Blanca Quiñónez es una joven de 20 años que, a través de su cuenta en Instagram @laoctavapoesía, comparte poesía, composiciones visuales y reflexiones personales. La mayoría de su contenido gira en torno al feminismo. Blanca es salvadoreña y, actualmente, estudia comunicaciones en su país. Su cuenta de Instagram nació como un diario personal.
“La @laoctavapoesía, que es como mi espacio seguro, es un lugar donde me gusta hablar sobre todo: de temas de género, feminismo, sororidad y, últimamente (este año sobre todo), he empezado a hablar sobre aceptación corporal y amor propio, justamente porque es un tema que actualmente me está traspasando”, cuenta Blanca en entrevista para La Cadera de Eva.
Su espacio en Instagram inició con la idea de compartir poesía. Al principio fue una especie de diario personal; su creadora en realidad nunca pensó que la gente comenzaría a identificarse tanto con su contenido, pero actualmente tiene más de 4 mil 600 seguidores.
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Al popularizarse su cuenta, Blanca decidió utilizarla como plataforma para difundir contenido relacionado con problemáticas sociales: “fue así que decidí no separarme del todo de la poesía, porque es algo que sigo haciendo, pero también empecé a utilizar otras herramientas para hablar de diferentes temáticas, así conocí la fotografía y el collage”.
Lo que a la creadora de @laoctavapoesía más le emociona subir son los collage, debido a que, en el actual momento de su vida, no se siente cómoda con la poesía o la escritura, ya que requiere un involucramiento más emocional: “en el espacio en el que me siento más cómoda ahora es el collage”.
“Me niego a ser mi enemiga”
Recientemente, entre feministas mexicanas de redes sociales, una de las publicaciones de Blanca se popularizó: se trata de una serie de imágenes del cuerpo femenino, acompañadas por un poema que inicia con la frase “me niego a ser mi enemiga”.
La creadora de @laoctavapoesía contó que dicha publicación nació en un momento de su vida donde comprendió lo lejana que estaba de su propio cuerpo, como consecuencia del sistema patriarcal que hace a las mujeres enemigas de sus cuerpos.
“Ese post nació de la rabia; me gustaría decir que nació del amor, pero no fue así. Cuando lo creé fue por una crítica que había recibido hacia mi cuerpo, una opinión que yo no había pedido. Fue algo muy chocante que me hizo darme cuenta de que en algunos momentos de mi vida llegue a aceptar que las personas opinaran de algo que no es suyo, y entonces dije: ‘por qué no me estoy reapropiando de algo que es mío, de mi cuerpo’”, cuenta la poeta.
“Una de mis principales inseguridades ha sido mi vello corporal, que es algo por lo que he sido criticada toda mi vida. El post, para mí, fue una forma de decir ‘ok, a ustedes no les gusta esto, pero a mí sí me gusta’. Al final de todo eso, es lo más importante”, agregó Blanca.
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El cuerpo como primer territorio
Para Blanca, la reapropiación del cuerpo, que es nuestro primer territorio de batalla, es algo fundamental; sin embargo, asegura que actualmente no forma parte del movimiento body positive: “es precisamente porque lleva mucha positividad y, en algunos momentos, es muy complicado el camino hacia la aceptación corporal. El ser consciente de tu cuerpo y de los cambios que vas atravesando diariamente puede ser muy cansado emocionalmente”.
La poeta afirma que ha encontrado su lugar en el body neutrality, que tiene una perspectiva del cuerpo a través de su funcionalidad. “Ya no me centro tanto en qué tan bonito es mi cuerpo sino en su funcionalidad y lo que me permite hacer”, dijo Blanca.
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De acuerdo con Blanca, lo que más ha aprendido a través de @laoctavapoesía es sobre la importancia del acuerpamiento entre mujeres:
“Es algo que yo no tuve de niña, y para mí, es fundamental ahora darme cuenta que hay otras mujeres junto a mi luchando y hablando. No hay que tener miedo a pedir apoyo, a preguntar y a cuestionar”, enfatizó.
Blanca también dijo que es importante para el feminismo actual reconocer que, aunque existen luchas individuales, también existen otras personas luchando, “creo que es importante dejar de vernos como competencia y empezar a vernos como compañeras, como hermanas, como mujeres que luchan”.