El 17 de mayo, el Día Internacional contra la Homofobia, no se habló de la lesbomisoginia, alerta Enoe Uranga, diputada lesbiana y feminista.
“Le quitaría la ‘L’ al movimiento LGBTI porque no están representadas las lesbianas”, dice en entrevista con La Cadera de Eva.
Las mujeres lesbianas han tenido que vivir muchas limitaciones “misoginia por ser mujeres. La forma en la que vivimos (la violencia) las lesbianas es muy diferente a como la viven otros grupos, enviamos el mensaje de que se puede vivir en plenitud sin necesitar de los hombres”, dice.
Por su parte, Antonia Rodríguez, abogada experta en temas de género, ha señalado que las lesbianas han sido invisibles ya que la sociedad -en su mayoría- no quiere verlas ni aceptar su existencia.
VIOLENCIA VS MUJERES LESBIANAS
Ana López fue violentada junto con su pareja en un parque de la Ciudad de México por estarse besando, reportó el portal de Once Noticias.
Ana decidió no denunciar pese a que quedó herida, con raspones y moretones. “Las autoridades no le iban a dar importancia al caso si decíamos que nos habían golpeado por ser lesbianas”, dijo en entrevista.
“Lencha”, “¿no les gustan los hombres?”, “perra lesbiana”, “me das asco”; fueron algunas de las ofensas que le dijeron. Una de las razones por las que decidieron no denunciar fue porque decidieron asimilar a solas lo que les había pasado, sin ser revictimizadas.
Para Amelia Guerrero, la pareja de Ana, la violencia que se ejerce contra las lesbianas no es igual a la que viven otros miembros de la comunidad LGBTIQ+, ya que se tratan de agresiones “correctivas” por no cumplir con su rol en la sociedad de ser “propiedad de un hombre”.
Las lesbianas son aún más transgresoras de los roles de género asignados a los sexos que los homosexuales masculinos, básicamente por rechazar lo esencial de la cultura machista y por adoptar un estilo de vida que trastoca la “heterosexualidad obligatoria” y la “maternidad compulsiva”.
Es así como dentro del movimiento LGBTTTIQ+ también existe una relación de poder en donde los hombres se convierten nuevamente en protagonistas para dejar atrás a las mujeres que cargan con el doble estigma de ser mujer y, al mismo tiempo, romper con la heterosexualidad que se les ha impuesto, señaló Antonia Rodríguez, abogada experta en temas de género.
Por otra parte, Josune Álvarez, coordinadora de la Asociación Asturiana de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales Xega, explica que las mujeres lesbianas son doblemente invisibilizadas porque ellas tienen los mismos problemas que todas las mujeres, pero a ello se suma el hecho de tener una orientación sexual no normativa. Señala también que los hombres homosexuales siguen teniendo más visibilidad que las lesbianas y de hecho se sigue hablando de Orgullo Gay, cuando en realidad es Orgullo LGTB.
SEXUALIZACIÓN DE LAS RELACIONES LÉSBICAS
Natalia Izquierdo, trabajadora social señala que todas las mujeres son sexualizadas debido a que la sociedad patriarcal ve a la mujer como un objeto de deseo y por esa misma razón, las mujeres lesbianas se enfrentan a una sexualización enferma que se ve reflejada hasta en las películas que buscan ser “incluyentes”.
Un claro ejemplo de ello ha sido La vida de Adèle, película de 2013 en donde supuestamente se buscaba retratar una relación lésbica pero el director la convirtió en una cinta donde se sexualizó fuertemente a las protagonistas e incluso, se les agredió.
Por otra parte, Izquierdo comenta que la industria pornográfica también ha convertido a las mujeres en un objeto de deseo y, además, la representación que se hace del sexo entre mujeres en estas páginas no refleja la realidad y está hecho por y para hombres. Pero esta imagen tan sexualizada de las mujeres lesbianas y bisexuales no se ve únicamente en el porno, también ocurre en el día a día. Estas chicas tienen que lidiar constantemente con hombres pidiéndoles que se besen para ellos, ofertas para realizar tríos y un largo etcétera de peticiones por parte de hombres para disfrute de ellos.
Incluso, cifras de PornHub ha señalado que la cateogría de lesbianas es la más consumida en México.
Es así como las mujeres lesbianas se han convertido en un fetiche para los hombres y al mismo tiempo son invisibilizadas dentro de la comunidad que supuestamente debería arroparlas.