala, se cayó el movimiento con la pandemia, pero no la violencia contra la mujer.

Una lucha a través de redes sociales

El pasado 2 de abril cuando fue asesinada la pequeña Anapaola en su domicilio, en el municipio fronterizo Nogales, la furia de las mujeres volvió a despertar, pero ahora habría que manifestarlo desde las redes sociales, pues el Quédate en casa era reiterativo por todos los niveles de gobierno. Así que grupos y colectivas de feministas utilizaron las redes sociales para convocar a una manifestación digital.

“Convocamos a manifestarnos a través de un mensaje colocado en nuestras puertas, ventanas, cercos, vidrios de nuestro carro, cualquier parte visible con el mensaje: Justicia para Anapaola”.

Pidiendo que esta imagen fuera subida a redes sociales como una forma de manifestarse contra los feminciidos.

Por otro lado, se pidió hacer una acción simbólica colectiva “Luz para Anapaola” que consistía en encender una vela y ponerla fuera de cada hogar en un lugar visible.

Para Frida Guerrera el papel de las redes sociales es importante para visibilizar la violencia contra la mujer que sigue siendo constante. Un ejemplo, señala, es el caso de Johnny Escutia, que gracias a que se viralizó en redes sociales, mujeres y hombres presionaron a plataformas musicales para que bajaran su contenido calificado como misógino y que hacía apología de la violencia sexual y a los feminicidos. 

El cometido se cumplió -en una primera instancia- y las redes sociales jugaron un papel importante “porque todo el mundo estaba encima”, señala la activista.

Sin embargo, también indica que esta visibilización no puede ser selectiva, sino que hay que voltear a ver a todas las víctimas y a todas las familias. 

“Hay un grupo de feministas que determinan qué se ve y qué no se ve. Se escandalizó medio mundo con el caso de la niña de Anapaola en Nogales, pero ya llevamos más de 30 feminicidios infantiles en lo que va de la contingencia. Ellas determinan qué se ve y qué no sé ve”, dijo.

Y señala, que nadie debería determinar quien sí y quién no. “Porque todas deberían de doler, todo el tiempo, todos los días”.

Nosotras tenemos otros datos

Desde el pasado 15 de marzo, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que las llamadas de violencia contra las mujeres realizadas al 911 eran falsas, mujeres utilizaron las redes sociales para visibilizar esta violencia negada por el presidente, con el hashtag #NosotrasTenemosOtrosDatos.

Con esto, la Red Nacional de Refugios señaló que durante la cuarentena, en los meses de marzo y abril, se incrementaron las llamadas de auxilio en un 80%.

En esta asociación que apoya a mujeres víctimas de violencia, también incrementaron hasta 50 por ciento las solicitudes de apoyo a mujeres durante el confinamiento.

Con este mismo hashtag, las mujeres volvieron a visibilizar la lucha que había quedado en confinamiento a causa de la pandemia.

Este 25 de mayo, cuando el país despertó con la noticia del feminicidio de Diana Carolina, una estudiante de la Universidad Autónoma de Nayarit, la movilización en redes ya se consolidaba, pues desde días antes comenzaron a difundir imágenes con la leyenda "En contingencia también luchamos".

A las 11 de la mañana se convocó la manifestación virtual para visibilizar la violencia contra las mujeres durante el confinamiento.

Feministas de distintas partes del país iniciaron la protesta virtual donde las redes se llenaron de infografías con datos oficiales que demuestran el incremento de la violencia contra la mujer durante los primeros cuatro meses del año. A través de videoconferencias, las mujeres exigieron al gobierno federal “certeza presupuestaria en cumplimiento efectivo a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria”, que en el artículo 58 prohíbe reducciones a programas dirigidos a la atención de la igualdad entre hombres y mujeres.

“¡No! Las mujeres no ‘aparecemos’ sin vida, a las mujeres nos asesinan y lo hacen con saña y odio”, resaltaron las manifestantes al exigir justicia para todas las mujeres asesinadas. A casi tres meses de que las mujeres dejaron nuevamente las calles para cuidar su salud, quedó claro que la lucha no se detendrá pese a ninguna contingencia.