Hemos retomado una nota del sitio Slate, un portal donde la gente envía preguntas sobre diversos temas como sexualidad, cuerpo, romance, entre otros temas. En esta ocasión una chica pidió ayuda porque su mamá la quiere forzar a practicarse una cirugía plástica.
La chica cuenta:
Querida Prudence
“Mi mamá me está forzando a hacerme una cirugía plástica”
Soy una estudiante universitaria un poco gordita y sin la piel perfecta, pero puedo mirarme al espejo y sonreír. Desafortunadamente mi madre no siente lo mismo que yo. Cuando llegó mi adolescencia ella comenzó a hablarme sobre los beneficios de la cirugía plástica y aunque he intentado explicar de varias formas que no quiero hacerlo no lo he logrado. Una vez, cuando cursaba la secundaria, me dijo que la acompañara a visitar a mi abuela, pero se detuvo en el consultorio de un cirujano plástico y resultó que tenía una cita programada. Con lágrimas convencí al doctor que no estaba ahí por mi propia voluntad y durante un mes se negó a hablar conmigo. Ella insiste que los hombres no mostraran interés en mí por mi nariz u otras cosas físicas. Voy a terapia y eso me ayuda emocionalmente, pero no veo una salida. Mi papá no se involucra en el tema y dice que mi mamá quiere un beneficio para mí. Regreso a casa este verano y mi cara podría no verse como ahora ¿Qué puedo hacer?
Foto:Pexels
"Nariz de botón"
Emily Yoffe, de Slate, respondió a esta pregunta explicando que su madre puede enfrentarse a una nueva enfermedad psiquiátrica llamada síndrome de Wildenstein por poder. Ella puede creer fervientemente que la cirugía plástica puede mejorar la vida, entonces es libre de ofrecerse a sí misma para un concurso de imitaciones de Joan Rivers (actriz estadounidense, Fashion Police).
La describió como una acción abusiva, de acoso y manipulación emocional al tratar de convertirte en la Barbie de tus sueños. “Es admirable que tu te hayas mantenido fuerte y segura y que me alegra que asistas a terapia, es importante tener a alguien para hablar del tema”.
Remarcó que ninguna cirugía se puede realizar sin el consentimiento del paciente. También mencionó que si su madre seguía hablando del tema, una vez que le había dicho que no desea la operación, podía establecer reglas para que la convivencia sea mejor y el tema no termine en discusión; por ejemplo: establecer que cada vez que se hable del tema saldrás de la habitación. Por último, no se preocupe si su madre le dejaba de hablar como castigo y más importante que siguiera sonriendo al espejo observando su hermoso rostro.