Las portadas de Vogue se han convertido en una parte importante de la cultura popular alrededor del mundo y es que, una de las revistas más importantes de moda y actualidad ha apostado por diversificar el contenido que ocupa su tan anhelada portada. Este año, Vogue Filipinas sorprendió al mundo al mostrar en su portada a una mujer mayor con una impresionante historia de misticismo, cultura y representación.
La mujer de 106 años se llama Whang-Od, mejor conocida como Maria Oggay y su rostro ocupa la primera plana de la revista esto en conmemoración de la cultura Kalinga provenientes de una provincia al norte del país que se caracteriza por una técnica milenaria para tatuar.
El trabajo de Maria Oggay es reconocido en todo el país, pues lleva casi 100 años de su vida perfeccionando su técnica y replicando las enseñanzas que le dio su padre cuando era apenas una adolescente. Sus tatuajes y su divulgación generacional del conocimiento le han ganado el título como mambabatok que significa la tatuada tradicional más antigua del país.
Ahora, Maria Oggay no es sólo la tatuadora más longeva de Filipinas, sino de todo el mundo. Aunado a esto, su presencia en la importante revista también la representa como la primera mujer centenaria en aparecer en la portada de Vogue.
¿En qué consiste esta técnica y qué representa Maria Oggay?
Oriunda de la aldea Buscalan, a más de 15 horas de la capital de Filipinas, Maria Oggay ha vivido toda su vida en esta comunidad rodeada de montañas. A la edad de 16 años aprendió a tatuar gracias a las enseñanzas de su padre quien le transmitió los conocimientos de los Kalinga, por lo que en la actualidad, su trabajo se mantiene fiel a la técnica tradicional.
La espina de un árbol, carbón, agua y una vara fina de bambú son las únicas cuatro herramientas que Maria Oggay ocupa para realizar su trabajo. En un principio, el pueblo de Kalinga se caracterizaba por ser una comunidad guerrera e incluso, cruenta. De esto último deviene que fueran conocidos como los “caza cabezas”, por ello, a manera de reconocimiento y poderío, los tatuajes eran realizados en el cuerpo de estos guerreros conocidos como butbut.
Por supuesto, con el paso del tiempo las tradiciones se modificaron y algunas tradiciones cambiaron, todo, excepto las manos habilidosas de Maria Oggay que continúo realizando sus tatuajes con formas geométricas en su comunidad y ahora, personas de todo el mundo viaja a las inaccesibles montañas del norte de Filipinas para realizarse un tatuaje con la última mambabatok.
Al ser una tradición que sólo se puede transmitir de generación en generación, Maria Oggay ha compartido para Vogue que no le preocupa que su trabajo termine con ella, pues ha acercado a sus sobrinas nietas desde hace muchos años al tatuaje Kalinga. Asimismo, la mujer comparte que continuará tatuando a todas las personas que la visiten porque eso la mantiene viva y que sólo dejará de tatuar el día en que su vista se nuble.
Finalmente, es necesario acotar que la participación de Maria Oggay en la portada de Vogue fue una idea de la redactora en jefe, Bea Valdés quien al conocer la historia de la tatuadora pensó en que la mujer representaba los ideales de lo bello que es Filipinas, además, acotó que esta portada es un recordatorio de que la belleza de la humanidad es diversa.
“Creemos que el concepto de belleza debe revolucionar e incluir rostros y formas diversos e inclusivos. Esperamos hablar de la belleza de la humanidad”, compartió Bea Valdés para CNN.