Las mujeres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) son mujeres que luchan desde su trinchera en contra del sistema capitalista y patriarcal, de su lucha no quedan fuera aquellas mujeres que también pertenecen a las disidencias sexuales, por lo que la resistencia lésbica se encuentra presente y activa en sus espacios de organización y protesta. 

El primero de enero de 1994 el EZLN se levantó en contra del sistema político de ese entonces, desde ese momento se reconoció a Chiapas como un semillero de la resistencia anticapitalista y antineoliberal. Las mujeres no son excluidas dentro del movimiento zapatista, por el contrario, han tomado puestos fundamentales en la actividad política de sus comunidades. 

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La militancia de las mujeres en el EZLN puso en jaque a la perspectiva feminista occidentalizada y puso sobre la mesa la lucha de las mujeres que combaten no solo al patriarcado, sino también al colonialismo. De acuerdo con Ana Flores, mujer dedicada a la investigación del derecho a la protesta y la seguridad digital, escribió en un artículo para Homosensual

“A través de la ocupación de distintos espacios, las zapatistas abogaron por la legitimación de todas las formas de resistir [...] Ser lesbiana, militante y compalera en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional es ir en contra de todos los sistemas que forman un supuesto status quo”.

La resistencia lésbica en la lucha zapatista

Ana Flores detalla en su artículo algunos de los momentos en los que  las mujeres pertenecientes al EZLN llamaron a la unión de los grupos oprimidos, entre ellos, las lesbianas. En la Sexta Declaración de la Selva Lacandona las mujeres del EZLN dijeron: 

“Invitamos a los indígenas, obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, colonos, pequeños propietarios, pequeños comerciantes, jubilados, discapacitados, religiosos y religiosas, científicos, artistas, intelectuales, jóvenes, mujeres, homosexuales, lesbianas, niños y niñas”.

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Dentro del lema zapatista “Nunca más un México sin nosotros”, las lesbianas también denuncian las violencias de las que han sido víctimas y los abusos que enfrentaron sus antepasadas, como el silencio, las persecuciones, el desprecio, la humillación, los insultos y asesinatos. De acuerdo con la investigadora, ser lesbiana y militante del EZLN significa combatir al llamado “genocidio de género”. 

Para Ana Flores, ser lesbiana y compañera del EZLN también significa admirar y corporizar las palabras que cobijan a otras mujeres, a las hermanas, mujeres, madres y amantes.

Con información de: Homosensual

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