En siete estados de la República Mexicana se identificaron casos de abuso sexual de niños y niñas en escuelas pertenecientes a la SEP, tanto en planteles públicos y privados, según el informe“Es un secreto”. La explotación sexual infantil .

La forma de operar de los abusadores era en grupo, los infantes eran abusados por varias personas, obligados a tocar a otros de sus compañeros y presenciar actos sexuales entre adultos; hasta la fecha no ha habido una resolución del caso, de acuerdo con descripciones del estudio.

El lunes 31 de mayo le preguntaron al presidente en “la mañanera” sobre el informe y dijo que la secretaria de Seguridad Ciudadana informaría, lo que no ha sucedido. Ya publicado el informe, Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) fue a la mañanera a hablar del regreso a clases y, entre otras cosas, dijo: “la escuela es el único espacio que pueden tener nuestros niños de una lucecita que pueden ver durante el día”, no dijo nada del tema.

ABUSOS DE NIÑOS Y NIÑAS

Los abusos contra niños y niñas se han denunciado en siete entidades federativas, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Baja California, Morelos, San Luis Potosí y Oaxaca.  Desde 2001, la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODI) ha detectado 18 colegios donde se han cometido abusos sexuales a niños de forma organizada.

Cabe destacar que niños, niñas y adolescentes de contextos muy diversos son víctimas de este tipo de delitos. Sin embargo, resulta evidente que la vulnerabilidad en el contexto inmediato genera mayor riesgo. 64.8% de las víctimas en casos de explotación sexual en línea son niñas, el 31.1% niños, y en 4.15% de las imágenes se encuentran niñas y niños, de acuerdo con registros internacionales.

En la actualidad, la explotación sexual infantil se trata de un problema de enormes dimensiones, la cual genera enormes ganancias económicas. En el 2010 se reportó que tan solo en Me´xico, la explotacio´n sexual de nin~os y nin~as generaba 24 mil millones de do´lares anuales, por encima de la venta de armas y por debajo del narcotráfico, de acuerdo en el estudio.

Los casos identificados por la ODI son distintos a miles de casos de abuso sexual. Se han identificado patrones delictivos marcados por acciones organizadas entre varios adultos y perpetrados de manera masiva dentro de un plantel escolar.

Los comportamientos documentados podrían ser indicativos de que algunas escuelas han sido capturadas para la comisión de delitos de explotación sexual en línea.

La mayoría de los abusos se dieron en espacios visibles como el baño, la dirección, el salón, el patio y el cuarto de drenaje. Los niños mencionaron que hubo otros compañeros o adultos presentes mientras fueron agredidos.

OLEADA DE DENUNCIAS

En 2011 la entonces Procuraduría General de la República contactó a la ODI para dar seguimiento a denuncias de víctimas de menores de 3 y 5 años edad, de una escuela preescolar pública en Iztapalapa, la cual se ha identificado como Andrés Oscoy.

Se encontraron más de 30 casos de niños y niñas que habían sido abusados. De las declaraciones se encontró que 19 niños y niñas habían sido abusados por 10 personas dentro de plantel, lo preocupante fue que tantas personas dentro de la escuela fueran las agresoras.

Las agresiones se dieron en cinco lugares dentro de la escuela. 12 de los niños y niñas describen ser agredidos por más de un adulto de manera simultánea.

LAS AGRESIONES

Se reportó que dentro de la escuela Andrés Oscoy, en Iztapalapa, 13 de los niños se refirieron a tocamientos y actos de violación equiparada. Tres sufrieron violación. 11 de los niños y niñas describen haber sido golpeados, algunos narran que adultos se exhibían ante un grupo de alumnos o que exhibían la agresión en contra de un pequeño frente al grupo. Varios describen actos sexuales entre adultos que toman lugar durante la agresión.

Los infantes también narraron abusos extremos ejercidos con violencia. Algunas de las víctimas dijeron ser amarrados o amordazados y una niña dijo haber sangrado.

Los niños dijeron que los abusos se desarrollaban en el marco de los juegos. también, dijeron haber sido perpetrados con jeringas con agua, popotes o papeles sucios incluso manchados con excremento.

“Estas dinámicas resultarían incluso difíciles de creer y podrían ser entendidas como errores de interpretación. Sin embargo, no puede obviarse la consistencia entre los dichos de diversos niños y niñas de entre 3 y 4 años de edad. Niños y niñas describen ser ahorcados u obligados a lastimar a otros compañeros y compañeras. 5 niños y niñas refieren ser grabados o fotografiados”, revela el estudio.

Una de las victimas de 5 años, de la escuela Andrés Oscoy habló de prácticas ritualistas, uso de disfraces y puestas en escena. Los agresores le dijeron a la menor que no era querida y no podía confiar en sus padres.

Actualmente, las afectaciones de la menor son graves incluyendo los periodos de ausencia o disociación  y tiene una necesidad compulsiva por escupir, con una constante sensación de asco.

Otro de los casos que llevó la DOF fue de una escuela a la que nombró “Escuela B”. los niños y niñas dijeron ser llevados fuera  de la escuela donde eran abusados. Los investigadores que elaboraron el estudio mencionaron que pensar que fueron sacados era un mecanismo de defensa. Sin embargo, varios ser refirieron a este  hecho.

Lo niños y niñas dijeron ser obligados a tocarse entre ellos, algunos presenciaron la exhibición de un adulto incluso observar actos sexuales entre adultos.

ALTERACIONES

Los niños y niñas presentaron alteraciones preocupantes, un gran número de víctimas manifestó un comportamiento sexualizado compulsivo o anormal para la etapa de desarrollo. Algunos comenzaron a golpear a otros niños y niñas; comenzaron a orinar pese a tener control de esfínteres y tener pesadillas.

CÓMO ACOMPAÑAR A LOS MENORES

Jacqueline L''Hoist Tapia señala en su columna que debemos estar al pendiente de los niños y niñas, no nos dirán de forma directa si son víctimas de abuso sexual, ya que sus abusadores legan a decirles que es un juego, les meten miedo, les dicen que sus padres están de acuerdo, porque quienes abusan de ellos saben que tiene entre tres y cinco años y no saben que están viviendo abuso “ni si quiera conocen la palabra”.

La ODI, la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia, dice que la mejor forma de lograr que un niño o niña cuente si le ha pasado algo, es transmitiendo mensajes de protección.

Con cuatro ideas clave para que puedan hablar sin temor:

-Si te pasó algo que no te gusta y me cuentas, yo te voy a creer.

-Si te pasó algo que no te gusta y me cuentas, yo te puedo proteger.

-Cuando pasan cosas que lastiman entre un adulto y un niño/a, nunca es culpa del niño/a. -Hay personas que cuentan mentiras a los niños/as para asustarles, pero lo que les dicen no es verdad. Y si después de esto sospechas que esté viviendo abuso, contáctate con dispensariodi.com.

¿Por qué sucede esto en nuestro país?

Las escuelas en México carecen de supervisión efectiva, de acuerdo con el estudio, el cual documenta que los casos sucedían en múltiples escuelas, donde los niños sufrían violencia de forma cotidiana, lo que resulta insostenible que fuera oculto.

“La práctica institucionalizada por la SEP de proceder con una investigación interna ante la denuncia de delitos graves, hace difícil distinguir entre la omisión y el encubrimiento”, reporta el ODI.

Pese a que las fiscalías locales y a nivel federal se conocen los casos, no se han investigado de forma adecuada.

Además, los padres y madres carecen de información adecuada sobre cómo hablar con hijos e hijas para detectar posible violencia sexual.

Los niños y niñas carecen de información y medios accesibles para denunciar violencia. Los casos documentan patrones reiterados de que los niños y niñas eran severamente amenazados. Silenciados por el temor, manifestaban lo que estaba sucediendo a través de su comportamiento.