En el marco del programa “Mujeres fuertes” de la Alcaldía Cuauhtémoc se convocó a mujeres de la ciudad para que contaran sus “historias de superación” en un concurso de supuesto empoderamiento femenino, a cambio ganarán un cambio de imagen.

La respuestas de algunas usuarias de internet reclamaron que las historias de violencia estructural contra las mujeres no son algo para premiar o comparar quién sufre más. Acusaron de misógina y violenta esta acción promovida por la alcaldía. 

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“El cambio de look como un recurso narrativo pero también como práctica es sumamente violenta, porque sugiere a las mujeres una intervención en nuestros cuerpos para acercarnos a exigencias que además, son irreales. El cambio de imagen o el glow up, como hemos visto representado socialmente a lo largo de nuestra vida pero también últimamente a través de los medios de comunicación y en otras esferas, parece ser una culminación del éxito de una mujer” menciona Yoali Zaret, socióloga experta en violencia contra las mujeres.

¿Empoderamiento o embellecimiento?

Parece que el programa propuesto para “empoderar” a las mujeres pretende que las mujeres sean aceptables para el sistema patriarcal, fomentando estereotipos de belleza y roles de género, señaló Patricia Olamendi, abogada y defensora de derechos humanos. Con ello, se logra obtener una “buena imagen” ante la sociedad. Esta presión, señala la abogada feminista, está especialmente en las mujeres jóvenes, a quienes se les impone un estándar a cumplir para ser una “buena mujer”.

“Hasta que una mujer sea delgada o sea aceptada en el ideal de belleza masculina es exitosa. Mientras tanto, está en proceso (de ser aceptada) o de plano está fracasando totalmente. Y esto es muy común en la narrativa de ciertas telenovelas y películas de historias de todo tipo. Las mujeres son atacadas psicológicamente, bombardeadas, convencidas y obligadas para someter a su cuerpo a una serie de cambios y de parámetros totalmente patriarcales, misóginos y racistas” comenta Yoali respecto a porqué esta acción es una práctica violenta hacia las mujeres.  

“Ligar un corte de pelo o un maquillaje a que eso es una fortaleza, me parece que ahí estamos mal y ese es el señalamiento; que bueno que haces campañas para mujeres, pero no puedes ofertar esto como algo que va ligado a una fortaleza” comenta Olamendi para La Cadera De Eva.

“Que una alcaldía sugiera que para que las mujeres superen ciertas dificultades, algunas dificultades que seguramente están ligadas a más violencia masculina, evidencia la violencia institucional del Estado” apunta Yoali, experta feminista. Comenta que Esther Pineda, una socióloga feminista, dice que la violencia estética es una presión constante y es una obligación que se nos inculca a las mujeres desde una mirada masculina para estar todo el tiempo cumpliendo con expectativas ajenas para poder ser felices y para poder seguir perpetuando los cánones e ideales que son totalmente irreales. 

“Considero que más que un programa o una acción, es violencia institucional contra las mujeres como tal. Y que es una propaganda patriarcal que se pinta como un discurso feminista que no tiene nada que ver con el movimiento” continua Yoali Zaret. 

¿Por qué las mujeres fracasan? 

Dentro de la convocatoria se menciona que las historias deben incluir los logros y fracasos de las mujeres que participen. ¿A qué fracasos se refieren? Ambas expertas feministas cuestionan que estos “fracasos” probablemente están ligados a una cuestión estructural y no meramente individual. 

“Que diseñen un programa que permita realmente apoyar y empoderar a las mujeres; lo empoderas con los temas de salud, seguridad, justicia, conocimiento de derechos, autoestima; eso es lo que realmente buscamos, un programa integral” indica Olamendi hacia las deficiencias que aún existen en las políticas públicas de la Ciudad de México.

Al respecto, Yoali Zaret señala que si se hace un análisis del discurso de las historias de las mujeres que participen, seguramente se encontrarán con narrativas llenas de violencias del Estado, donde la precarización y el empobrecimiento será un tema en común, ya que está ligado a cuestiones estructurales y no individuales, que no se arreglan con un cambio de imagen.

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“Está muy ligado con la otra idea del empoderamiento donde si hay algo en ti, en tu cuerpo y en tu aspecto físico entonces tú misma puedes hacer que esos fracasos se conviertan en logros. Por eso les funciona muy bien combinar esos recursos narrativos, el fracaso pero también el empoderamiento; tú misma puedes salir de la precarización, puedes salir de tus historias de violencia, ya va a poder cambiar su historia”, Yoali Zaret defiende además que la idea del empoderamiento es una es un concepto “muy secuestrado por el ámbito institucional” donde el gobierno y el Estado encuentran una justificación para no cumplir con su función de garantizar el bienestar y desarrollo para las niñas, las adolescentes y las mujeres.

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Nuevamente se les responsabiliza a las mujeres por las violencias estructurales que viven gracias al incumplimiento de las funciones de las instituciones, por lo que, en ti misma recibe el “poder” de sentirte una mujer exitosa y que por sí misma valorará el éxito profesional, laboral, emocional y  éxito en una relación de pareja. Con estos “logros” ya eres una mujer empoderada, según la narrativa de estas propuestas sobre el empoderamiento femenino. 

Por otro lado, Patricia destaca que la lucha de las mujeres por acceder a cargos públicos ha sido larga, por lo que, las mujeres que ahora son funcionarias no deben replicar los discursos machistas y violentos basados en los ideales masculinos y patriarcales. 

“Desde el feminismo no tendríamos que estar hablando sobre el empoderamiento, más bien tendríamos que estar hablando de estrategias colectivas y siempre desde la raíz del problema, la violencia contra la mujer; y nos vamos a dar cuenta que el empoderamiento no nos va a sacar de esa violencia porque es otra mentira patriarcal” concluye la socióloga Yoali Zaret.

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