“Ser madre es lo mejor que te puede pasar en la vida”. “Si no tienes hijos, quién te va a cuidar de vieja”. “¡Qué egoísta es el no querer tener hijos!”. “Tener hijos es el punto máximo de una mujer”. Estas y muchas frases más todas las mujeres las hemos escuchado alguna vez en nuestras vidas, desde que somos muy pequeñas en general la sociedad y nuestras familias nos invitan y nos condicionan a ser madres, nos regalan muñecas para saber cambiar y arrullar bebés, nos regalan cocinitas para preparar alimentos y un sin fin de juguetes que llevan un mensaje implícito, “prepárate para ser madre”.
Pero un día crecemos y un porcentaje de esas niñas que han jugado a la comidita, cambiado pañales a sus muñecas, deciden no ser mamás y a pesar que los tiempos van cambiando nos siguen juzgando y señalando por nuestras decisiones.
Existe una realidad que si analizamos detenidamente, nos presentan la maternidad como algo maravilloso, no es tan difícil darnos cuenta, solo basta revisar las portadas de algunas revistas, donde muestran mujeres perfectas, extremadamente delgadas, con un vientre perfecto y rostro reluciente, algunas veces al lado de ellas vemos a una pequeña o pequeño sonriente, hermosa, hermoso, bien arreglada o arreglado abrazando el vientre donde por ahora vive su pequeño hermanito o hermanita, una imagen sin duda dulce, llena de esperanza y felicidad.
En la realidad veo todo lo contrario, mujeres cansadas, despeinadas, a veces llorando, enojadas, con un cuerpo nada perfecto para los estándares que plantean esas imágenes, con estrías, y los hermanitos o hermanitas que esperan a ese bebé no siempre abrazan esa panza, ni están tan emocionados por recibir al nuevo miembro de la familia, por lo que los padres y en su mayoría las madres tienen que hacer un esfuerzo enorme por llevar lo mejor posible este embarazo sin olvidarse del pequeño o pequeña que ya está en casa pidiendo todas las atenciones que un niño necesita.
Es por eso que platicamos con algunas madres para la Cadera de Eva y esto fue lo que nos dijeron, su realidad nada romantizada y algunas incluso, no volverían a tomar esta decisión.
Argelia de 40
Tuvo a su primer hijo a los 20
“Si me dijeran si volvería a tener hijos, no lo vuelvo hacer, es difícil ser mamá y más aún mamá soltera yo no le veo ni lo romántico ni lo lindo, es un trabajo complicado, así que luego escucho o veo cuando dicen es que es una bendición, obvio no, cómo para quien, si para la mamá la mayoría de las veces es toda la carga así que no digo que no ame a mis hijos pero de bonito no tiene nada”.
Para Graciela de 28 años
Tuvo a su hijo hace 11 meses
“Me embaracé por presión del médico y de mi mamá , tengo endometriosis y me decían que si no me apuraba ya no iba a poder y que era el momento de hacerlo, tenía pareja cuando me embaracé, nos casamos, nació mi bebé y a los dos meses se fue, es muy pesado estudiar la maestría, trabajar, y criar a un hijo, mis papás me apoyan los días que voy a clase pero es muy cansado y mas estando sola, si volvería a tener un hijo, pero elegiría mejor con quién”.
Tania de 39 años, tiene dos hijos
Y sí volvería a tener hijos
Sin embargo, Tania de 39 años que tiene dos hijos y se embarazó a los 31 y 32 años, piensa que sí los volvería a tener sin duda y comentó algunos puntos indispensables para ser madre o padre, según su experiencia.
“Debe existir una pareja comprometida, que las dos personas entiendan que es una chamba para siempre, y que no te puedes zafar; de ninguna manera, ellos serán culpables de tus frustraciones y cambios de vida y ritmo, etc”.
De acuerdo con Tania, los padres no deben sacar sus emociones a través del enojo, de haber una salud mental y compromiso para amar y respetar a sus hijos, nos comparte que “como adultos debemos ser conscientes de que la vida cambia, los amigos, las fiestas se van. Para ser madre, hay que analizar si es presión social, si es sólo el reloj biológico o si de verdad es un deseo de dar vida y mejorar a la humanidad”.
Estas son algunas de las citas textuales de 10 mujeres con las que conversé, por su puesto la vida de cada una es distinta, los objetivos y la situación de pareja, pero las conclusiones fueron muy parecidas, ninguna me dijo que era una maravilla.
En cuanto al tema de la lactancia, para algunas de ellas fue algo doloroso y esclavizante, solo una disfrutó la experiencia. Al final todas las madres expresaron amor pos sus hijos, , pero ninguna se identifica con la maternidad de portada de revista.
Otro caso es el de Nancy de 32 años y que nunca se ha imaginado siendo mamá.
“Nunca me llamó la atención ser mamá.. Y cuando tuve pensamientos de serlo o visualizarme fue porque pensaba que uno en algún momento de su vida tiene que hacerlo porque así lo dicta la sociedad, aun así. Es chistoso porque no me visualizaba con una familia.. Es decir mis pensamientos de ser madre era siendo madre soltera y con una niña.. Creo que tengo más empatía por las niñas o no sé, No es algo sea para mí, no lo anhelo ni lo siento en las entrañas, aparte de que solo el imaginarme el proceso me da miedo.. y aunque que se escuche feo, asco... No me imagino embarazada.. Aparte el hecho de el parto.. Los cuidados.. Los cambios, no me entran en mi cabeza, no podría ni quisiera pasar por todo eso... Me da cosa y aunque muchas personas lo ven como lindo yo no puedo verlo así.. No esta en mi chip.. En mi cabeza o en mi corazón o en mi vientre no está ese sentimiento lindo.. Para nada ni se me hace como muchos piensan de que ven embarazadas y dicen que se ven hermosas”.
De acuerdo con la Gaceta UNAM,
las mujeres que han decidido no ser madres por convicción se les ha llamado NoMo (abreviatura en inglés de Not Mothers, “No madres”). El número de las mujeres NoMo ha aumentado, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), basado en los datos generados por la Encuesta Nacional sobre Discriminación, de 1960 a la fecha, la tasa global de fecundidad ha ido a la baja, pasando de siete hijos promedio a dos, especialmente en mujeres que viven en contextos urbanos y tienen una mayor preparación educativa.
Al respecto, Tania Rocha Sánchez, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, señaló que no se debe creer que las mujeres NoMo no quieren tener hijos por un problema psicológico, algún trauma en la infancia o son lesbianas, aspecto que no interfiere con el deseo o la posibilidad de que sean madres”.
Las razones por las que las mujeres no quieren ser madres son diversas, como la prioridad de su carrera profesional o simplemente no se sienten atraídas por atravesar por ese proceso. “Sin embargo, no les resulta fácil asumir esta posición porque, a partir de la creencia del deseo de ser madre es universal e innato y por consiguiente está presente en todas las mujeres, la sociedad ejerce una presión muy fuerte sobre ellas”, indicó Rocha Sánchez.