A través de un artículo, la economista, antropóloga e internacionalista Paola Schietekat Sedas detalló los abusos e injusticias de los que fue víctima al trabajar como parte del Comité Organizador del Mundial de Fútbol en Catar, un país al que no puede volver porque fue condenada a 100 latigazos y 7 años de prisión
La mexicana se encontraba residiendo en Catar porque fue contratada como economista conductual por el Comité Organizador del Mundial de Fútbol, fue el 6 de junio del año pasado cuando, de acuerdo con su testimonio, un conocido al que consideraba su amigo entró en su apartamento y abusó sexualmente de ella.
En su texto Paola habla de un episodio de violencia que vivió con anterioridad, que la motivó a denunciar el abuso del que fue víctima en Catar, según explicó, no quería sentir la misma culpa por no denunciar.
Lamentablemente, las leyes de Catar favorecieron a su agresor, y en lugar de castigarlo, las autoridades de ese país le impusieron a ella una condena de 100 latigazos y siete años de cárcel.
Esto me ha apaleado durante los últimos ocho meses. La carga a la que me enfrento es aplastante. Hay días en los que no me puedo parar de la cama, días de desesperanza en los que quiero vivir y días de furia por vivir en un mundo que odia a las mujeres https://t.co/QA1p0MZLcH
— Paola Schietekat ?????????? (@paola7kat) February 10, 2022
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La pena no se concretó gracias a que Schietekat, con ayuda del Comité Organizador del Mundial y de Human Rights Watch, logró salir de Doha. Debido a esta situación, Paola no puede volver a lo que califica como su “trabajo soñado”.
Sobre el ataque sexual
En su texto, Paola habla sobre la violencia con la que fue atacada por su agresor:
“Después de un forcejeo breve, pues su fuerza sobrepasaba la mía, terminé en el piso. Horas después, me salieron moretones en todo el brazo izquierdo, el hombro y la espalda. Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizara los eventos o borrara por completo parte de ellos”, detalló.
La mexicana denunció de inmediato el suceso para no repetir la historia de silencio e impunidad que había cubierto el abuso del que fue víctima en la adolescencia. Lamentablemente, las leyes de Catar jugaron en su contra.
Con el certificado médico que demostraba la agresión, acudió a la policía junto con el Cónsul de México en Catar, Luis Ancona. Más tarde, la convocaron de nuevo a la estación policial. La querían enfrentar con su agresor, quien aseguraba que eran novios y que ella había dado consentimiento para que él ingresara al departamento. Schietekat Sedas pasó así de ser acusadora a ser acusada.
Fotografía tomada de internet.
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En Catar las relaciones extramatrimoniales son un delito, razón por la que la denuncia, de un momento a otro se volvió en contra de ella. Según su testimonio, lo que a las autoridades de Catar le preocupaba era que Paola había tenido relaciones sexuales extramatrimoniales, al menos así lo determinaron al descartar su denuncia por abuso sexual.
La sentencia, que se dio a conocer en su ausencia, absolvió al agresor y a ella se le impuso la pena de 100 latigazos y siete años de prisión. Para evadir la condena, sus abogados se atrevieron a recomendarle que se casara con el abusador, cuestión que Schietekat Sedas sigue sin poder creerlo y considera injusto.
En el testimonio Paola no sólo señala las leyes de Catar por injustas frente a la situación de las mujeres, también enfatiza la falta de un protocolo de acción con perspectiva de género para las mexicanas que enfrentan una situación similar en el extranjero, ya que el cónsul de México en Catar se deslindó de toda la situación.