Tomar la decisión de pedir el divorcio no es algo sencillo, en muchas ocasiones son los prejuicios y la desinformación lo que lleva a las mujeres a no pedir el divorcio, incluso estando en entornos familiares violentos.
En la actualidad existe una mayor apertura para aceptar que las mujeres no deben estar atadas a un hogar violento o a un matrimonio fallido, pero esto no siempre fue así, en el pasado, las mujeres que decidían separarse de sus esposos eran fuertemente criticadas y señaladas por una sociedad patriarcal. En muchos casos el prejuicio también recaía sobre los varones.
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El 29 de diciembre de 1914 Venustiano Carranza decretó la Ley del Divorcio en México y con esa disposición legal, se estableció por primera vez la disolución vincular del matrimonio en nuestro país. No obstante, muchos prejuicios, mitos e información falsa continúan girando en torno al tema del divorcio. Aquí te hablamos sobre los mitos y realidades en torno al divorcio:
El divorcio es muy dañino para los hijos
Este es uno de los mitos más comunes y aunque el divorcio sí supone una situación estresante para los pequeños, no necesariamente es perjudicial para ellos si los padres gestionan el procedimiento de forma correcta y sin conflictos complicados. Un niño también puede ser feliz con padres divorciados.
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El divorcio significa fracaso
Uno de los prejuicios más fuertes se relaciona con la idea de que, al divorciarse, eso representa un fracaso inmediato no solo en el matrimonio, sino también en el amor. En realidad, quedarse en un matrimonio infeliz o violento puede ser el verdadero fracaso.
Tanto para las personas casadas como para la familia en general, es mejor estar en un matrimonio sano y feliz.
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La infidelidad es el principal motivo de divorcio
Existe una falsa creencia de que la infidelidad es la principal causa de divorcios, pero en realidad la separación de matrimonios puede darse por muchos factores, desde falta de comunicación, la pérdida del amor, o problemas de otra índole.
Se puede negar el divorcio
Para divorciarse solo hace falta que una de las partes quiera separarse, la legislación estipula que nadie puede obligar a una persona a seguir casada.
Con información de: Salud 180.