Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fueron una fuente de luz y diversión para todo el mundo, en medio de una pandemia que ha terminado por afectar física y emocionalmente a todos los países. 

Estos Juegos Olímpicos no solo fueron importantes y diferentes por llevarse a cabo en medio de una emergencia sanitaria mundial, también estuvieron marcados por la presencia de mujeres fuertes que enfrentaron el machismo que persiste en el mundo del deporte. A través de su participación dieron mucho de qué hablar y mucho para reflexionar. 

Como siempre, el cuerpo de las mujeres fue un tema de conversación entre las y los espectadores de las competencias, pero no faltaron las reflexiones que nacieron a raíz de eso. Tokio 2020 nos dejó muchas lecciones sobre el cuerpo de las mujeres, que van desde la crítica a la  gordofobia y la sexualización de las participantes, hasta la importancia de la salud mental.

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La gordofobia y los Juegos Olímpicos

Tokio 2020 permitió la visibilidad de diversas corporalidades femeninas, y a su vez, rompió con la idea hegemónica de que las mujeres que se ejercitan lucen siempre delgadas. La presencia de mujeres como Cherly Hawort y Susana Frizell recordó la premisa contra la gordofobia que señala que los cuerpos gordos existen, resisten y son igual de maravillosos y poderosos que las demás corporalidades. 

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Además, la visibilización de deportistas con cuerpos gordos ayuda a romper con el mito de que el tamaño del cuerpo de una mujer está siempre relacionado a su salud y a su éxito. 

La gordofobia y la sexualización de las deportistas

La sexualización de las deportistas a través del uso diferenciado de uniformes también fue criticada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Las gimnastas Alemanas optaron por presentarse con leotardos de cuerpo entero que les cubrían hasta los tobillos, en comparación con los leotardos clásicos que dejan al descubierto las piernas de las participantes. 

Bajo la misma premisa el equipo noruego de voleibol de playa decidió no participar con bikini, cuestión por la que incluso fueron multadas. Las deportistas alegaban que se trataba de un acto machista por el que ellas debían participar con bikini, a pesar de que nada impide u obstaculiza su desempeño si usan ropa que las cubra más.

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