Los costos por la llamada gestación por contrato llegan a alcanzar hasta los 300 mil pesos, precio que depende del estado donde se busque alquilar un vientre y la edad de la mujer que se ofrezca para prestar este tipo de servicios. 

En México, sólo Tabasco y Sinaloa tiene legalizada esta práctica, mientras que, en otros estados, se lleva a cabo sin regulación y bajo “agencias” que reclutan mujeres no solo de México sino de otras naciones como Colombia, Venezuela e incluso Estados Unidos. 

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La regulación  de la gestación subrogada ha puesto en conversación el por qué es una práctica que debe ser regulada o no. Colectivas y organizaciones feministas han compartido sus reflexiones sobre el tema, ya que aseguran que se trata de una forma de explotar el cuerpo de las mujeres. 

REGULACIÓN CONTROVERSIAL

Si bien en México no existe una ley general para la maternidad subrogada, en algunos estados ya se cuentan con legislaciones en la materia. Por ejemplo, en Tabasco y Sinaloa se regula este método de concepción, mientras se encuentra prohibido en San Luis Potosí y Querétaro.

En tanto, en la capital mexicana este tema ha generado controversia. Dos iniciativas que se presentaron en el Congreso de la CDMX en este 2022 han causado protestas por colectivas y organizaciones feministas que están en contra de esta práctica. Han señalado que la “decisión” de rentar un vientre no es a partir de la “libre elección”, sino que es una decisión atravesada por la violencia estructural contra las mujeres y la explotación de su cuerpo. 

Según feministas, es una práctica que afecta principalmente a mujeres que sufren violencia económica; por ello, estas mujeres optan por “comercializar” su cuerpo a parejas que deseen ser padres. Sin embargo, lo que no se ha considerado en las iniciativas es que las mujeres que se embarazan pasan por procesos físicos y emocionales que muchas veces no son acompañados ni atendidos adecuadamente. 

La colectiva feminista Brujas del Mar han ejemplificado algunos mitos de la gestación subrogada y se han posicionado en contra “la explotación del cuerpo de las mujeres”. 

“La ‘gestación subrogada’ (explotación reproductiva) no es una expresión de la autonomía femenina, es una expresión del poder de los ricos que pueden pagar a una mujer para que arriesgue su salud coaccionando sus decisiones reproductivas con el fin de comprar bebés con sus genes”, expresan.

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RENTAR EL CUERPO DE LAS MUJERES

Mujeres de entre 20 y 35 años de edad “ofrecen” su vientre a precios de entre 100 hasta 200 mil pesos, con el objetivo de “ayudar” a parejas heterosexuales y homosexuales a ser padres. Los vientres de alquiler, acción también conocida como maternidad subrogada, es un proceso que ha ganado fama en redes sociales. 

De acuerdo con organizaciones civiles, los perfiles que ofrecen esta opción a parejas de todo el país se dispararon con la pandemia. Según cifras oficiales, las mujeres fueron las más afectadas  al perder sus trabajos o adquirir nuevas necesidades económicas durante la pandemia iniciada en 2020. 

Por lo que, muchas de ellas han optado por ser remuneradas a través de sus cuerpos, como el alquiler de su vientre, venta de óvulos o la venta de material erótico en plataformas como Only Fans. 

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El tratamiento por lo regular es in vitro y el costo depende del caso (si necesitas óvulo donado o esperma). Hay paquetes que incluyen tres intentos o sólo uno, pues muchas veces no se queda embarazada la primera vez. Además, hay que analizar si es con medicamento o no. Los costos del vientre subrogado alcanzan hasta los 300 mil pesos, pues depende si es un bebé o dos, según ofertas en internet.