¿Qué es más reconfortante que el cobijo de una amistad femenina?, compañeras, consejeras y apoyo, es así que las amigas ocupan un espacio en la vida de muchas mujeres. Esta premisa tan transparente es la que oscila “Maquíllame otra vez”, una película que llega para poner en el foco la sororidad y la importancia de contar con una mano amiga para hacer frente a las violencias y a los dolores que aquejan.
En el cine mexicano popular es normal que se haga uso de las comedias románticas, películas donde se pelea por un hombre, mujeres que compiten para lograr un objetivo o de amores imposibles que culminan con el perdón y un beso apasionado. Historias que hemos aprendido al derecho y al revés, por ello, resulta interesante que en este filme no existan historias románticas y competitividades, sino todo lo contrario, existe algo aún más palpable y se disfraza de consejos, de arte y de un brazo amigo para no dejarse caer.
“Maquillame otra vez”, trae la historia de un grupo de amigas que atraviesa una crisis económica y que harán frente a los problemas a través del maquillaje, la pasión y el amor por crear cosas nuevas, arriesgadas. En esta película de amistad no hay necesidad alguna de un hilo conductor masculino que se vuelva objeto de anhelo, sino todo lo contrario, la historia funciona por ellas mismas, sus acercamientos con el feminismo, la salud mental y la idea de que las redes de apoyo salvan.
"Casi nunca les damos ese lugar a esas personas, con quienes nos subimos a ese cámper y que fungen como psicólogas, que nos escuchan, nos abrazan, nos ponen música y que tienen momentos para darnos espacio; que nos llenan de amor, trabajan estas caras y nos llenan de arte. Es importante darles este espacio y hablar de estas historias para personajes que lo merecen. Para mí es un honor poder representarlas en personajes dignos." (Paulina Gaitán, quien interpreta a Ana en Maquíllame otra vez , en entrevista para Excélsior)
Paulina Gaitán, Regina Blandón e Ilse Salas son las actrices que dieron vida a este excéntrico grupo de amigas que encaran la soledad, el miedo a no cumplir con las expectativas, una crisis económica y el castigo social por ejercer como maquillistas rebeldes.
En una red de apoyo y pláticas profundas, las tres amigas comenzarán a descubrir todas aquellas heridas que lastiman y que continúan doliendo hasta el día de hoy, a raíz de este acontecimiento, juntas harán todo para comenzar a sanar, aceptarse, amarse y empujarán desde la amistad para que cada una descubra lo maravillosa que es.
Amistad, compañerismo y maquillaje
La historia de la rivalidad y de la mujer mala contra la mujer buena es algo que se ha visto de manera repetida en todo el contenido que llega a nosotros; películas, series, comerciales, libros, música y un largo etcétera que abona a la enemistad femenina y lo desconoce como un vínculo amoroso y de compañerismo. Sobre esto, “Maquíllame otra vez” se vuelve una lectura necesaria que lucha contra la estigmatización vendida de las “enemigas” y reconcilia.
Otro de los mandatos que expone esta película es luchar contra la feminidad, vemos a personajes que utilizan su maquillaje como expresión, que tienen la cabeza rapada y algún tinte colorido que se adapta a la perfección a la línea del filme. Las amigas experimentan constantemente con su ropa y su cabello respondiendo a su amor por el arte, juntas se peinan, estilizan su cabello, se ponen alguna sombra verde y algún dibujo azul en el rostro.
En este paradigma donde las mujeres necesitamos cada vez más compañeras y empatía, Maquíllame otra vez se vuelve una opción idónea para sanar(nos) y amar aún más a nuestras amigas.