Las relaciones de amistad entre personas ayudan a sobrellevar las tempestades de la vida, y los vínculos afectivos que llevan años formándose se convierten en un lugar de confianza al cual acudir cuando algo no sale bien; con el paso de los años pensamos que sabemos todo sobre los hombres con los que hemos creado una sólida amistad y si bien todas las personas tienen misoginia interiorizada y actitudes machistas que pueden ser señaladas para deconstruirlas, hay hombres que violentan a sus parejas mientras mantienen una fachada con sus amistades.
Nos duele reconocerlo, pero el patriarcado se materializa en hombres reales, que pueden ser nuestros amigos, hijos, maestros, compañeros de trabajo, amores de toda la vida, quienes dañan de manera real. ¿A qué mujeres? A las que están a su alrededor, a cualquiera, a todas, a ti que lees esto. –La Crítica
¿Qué hacer cuando tu amigo resulta un agresor? Sabemos que el dolor de eliminar un vínculo amistoso por agredir a otras mujeres nunca se comparará con el dolor de quienes fueron víctimas de él, pero parece ser que nadie te prepara cuando esto sucede ya que las decisiones que tomes dependerán de que tan fuerte es el vínculo que los une y tus posturas personales ya que posicionarse en situaciones como esta se convierte en un actuar poderoso cargado de sororidad.
Y es que resulta confuso enfrentarte a un amigo agresor porque un hombre violento no lo es con todas las personas y resulta más complicado eliminar un vínculo cuando se trata de hombres cercanos que “serían incapaces” de violentar y este efecto colateral de la violencia patriarcal también trastoca a las mujeres que han confiado en hombres que parecían ser buenas personas, mientras la sociedad espera un rápido posicionamiento para juzgar también a las mujeres que lo rodean.
La fiscalización moral a la que son sometidas las personas cercanas al agresor es deshumanizante. Porque lo primero que te preguntan no es cómo estás, ni qué sientes, sino que la pregunta inmediata es: ¿qué vas a hacer al respecto? Están expectantes, con los juicios listos para decirte si gestionaste bien o mal una emoción que te pegó de golpe. –Volcánicas
¿Qué hago si mi amigo es el agresor?
Si bien cada experiencia es diferente y no existe una guía sobre lo que se debe hacer debido a que cada persona reaccionará de acuerdo a sus principios personales, existen algunas estrategias para tomar la mejor decisión.
Evalúa la situación y no caigas en pensar que al ser tu amigo es “incapaz de hacer eso” ya que se podría caer en la revictimización y la invalidación de la víctima.
De acuerdo con tus posturas personales, piensa en el impacto de la acción y si estás dispuesta a tolerar esas actitudes dentro de tu círculo cercano de amigos.
Independientemente de la relación que exista entre el agresor y tú, considera si es peligroso para ti o tu círculo de amigas que continúen conviviendo con el hombre que ha sido señalado como agresor.
No te sientas culpable por el actuar del hombre. Recuerda que sólo él es responsable de sus actos y aunque haya ocultado esas acciones, tú no tienes la responsabilidad de los actos cometidos.
Si has decidido cortar el vínculo y actuar de manera más activa, intenta ayudar a la víctima. No es necesario agobiarla hablándole a cada momento, puedes ayudar a difundir la denuncia o acuerparla en caso de que haya un proceso penal.
Evita juzgar a la víctima y crear rumores sobre la agresión que vivió.