Las particularidades de la pandemia por SARS-CoV-2 que se han dado en México desde marzo de 2020, entre ellas el tipo de reconversión de hospitales desarrollado por el gobierno federal, la reducción de los servicios de salud no esenciales y los recortes presupuestales para hacer frente a la COVID-19 han generado serios problemas en la atención de otras enfermedades y áreas de salud. En particular, para el campo de la salud reproductiva el impacto ha sido muy fuerte. Se redujo el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva (interrupción legal del embarazo y aborto, anticoncepción, revisiones prenatales, aumento de embarazos, por citar solamente algunas áreas afectadas). También, impactó en la tasa de muerte materna y en un incremento de la violencia obstétrica.
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Según lo afirmaba en noviembre de 2020 la Organización Panamericana de la Salud, México fue el país de América que mayores esfuerzos realizó en la reconversión hospitalaria al haber incrementado en 375.6 por ciento las camas de cuidados intensivos (UCI) para enfermos de COVID-19, señalando de manera más puntual que entre marzo y julio de 2020 en México se pasó de 2 mil 446 camas UCI a 11 mil 634 1. Los enormes esfuerzos para hacer frente a la pandemia repercutieron sobre un sistema de salud que ya tenía carencias estructurales y falta de personal desde hacía muchos años.
En este escenario complejo y ante la disminución de servicios obstétricos, producto de dicha reconversión, se fueron dando dos situaciones que nos parecen paradójicas que requerirían más investigación. Aquí solamente las dejamos planteadas. Por un lado, se observó un aumento en el número de cesáreas, las cuales superaron a los partos vaginales. Por otro lado, aumentó el número de partos en los hogares y los atendidos por parteras profesionales en casas de nacimiento o por parteras tradicionales en zonas rurales.
{"quote":"En aras de asegurar que las mujeres embarazadas recibieran el cuidado necesario y oportuno, la atención reproductiva fue clasificada como esencial y en un inicio se realizaron recomendaciones de que ningún hospital dedicado a la atención ginecobstétrica fuera reconvertido; también, se afirmaba la necesidad de acudir más a la partería profesional para ampliar la capacidad de atención ginecobstétrica.2 "}
Sin embargo, al menos para el ámbito hospitalario, las situaciones fueron más complejas. Los protocolos restrictivos en los hospitales (por ejemplo, que solamente la madre pudiera entrar), el miedo a contraer COVID-19 y el aumento de la violencia obstétrica durante el embarazo llevaron a muchas mujeres a buscar opciones que les dieran seguridad. Es así que los partos atendidos por parteras casi se duplicaron en los primeros tres meses de la pandemia3.
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Las dos situaciones paradójicas
De esta forma, en México nos enfrentamos a dos situaciones: el porcentaje de nacimientos por cesárea superó al de partos vaginales (denominados como “naturales”) por primera vez en abril de 2020 y siguió siendo más del 50% en los meses consecutivos4. Este fenómeno podría explicarse por la mayor intervención de hospitales privados dado el contexto de pandemia. Para hacer frente a la pandemia, la Secretaría de Salud estableció un convenio de subrogación de servicios médicos entre el gobierno mexicano, la Asociación Nacional de Hospitales Privados y el Consorcio Mexicano de Hospitales. Los nacimientos fueron el servicio que más se envió del sistema público al privado y que alcanzó en abril de 2020 el 94% del total de servicios médicos subrogados. 5
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Mientras que los hospitales públicos tuvieron una tasa de cesáreas por debajo del 40% en 2019, los privados alcanzaron el 78% en el mismo año, lo que invita a pensar si la subrogación en esos meses de pandemia haya sido una de las causas para el aumento en las cesáreas.6 Quizá también aumentaron las cesáreas debido a la rapidez con la que se buscaba realizar los procedimientos para que las mujeres no pasaran mucho tiempo en los ámbitos hospitalarios.
Al mismo tiempo y sobre todo durante el primer año de la pandemia, ante el miedo de acudir a los hospitales y la incertidumbre que se vivía, muchas mujeres en el país optaron por buscar otras alternativas, entre ellas, el parto en casa, las casas de partos y las parteras tradicionales.
{"quote":"Según lo señalaba un artículo del New York Times, publicado en diciembre de 2020 por Janet Jarman, “Desde hace mucho tiempo, los defensores de la salud materna han dicho que el modelo obstétrico de México debe cambiar y enfocarse en las mujeres. Si alguna vez hubo un momento para que las autoridades de salud adopten plenamente la partería, este es ahora, dicen, al argumentar que las miles de parteras en todo el país podrían ayudar a aliviar la presión que sobrecarga al sistema sanitario —del que con frecuencia se desconfía— y brindar atención de calidad a las mujeres”."}
Hoy, a más de dos años de pandemia podemos observar que se perdió la oportunidad para profundizar en políticas de atención de partos que integren de una manera más armónica y eficaz a los diferentes modelos de salud existentes en el país, capaces de atender el embarazo y el parto bajo todas las posibilidades, caminando hacia un modelo menos intervencionista y biomédico cuando sea posible y utilizando las capacidades ya existentes en el país en términos de parto humanizado y partería en general.
*Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten.
FUENTES
1. https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/11/05/oms-ejemplar-reconversion-hospitalaria-aplico-mexico-6501.html.
2. Secretaría de Salud. (2020). Lineamiento para la prevención y mitigación de COVID-19 en la atención del
embarazo, parto, puerperio y de la persona recién nacida. Gobierno de México. Disponible en
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/546239/Lineamiento_prevencion_y_mitigacion_de_COVI
D-19_en_el_embarazo_CNEGSR__1_.pdf.
3. https://mujeres-covid-mexico.animalpolitico.com/aumento-cesareas-sin-opcion.
4. https://mujeres-covid-mexico.animalpolitico.com/aumento-cesareas-sin-opcion.
5. https://www.animalpolitico.com/2020/04/parteras-alternativas-hospitales-covid-19/.
6. http://www.dgis.salud.gob.mx/contenidos/sinais/indica_gral_gobmx.html.
Alicia Márquez Murrieta
Doctora en Sociología por el CEMS-EHESS de París. Miembro del SNI. Investigadora del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora y miembro asociado del CEMS-EHESS, París. Una de sus principales líneas de investigación es analizar la relación entre problema público y acontecimiento en la temática de la?"violencia obstétrica".?
Paloma Pineda Sacristán
Es licenciada en Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; se encuentra cursando una maestría en Gestión del Desarrollo Sostenible en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Rhein-Waal en Alemania. Es becaria del Instituto Mora y su línea de investigación se centra en temas de género, paz y seguridad, con un enfoque especial en la violencia de género y la posguerra.