Nos enseñaron que las princesas eran perfectas y nada desagradable salía de ellas, pero hasta las princesas se tiran pedos

Mi abuela me contó que, en su infancia, ella pensaba que las niñas bonitas no hacían popó. Me sorprendió que de pequeña mi abuela pensara una cosa tan absurda, pero es comprensible si pensamos en las exigencias estereotípicas que envuelven a las niñas desde temprana edad. 

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“Princesas”, acostumbramos a decirles a nuestras hijas o sobrinas desde que son bebés, pero ¿qué pasa con las princesas? Las que conocemos por cuentos o películas animadas siempre tienen vestidos lindos, siempre son bonitas y siempre son salvadas por un príncipe. Además, su cabello y maquillaje siempre están perfectos. 

Las princesas, como nos las han contado, no existen

¿Si te dijera que Blancanieves en realidad se desmayó por lo pestilente de su propia flatulencia, me creerías? También es probable que esas burbujas que salían en pantalla cada vez que Ariel daba una vuelta no fueran precisamente provocadas por su movimiento bajo el mar.

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Las princesas también se tiran pedos es un cuento escrito por Ilan Brenman e ilustrado por Ionit Zilberman, que busca darle la vuelta a las típicas narrativas que ponen a las princesas como seres perfectos con características inalcanzables. 

Cenicienta, Blancanieves y La Sirenita también se tiran pedos

El breve texto es excelente para poner sobre la mesa los estereotipos de género, las limitaciones sutiles que se imponen a las mujeres y preguntarnos ¿de dónde sale esa idea de que la Cenicienta no podría tirarse un pedo? o ¿por qué pensamos que una flatulencia es desagradable cuando proviene de un cuerpo femenino?

Es extraño pensar que bajo el vestido fastuoso y mágico que la hada madrina le regala a Cenicienta pueda salir un pestilente gas, pero una mujer real, aún con el vestido más lujoso, tiene necesidad de soltar algún gas.

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Basta de perpetuar la imagen de las princesas perfectas a las que las niñas deben aspirar. Tomarse un momento para contar este cuento a las pequeñas del hogar antes de dormir les hará saber que las princesas también se tiran pedos, y eso no las hace menos.