La muerte inesperada de Kobe Bryant, estrella de la NBA, acaparó todos los medios nacionales e internacionales el pasado fin de semana; las noticias se vieron envueltas en cientos de calificativos que enaltecían a la estrella en cualquier ámbito de su vida: como jugador, compañero, padre, esposo, amigo, persona. Pero fueron pocos medios los que hicieron énfasis en un episodio de la vida de Kobe, donde había sido acusado de abuso sexual contra una joven. Retomar esta noticia incluso costó la suspensión de una reportera de la prensa extranjera.

Octavio Salazar escribió para El País, sobre la falta de tacto de los medios de comunicación para abordar temas realmente trascendentes sobre la vida de las personas públicas.

“Lo que sí me parece como mínimo éticamente cuestionable es que tantos profesionales de la información hayan silenciado un hecho que pensé que justo ahora, y gracias la movilización de tantas mujeres que directa o indirectamente han sufrido violencias machistas, habíamos acordado considerar como una de las manifestaciones más vergonzosas del poderío masculino y como un ejemplo de esas conductas que nunca mostraríamos a nuestros hijos como modelo a seguir", escribió.

El episodio de violencia ocurrió el pasado 30 de junio de 2003 en Colorado. El basquetbolista protagonizó un caso de abuso sexual por parte de una chica de 19 años, que trabajaba en el hotel donde Kobe se hospedó.

Según las declaraciones de ambos, Kobe pidió a la recepcionista que le mostrara las comodidades del resort. Infobae recopiló lo que sucedió basándose en los testimonios del jugador y de ella. 

“Hicimos un tour por el lugar junto a uno de sus amigos y me pidió que en 15 minutos volviera a la habitación. Cuando lo hice, me pidió que lo abrace y ahí me besó. Yo lo permití…”, señaló ella en su declaración.

Las declaraciones de las dos partes coincidieron que -hasta ese momento- todo había sido consensuado. Sin embargo, las declaraciones tomaron rumbos distintos.

“Me empezó a tocar, luego se bajó los pantalones y cuando empezó a intentar sacarme los míos, yo le dije que no, que me tenía que ir y ahí fue cuando me agarró del cuello. Le pedí que me dejara y sé que me escuchaba porque cada vez que se lo pedí que parase, él me apretaba más fuerte. No al punto de no poder respirar sino de una forma que me atemorizaba”, dijo ella.

Cuando ella pudo pararse para salir de la habitación, cuenta que él se interpuso y la tomó con ambas manos del cuello. Bryan continuó violentándola hasta penetrarla, mientras le decía que no debía decirle a nadie.

Pero la declaración de Bryant fue muy distinta.

Cuando el basquetbolista fue cuestionado por los policías, aseguró que no había pasado nada entre él y la chica. Y al informarle sobre la denuncia dijo: “si podemos arreglar esto de alguna manera, porque si mi esposa se entera de esto puede enojarse mucho”.

Y cuando se le informó que la joven fue sometida a estudios de semen y sangre, en ese momento el jugador de la NBA confesó que sí habían tenido sexo pero “absolutamente consensuado”.

Días después Kobe dio una conferencia de prensa acompañado de su esposa, en la que negó las acusaciones en su contra. “Soy inocente. No la obligué a nada”, dijo.

Pero las pruebas decían otra cosa.

Según lo publicado por Infobae, la enfermera encargada del departamento de Abusos Sexuales (Sexual Assault Nurse Examiners) que la revisó, informó que tenía muchas laceraciones en la zona. “Mismas no coinciden con un acto sexual consentido”, precisó. 

Las declaraciones, las inconsistencias y las pruebas, habrían quizá llevado a una cadena perpetua al basquetbolista de la NBA por el delito de violación. Pero no fue así. El juicio contra el basquetbolista se cayó en 2004.

Una semana antes de que el juicio oral comenzara, la joven desistió en testificar en su contra, dado por terminado el juicio penal. 

La demanda terminó en marzo del 2015 con un arreglo económico, aunque no se conoció la cifra exacta.

Aunque se desconocen los motivos de la joven por no testificar contra el jugador de baloncesto, algunas personas comenzaron a especular que su decisión fue por la presión mediática y por los abogados de Bryant. Además, del dinero de por medio.

En ese tiempo, también se dio a conocer que al menos dos seguidores de los Lakers habían sido arrestados por amenazar a la mujer que denunció a Kobe Bryant.

Pero el caso de esta chica tomó fuerza cuando una investigación de Sports Illustrated reveló que había tantas demandas de paternidad contra estrellas de la liga profesional como para estimar que en ese colectivo laboral existen tantos hijos ilegítimos como jugadores. Según Len Emor, antigua estrella de la NBA, "por cada jugador que no tiene ningún hijo ilegítimo, hay alguno que tiene dos o tres".

El Wall Street Journal llegó a publicar una investigación que revelaba la acumulación de denuncias contra estrellas de la NBA que son extrañamente "silenciadas" en la prensa. 

En la investigación contaba, por ejemplo, cómo una mujer denunció a Larry Johnson, de los New York Knicks, por tratar de obligarla a abortar. Cuando se negó, un compañero de equipo de Johnson llamó a la joven con amenazas de muerte. Un agente deportivo contaba que el 90 por ciento de las demandas de paternidad se cierran con un acuerdo económico antes de que el caso salga a la luz. Es decir la mayoría de las denuncias terminan apagándose de la manera más sencilla: con dinero.

El dinero y la presión mediática no lograron terminar con el juicio que determinaría si Kobe era culpable o inocente por las acusaciones, pero lo que es verdad, es la manera en que se han silenciado las violaciones sistemáticas por parte de estrellas del deporte, no sólo de basquetbolistas, sino que a esta lista se suman nombres de jugadores de la NFL, así como de futbolistas profesionales, que logran invisibilizar ante los medios que las agresiones sexuales se dan entre las élites más altas del deporte. 

(Brenda Lugo)