“¡Uy! ¡Uy! ¡Pum, puuuum!” es el sonido de la guerra en Ucrania desde la perspectiva de una niña, hija de Silvia Mercado, una de las últimas mexicanas en salir de Ucrania hacia Rumania.

Silvia decidió hablar con El País para contarle su testimonio, lo hace “bajito”, para no despertar a su hija quien descansa en un refugio de Rumania.

Silvia Mercado junto con su hija María Cristina fueron las últimas mexicanas en poder salir de Járkov, una ciudad de Ucrania, a unos kilómetros de la frontera de Rusia.

Madre mexicana canta para distraer a su hija del ruido de las bombas (FOTO: ELIAS CAMHAJI MASCORRO)

Llevaba siete años viviendo en Ucrania después de casarse con su esposo. Ella desea que su hija hable español y ruso, por eso le pone caricaturas en los dos idiomas.

YA NO HUBO SOL

En las mañanas le cantaba “Buenos días, señor sol” después de que inició la guerra junto con su esposo tuvieron que improvisar unas barricadas que tapó las ventanas, lo que impide que entren los rayos del sol a casa. Pese a que María Cristina se empeña en abrir las persianas para encontrarlo.

Silvia Mercado llegó a Rumania después de conversar con su esposo, quien después las alcanzará, ya que se rehusaba a salir del país por no dejar sola a su madre. Prometió alcanzarlas.

A Silvia le encantaba Ucrania, se sentía segura, además de que tenía una diversidad cultural y era una ciudad limpia. Cuando comenzaron a elevarse las tensiones, tuvieron que huir.

Es la segunda vez que le salvan la vida, cuenta la nayarita al diario español, ya que hace tiempo le habían detectado una hidrocefalia tuvo que someterse a cuatro cirugías. A sus 18 años pasó por radio y quimioterapia. Esta vez ha salido de la guerra.

Ha sido a través de cantos y juegos cómo trató de ocultar el sonido de las bombas, para que su hija pudiera dormir.