Cuando se habla de la independencia de México se nombra a mujeres como Josefa Ortiz de Domínguez o Leona Vicario, quienes, pese a las dificultades de su época para el género femenino, se unieron al movimiento independentista mexicano para divulgar las ideas de libertad y financiar el levantamiento del pueblo.
En 1810 la vida de las mujeres estaba resguardada al ámbito privado, es decir, a las tareas del hogar. Para las mujeres de esa época la política, la vida pública y el trabajo fuera del ámbito familiar eran cosas “de hombres”. En ese entonces muy pocas mujeres habían tenido acceso a la educación, en general, sólo ciertas mujeres pertenecientes a la élite social sabían leer y escribir.
Retrato de Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. Imágenes tomadas de internet.
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La desigualdad entre hombres y mujeres del siglo XIX no impidió que las mujeres participaran activamente en el movimiento social y político que buscaba la independencia de México. No obstante, el machismo sí las relegó a la sombra de la historia.
Generalmente, cuando se habla sobre este periodo histórico se enaltecen los personajes históricos varones, como Miguel Hidalgo o José María Morelos y Pavón. Recientemente se ha reivindicado la figura de mujeres como Josefa Ortíz de Dominguez o Leona Vicario, pero esos nombramientos dejan de lado a muchas otras mujeres que impulsaron y fueron pieza clave del movimiento insurgente.
El papel de las mujeres en el movimiento independentista
De acuerdo con María de J. Rodriguez Guerrero, profesora e investigadora del Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las mujeres de la independencia acompañaron a los hombres en la lucha, brindándoles atención, cuidados y alimento.
Infografía del Instituto Electoral de la Ciudad de México.
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En un texto publicado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la profesora afirma que existen diversos estudios de reivindicación del papel de las mujeres en la Independencia de México. Uno de ellos es el estudio “Mujeres de Latinoamérica en Cifras”, publicado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), donde se demuestra que, sin la participación de las mujeres, el triunfo de la independencia no hubiera sido posible.
“La Guerra de independencia, iniciada la madrugada del 15 de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, en el actual estado de Guanajuato, contó, desde antes que estallara, con la participación de mujeres, como Josefa Ortiz de Domínguez, quien contribuyó en su organización en la ciudad de Querétaro. Pero fueron miles las que siguieron a las fuerzas independentistas, las que participaron en los combates, las que caminaron y permanecieron al lado de las tropas para alimentarlas y para curar a los enfermos y heridos, muchas más aportaron su dinero, cuidaron a los huérfanos y huérfanas, sirvieron de correo, de informadoras, de guías por los caminos y veredas, y abastecieron con alimentos, agua, ropas y armamento a las fuerzas insurgentes”, afirma la investigadora.
Las mujeres que se quedaron en sus casas o pueblos de origen también tuvieron un aporte fundamental, manteniendo a las familias y soportando los ataques de los españoles. Estas mujeres pertenecían a todos los estratos sociales y a todas las edades.
Las mujeres olvidadas
La historia no ha logrado rescatar la memoria de todas aquellas mujeres que trabajaron por la independencia de nuestro país. A través del tiempo historiadoras e historiadores han rescatado los nombres, apellidos o apodos de mujeres que se encuentran presentes en los relatos de la época, como Altagracia Mercado, quien fue nombrada “Heroína de Huichapan” en Hidalgo, ya que, con su propio dinero armó un pequeño ejército para enfrentarse a los realistas.
Según el relato de esta heroína, cuando fue capturada por el enemigo los españoles decidieron dejarla en libertad en lugar de fusilarla, como era la costumbre. Tomaron esa decisión porque se sintieron inspirados por su decisión y valentía.
Imagen tomada de internet.
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Otra mujer que forma parte de los relatos de la independencia es María Soto la Marina, mujer valiente que arriesgó su vida saliendo a buscar agua para el ejército insurgente, cuando el bando español se había apoderado del río más cercano.
Entre muchos otros nombres se encuentra María Petra Teruel, mujer que protegió a los insurgentes presos; Ana García, que acompañó a su esposo Félix a la guerra y lo salvó de dos sentencias de muerte; las hermanas González de Pénjamo, que sacrificaron su fortuna y derribaron su casa para unirse a la guerra, entre muchas otras mexicanas valientes.
Con información de “México, independencia, mujeres, olvido, resistencia, rebeldía, dignidad y rescate”, texto de María de J. Rodríguez Guerrero.