La atención a la salud de las mexicanas, antes y durante la pandemia covid-19 quedó en el olvido para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en contraste con los ofrecimientos oficiales los resultados fueron contrarios. A septiembre de 2020, la 4T desapareció 19 acciones y programas de salud, tanto del presupuesto como en lo concreto. Creció la muerte materna de tres a 34 por ciento en dos años y hasta en 308 por ciento, asociada a la pandemia, sólo en un mes.
“Decirlo en voz alta es la única forma de luchar y tenemos que entender que detrás de cada caso hay violencia institucional, porque tenemos políticas de salud equivocadas, orientadas con un enfoque financiero y esto se agrava en el caso, por ejemplo, de las mujeres indígenas”, Gladys Acosta, experta de la CEDAW
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Encima se cerraron las casas de emergencia obstétrica; desaparecieron dos programas esenciales para disminuir la muerte por cánceres femeninos, no se repartieron las vacunas para el papiloma humano y se redujo la entrega de anticonceptivos; se descuidó la atención arterioesclerosis múltiple y se “rediseñó” el plan para reducir el embarazo en adolescentes que pone en riesgo la vida de niñas y adolescentes que no dará resultados hasta dentro de 10 años.
Todos los esfuerzos encabezados por las diputadas morenistas, como Lorena Villavicencio, para evitar estos desvíos presupuestales y los programas asociados a organizaciones civiles, fueron inútiles. Se redujo el dinero destinado a cánceres femeninos, no obstante, que el de mama es la primera causa de muerte en mujeres productivas, afectó a 10 millones de mujeres en prevención y tratamientos según la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam).
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¿Qué nos dirá AMLO sobre la salud de las mujeres?
El presidente de la 4T, que rendirá el 1 de septiembre su segundo informe de labores, dará malas cuentas, porque en salud sexual y reproductiva actuó en forma “inmoral, injusta e ilegal”, dijo apenas el 30 de junio David Meléndez Navarro, Secretario Técnico del Comité Promotor para una Maternidad Segura (CPMS). En tanto, el análisis del presupuesto de la organización FUNDAR, detalló el 30 de noviembre pasado que el recorte presupuestal fue del 24 por ciento a los programas de salud de las mujeres, lo que afectó 19 acciones en esta materia, principalmente los dedicados a tratamientos de diversos tipos de cáncer y dos acciones para erradicar la violencia obstétrica.
La muerte materna asociada al covid-19 se disparó hasta en 308 por ciento en julio de este año. En 2009, la pandemia de Influenza H1N1 provocó la muerte de al menos 300 mujeres. Hoy, la muerte materna asociada al Covid-19 ya rebasó la cifra de 120, para convertirse en la primera causa de los decesos de embarazadas y parturientas, como lo establece la Secretaría de Salud.
Todo ello a pesar de promesas, discursos y anuncios reiterados de considerar la atención a las mujeres, uno de ellos del 21 de noviembre de 2019, en que el presidente en un frívolo acuerdo de igualdad, dijo que el quinto tema estratégico para su gobierno era la salud de las mujeres y el primero mantener sanas a las jefas de familia.
Así, al llegar a 21 meses de administración el gobierno de la 4T no cumplió con las mujeres y su salud, el déficit creció y la atención para las mujeres se descalabró en todos los rubros.
Ello porque también desapareció el Seguro Popular que según un análisis de México Evalúa impactó principalmente la atención hospitalaria en maternidad, atención a los cánceres femeninos de altos costos, al tener un subejercicio de 192 mil millones de pesos, especialmente en infraestructura.
La doctora Lucely Cetina del Instituto Nacional de Cancerología advirtió en diciembre de 2018 de los recortes, como la desaparición del modelo de atención para cáncer cérvico uterino llamado MICAELA. Ante la diputación informó entonces que el Seguro Popular ya no tenía medicamentos, lo que se profundizó en los últimos19 meses.
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Muerte materna y violencia obstétrica
En los últimos 15 años, la muerte materna había disminuido, pero el cambio de la política de López Obrador, interpretada por activistas como un desprecio a las mujeres, se refleja en la disminución de recursos a quienes trabajan en comunidades alejadas, como Casas de Atención a Mujeres indígenas (CAMI), que dejó a 35 con apenas con 20 mil pesos al mes para su operación.
Se asocia, el crecimiento de la muerte materna, que en niñas es brutal, a la parálisis en el trabajo del Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), pese a que en este país al menos 10 mil criaturas que nacen cada año tienen como madre a una menor de 15 años; contribuye también la reducción de accesibilidad a los anticonceptivos y, por supuesto, el 75 por ciento de recorte en la administración: el resultado es un escalabro.
Las parturientas eran atendidas por el Seguro Popular pero la escasez de recursos impidió contratar parteras, psicólogas, laboratoristas, ello a pesar de que cada día mil niñas en México se convierten en madres y el riesgo de morir se multiplica.
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En plena crisis del Covid-19 la reducción inmediata al Capítulo mil, ramo 12 del Presupuesto de la Federación, ha dejado a muchas entidades sin presupuesto para contratar parteras profesionales y vía el golpe a las CAMIS, dejó sin recursos el trabajo de las parteras tradicionales. Ese presupuesto, según el plan hecho por López Obrador tendrá una reducción alta, en algunas entidades los jefes de Salud Reproductiva hablan de una pérdida del 50 por ciento.
Hay una relación directa entre muerte materna y la disminución del recurso presupuestal: Fundar documenta que la disminución del 27 por ciento a la Acción 141: “Disminuir la mortalidad materna y del recién nacido, identificando riesgos y daños en la salud perinatal y de la salud de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio”, ha dado resultados negativos
La acción gubernamental se traduce como uno de los tantos obstáculos para el cumplimiento de los compromisos asumidos por la comunidad internacional, incluido México, de reducir la tasa de mortalidad materna en nuestro país previstos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
*Esta es una colaboración hecha por La Cadera de Eva y SemMéxico