Si te digo que en el evangelio cristiano hay feminismo, ¿me creerías? Sé que puede sonar un poco raro, pero ahora que estamos en Semana Santa es buen momento para hablar de nuevas miradas que enriquecen la forma de entender e interpretar la teología, que es la ciencia que trata de Dios.

Los días de guardar son aquellos destinados a oír misa y no trabajar, de acuerdo con la Iglesia católica —en este caso, del Jueves Santo al Domingo de Resurrección— pero además de esa encomienda, y sin ánimo de interrumpirla, quiero traer a la conversación la forma en que las gafas violetas han visibilizado el cuerpo de las mujeres como una categoría de análisis y reflexión teológica.

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Te estarás preguntando qué tiene que ver una cosa con la otra. Bueno, primero es importante decir que la misión principal de la teología es humanizar al mundo desde una visión emancipadora que ataque la desigualdad. Eso es imposible de lograr si no asumimos que la realidad de niñas y mujeres en el mundo entero es de riesgos que se manifiestan en agresiones contra sus cuerpos a nivel físico y emocional.

En México, siete de cada diez mujeres mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia de género, de acuerdo con la más reciente medición del Inegi. Cada día, diez mujeres son víctimas de feminicidio y casos como los de la niña Victoria Guadalupe, quien a sus 6 años ya no regresó a casa porque un vecino la secuestró y mató, nos estremecen colectivamente hasta las lágrimas. La normalización de la violencia es una realidad deshumanizante y la fe cristiana —aunque no sólo esa— es un ligamento que permite reconstruir el tejido social, con resultados probados en todo el mundo: de las autodefensas en Michoacán a comunidades africanas en guerrilla.

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Por eso es tan importante que exista una teología feminista. Si la religión nos une, qué mejor si puede hacerlo desde una mirada crítica del androcentrismo y la deconstrucción del mandato de sumisión que todavía hoy nos afecta a millones de niñas, adolescentes y adultas.

Más allá de qué religión profese cada uno, vale la pena destacar otras opciones que han sido detonadas por el movimiento feminista en sus cruces con lo específico de diversos ámbitos del conocimiento. Estoy convencida de que así cómo se necesita estadística de género o información sobre ensayos médicos de las nuevas vacunas en los procesos biológicos de las mujeres, es indispensable releer un conocimiento que parecía intocado por milenios.

No sólo es interés filosófico, hay aplicaciones prácticas muy concretas de este nuevo conocimiento porque al desmontar la omnipotencia masculino-divina también se pueden prevenir delitos tan graves como la Trata de Personas y los feminicidios. Seamos fieles…¡feministas!

La autora es Maestra en Desarrollo Humano, integrante de la Generación 2022 del Programa de Liderazgo de Mujeres en la Universidad de Oxford y fundadora de Ola Violeta A.C., desde donde trabaja por el derecho a la conciencia corporal de niñas y mujeres. Su buzón de twitter está disponible en @MaElenaEsparza

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