Cuando se menciona el abuso infantil, lo más lógico es pensar que ha sido un adulto quien agredió al niño, pero, aunque siga siendo un tema tabú, hay ocasiones en que los niños se convierten en agresores de otros niños, ¿por qué pasa esto?
Este es precisamente el caso de un niño británico en edad escolar, en entrevista para la BBC la madre del menor afirma que su hijo fue violado por otro niño mientras ambos jugaban en su casa.
Si bien, es difícil entender por qué sucede esto, el Instituto Internacional de la Niñez en 1985 creó el término abuso reactivo, esto se refiere a conductas sexuales de niños que han vivido algún tipo de abuso sexual y las repiten con otros niños. Es una cadena peligrosa que revela que el niño que inicia estas prácticas es un niño víctima de alguien más.
Para que se considere abuso sexual con consciencia de sometimiento a estas prácticas, debe existir una diferencia de al menos cinco años de edad entre los niños, además de la capacidad de poder, fuerza, influencia e intimidación existente entre los niños. Este tipo de abuso, se diferencia de la curiosidad sexual de forma muy clara, en la curiosidad no hay prácticas sexuales ni es oculto porque no hay temor ni secretos sembrados en el niño.
Por su parte, Gioconda Batres, psiquiatra experta en género y violencia doméstica afirma que el concepto de abusadores sexuales reactivos ha sido mal utilizado para minimizar el daño que un niño que abusa puede causar a su víctima. Así mismo, Gioconda también habla sobre cómo un análisis feminista de la ofensa sexual afirma que los niños que abusan lo hacen no solo porque “es permitido”, sino porque es recompensado. Afirma que, en estos casos de abuso, el hacer valer el “dominio masculino” y la intimidación hacia la mujer le brinda al agresor placer sexual.
Así mismo, la tiktoker @milipsicsocial ha buscado comenzar a visibilizar este tema, argumentando que desde niñas, a las mujeres se les enseña a “protegerse” de los niños: ponerse short bajo la falda, evitar subir escaleras, sentarse con las piernas cerradas; mientras que a los niños se les deja acosar a las niñas porque “son niños, eso es lo que hacen”.
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Niños abusados
Un estudio realizado en 1998 con niños abusadores sexuales, evidenció que el 49% de los menores que participaron el estudio fueron abusados previamente, antes de convertirse en agresores. Esto lo llevó a la conclusión de que no todos los niños abusados repiten su conducta.
Posteriormente, se realizó otro estudio, solo que esta vez enteramente con niñas abusadoras sexuales como población. La investigación arrojó un dato que pesa mucho a la hora de compararlo con el caso anterior: reveló que el 100% de las niñas abusadoras con las que se estaba trabajando habían sido abusadas sexualmente antes de cometer su primera ofensa sexual.
Para ambos estudios se trabajó con infantes de entre cuatro y doce años. Para el caso del estudio realizado solo con varones se trabajó con una muestra de 47 niños. La edad promedio del primer abuso sexual que cometieron fue a los ocho años y medio. Además, para ese momento, llevaban un promedio de dos víctimas por persona.
Los estigmas
De acuerdo con la psicóloga Katia Blanco, muchas veces se cree que hay una única razón por la cual los niños pueden convertirse en abusadores, pero no es así, ya que cada caso debe ser analizado individualmente porque hay muchos factores dentro de su entorno que podrían detonar este tipo de violencias. Debido a esto, Katia afirma que al analizar los casos de niños que se convierten en abusadores de otros niños, es necesario dejar de lado todas las ideas preconcebidas que, de alguna manera, las y los adultos traen consigo.
Habría que llegar a un análisis de su contexto, la crianza y sus hábitos para poder llegar a un por qué; sin embargo, esto se deriva, en gran parte, por el contexto y las interacciones con las que el niño esté en contacto o rodeado. Entonces, aléjate de todas las ideas preconcebidas de que un niño nace malvado o que es heredado, que lo trae en la mente… casi todo nuestro comportamiento, se deriva de las interacciones de nuestro contexto, afirma la psicóloga Katia Blanco.
Dejando de lado estas ideas donde se pone a los niños como lo “malo”, Katia comenta que “usualmente, la crianza de los niños afecta muchísimo en el comportamiento, así como el marco de referencia de lo que es adecuado y lo que no, si tú desde niño estás en contacto con abusos psicológicos, verbales, sexuales y físicos es probable tú conceptualices que esto es lo normal.”
Debido a esta distorsión entre lo bueno y lo malo, un niño puede convertirse en agresor desde muy temprana edad, pero Katia insiste con la importancia de analizar cada caso por separado y así, darle la ayuda necesaria tanto a la víctima como al agresor.
Por otra parte, la psicóloga Katia comenta que estos patrones no están destinados a repetirse de manera cíclica, pero es importante recalcar que “mucho de lo que las personas viven en la infancia y en toda su vida en general afectan la forma en la que se concibe al mundo y si en la infancia estos eran normalizados o era algo convencional en la familia, es probable que el niño tenga ese esquema en donde los abusos son algo que requiere para sentir aceptación o para estar bien”.
Si bien, Katia afirma que se pueden romper esos patrones, en el caso de las infancias es más complicado y es probable que, de adultos, se repliquen los patrones de abuso con todas las personas con las que se interactúa.
Puede que se replique este abuso con todas las personas con las que interactúas y a lo mejor sea en niveles porque habrá personas que a lo mejor si te van a poner límites si tú como abusador llegas a tener algún abuso sobre otra persona y al estar en un entorno dinámico se puede identificar con qué personas puedes ejecutar ese abuso y con cuáles no, comenta la psicóloga Katia Blanco.
Katia piensa que es necesario crear estrategias donde las personas puedan aprender a identificar los signos de que un niño está siendo abusado para poder ayudarle, así mismo es importante conocer a los para que las madres y los padres puedan identificar cuando algo no es normal dentro de su comportamiento. Por otra parte, es importante acudir con un especialista para poder tratar los traumas que los abusos generan, tanto para la víctima como para el niño agresor.