Hemos escrito infinidad de textos que nos acercan a la vida de la gran escritora Simone de Beauvoir, quien se convirtió en un icono feminista y de las grandes pensadoras de la primera mitad de siglo XX.
Conocemos su libro El segundo Sexo, el cual no solo logró cuestionar a millones de mujeres sobre qué es ser mujer, sino también, fue el libro que la convenció para que ella misma se encontrara con el feminismo.
También conocemos un poco sobre su vida amorosa con el también intelectual Jean-Paul Sartre, con quien vivió un amor poco convencional lleno de admiración, literatura y libertad.
Pero ahora nos sentamos para escribir sobre sus gustos literarios que la formaron para hoy ser considerada una de las grandes pensadoras y escritoras del siglo XX.
¿Cuáles eran los libros que la inspiraron?
El servicio de la Shakespeare and Company ofrecía a los franceses poder solicitar préstamos de libros hasta por dos semanas, por alrededor de unos ocho francos. Pero ahora, un equipo de la Universidad de Princeton guiado por el profesor Joshua Kotin, ha volcado el registro de la librería parisina online para descubrir los gustos literarios de algunos de los grandes escritores que a menudo frecuentaban la librería; una de ellas era Simone de Beauvoir.
El País hace una entrada a esta lista de préstamos que revela los nombres de los clientes y los libros pedidos en préstamo.
En el servicio de la Shakespeare and Company se documenta que Simone de Beauvoir tuvo membresía de la librería en los años de 1932, y 1937 y 1940.
El 7 de abril de 1937, Simone pidió prestado el libro de Elizabeth Bowen, La Casa en París.
En ese mismo año también tomo prestados los libros de Plagado por el ruiseñor, de la autora Kay Boyle; Los años, de Virginia Woolf, el cual fue publicado ese mismo año.
Muerte de un héroe, de Richard Aldington; y los títulos Doctor Martino y otras historias y Absalom, Absalom!, ambos de William Faulkner.
En el año de 1940, la escritora del Segundo Sexo también tomo prestados Los asiáticos, de Frederic Prokosch; Los no vencidos, de William Faulkner; Tener y no tener, de Ernest Hemingway; Aventuras de un hombre joven, de John Dos Passos; La muerte del corazón, de Elizabeth Bowen; as palmeras salvajes de William Faulkner; así como Hijo nativo de Richard Wright.
La lista completa de los libros que tomó prestados puedes encontrarlos aquí.
Otros intelectuales en la lista
En esta lista también revela otros libros que prestaron a grandes intelectuales, por ejemplo, Hemingway se llevó, entre las 90 publicaciones anotadas en su documento, las memorias de Joshua Slocum, Sailing Alone Around the Word (Navegando solo alrededor del mundo, 1900), o incluso una copia de uno de sus libros, Adiós a las armas (1929).
Por su parte, Stein leyó la novela romántica de Truda H. Crosfield A love in ancient day (Un amor en la antigüedad, 1908) y el fantasy de Andrew Soutar Equality Island (Isla de la Igualdad, 1919), mientras Benjamin tomó un diccionario alemán-inglés y The Physical and Metaphysical Works of Lord Bacon (Las obras físicas y metafísicas de Francis Bacon, 1853), este último justo antes de su suicidio en septiembre de 1940, cuando la policía española le comunicó que le entregarían a la Gestapo.
Lacan aprovechó el servicio para pedir un oscuro libro sobre la historia de Irlanda durante su lectura de Joyce y Claude Cahun, bajo el nombre de Mlle Lucie Schwob, se dedicó a las obras de Henry James. Si tardaban en la devolución, la política era siempre la misma: se le entregaba un dibujo que retrataba a Shakespeare arrancándose el pelo.