En medios se ha dado a conocer la historia de Sarah Rodo de 23 años, una joven que se dice estar enamorada de un Boeing 737, un juguete al que ha llamado Dicki.
No es la primera vez que se enamora de un objeto, en una ocasión sintió una afección por un tren.
Ahora espera casarse con él, si el gobierno de Alemania se lo permite, dice que con frecuencia vuela en el avión, además, tiene 50 modelos a escala de su Boeing y de distintos tamaños.
{"quote":"“Algunas personas no entienden mi amor, pero mis amigos tomaron muy bien mi presentación en sociedad y me alentaron”, contó, para el diario The Sun. "}
Esta forma de relacionarse ha sido identificada como “objetofilia”, en realidad es una parafilia. No es la primera historia que se ha viralizado o dado a conocer en medios de comunicación.
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OTROS CASOS DE OBJETOFILIA
En los años 70, Eija-Riitta Berliner-Mauer se ‘casó’ con el Muro de Berlín. En Leeds, Reino Unido, vive Amanda Whittaker, una dependienta de 31 años que se confiesa enamorada de la Estatua de la Libertad, a la que ella llama, cariñosamente, Libby.
También se encuentra el caso de Erika Eifeel, ex militar estadounidense que se enamoró de la Torre Eiffel y se casó con ella, incluso ha adoptado su apellido, sobre su historia se hizo el documental: “Married to the Eiffel Tower”.
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La sociedad siempre ha tenido conexiones con los objetos, incluso les da cierta carga simbólica, cómo pasó con loas Torres Gemelas, cuando se cayeorn, no sólo se vinieron abajo dos simples edificios, sino todo un símbolo de la Gran Manzana, según un artículo de Rita Abundancia en la sección S Moda de El País.
¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA OBJETOJILIA?
Erika contó a El País que la gente aún no toma en serio sus formas de relacionarse, “nos creen unos chiflados”. Sin embargo, ellos se consideran una comunidad, la cual se identifica como OS (Objectum sexuality).
Se llega a creer que la mayoría son mujeres, esto porque han sido los casos más mediáticos. Se considera que deciden esta forma de relacionarse porque sufrieron algún abuso en la infancia, aunque no es así en todos los casos. Además, también se ha atribuido que existe un sentido de control, por tal razón evitan las relaciones humanas.
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Al respecto, Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona y directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, señaló que “esta parafilia es propia de personas con pocas habilidades sociales. Como especie es importante la reciprocidad, el intercambio. Pero aquí se buscan las sensaciones y emociones sin el miedo a que nadie te haga daño”.
Tener una relación con un objeto, no excluye que se tenga relación con un ser humano, muchos miembros de la comunidad OS, comparten su objetofilia con sus compañeros y compañeras.
¿Qué determina que se desprenda esta parafilia? No se sabe, como diría la psicoanalista Norma Escamilla, habría que analizar cada caso para saber qué los llevó a tomar esa decisión.