El vivir como lesbiana va más allá de la lesbofobia, el machismo y la sexualidad. Enma y Sady cuentan para La Cadera de Eva cómo es existir desde la lesbiandad, amando a otras mujeres sin condición y experimentando la vida de una forma más libre de los mandatos heterosexuales y patriarcales.
Enma Obrador es una mujer lesbiana de 51 años, es madre, abogada y feminista. Fue a los 40 años que Enma, teniendo dos hijas y un esposo, se reconoció lesbiana.
En el caso de Sady, feminista y estudiante de 22 años, durante gran parte de su vida creyó que era bisexual; ahora se nombra como lesbiana “totalmente definida”, pues en sus relaciones con otras mujeres ha encontrado otra forma de amar.
La lesbiandad es amor entre mujeres, no es sólo sexo entre mujeres; el amor entre mujeres es la lesbiandad feminista, en la cual, la sexualidad no es su centro sino que se vuelve parte de una posición política, de acuerdo con el Archivo Histórico del Movimiento de Lesbianas-Feministas en México.
Para Enma, el reconocerce y descurbirse lesbiana fue una experiencia llena de emociones, representó un cambio en su vida que le hizo cuestionarse su personalidad, su forma de vestir, e incluso su forma de sentir amor y de sentirse amada. Pero con ayuda del feminismo pudo apropiarse de su sexualidad, su cuerpa y su forma de vivir.
{"quote":"“Sentí que explotó mi cuerpo para convertirse en una cuerpa lésbica, para convertirse en placer y gozo; que a esa edad, a una edad madura, pude sentir todo ese goce de vivir y experimentar lo cotidiano de otra forma… Nací de nuevo en el momento en que me reconocí lesbiana”, comparte en entrevista para La Cadera de Eva. "}
Enma Obrador es activista por los derechos de las lesbianas en el Estado de México, es feminista y abogada. Foto: Sofía Carbajal
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Desde que era más jóven ella ya sabía que se sentía atraída por otras mujeres, pero nunca le dió mucha importancia porque en su formación nunca hubo esa posibilidad de no ser heterosexual.
Aunque su madre era doctora, al contarle que se sentía atraída por otras mujeres, le dijo que “era normal porque las mujeres son muy bonitas”, sin referirse las relaciones entre mujeres; por lo que no incentivó a Enma para cuestionar la heterosexualidad.
{"quote":"“Nunca vi como algo anormal en que me gustaran hombres y mujeres, primero pensé que era bisexual. Entonces me casé dos veces con dos hombres, la segunda vez con el papá de mis hijas. En ese momento, lo que me gustaba de él era su inteligencia y genialidad”, dijo. "}
Históricamente costó mucho admitir que las mujeres pudieran sentirse realmente atraídas por otras mujeres. Lo normal era considerar que nada en una mujer podría despertar los deseos sexuales de otra. Y así, en la opinión pública en general se ignoraron las relaciones sexuales y afectivas entre mujeres, algo que no ocurrió con las relaciones entre hombres, según el Centro de estudios y documentación de libertades sexuales.
RECONOCERSE LESBIANA DESDE EL FEMINISMO
Los estudios sobre género y feminismo fueron fundamentales para Enma, pues al comenzar a estudiar sobre el tema, comenzó a entender que ese gusto por las mujeres no sólo era algo físico o sexual, sino también afectivo. Por lo que, decidió decirle a su entonces esposo lo que sentía.
“Le dije que estaba pasando algo dentro de mí, porque me estaba dando cuenta de que a mí me gustan las mujeres. Entonces él se ríe y me dice: ‘¿y cuál es el problema? A mí también me gustan las mujeres’”, pero su esposo, al igual que su madre, no entendía que realmente era posible enamorarse de otra mujer siendo una.
{"quote":"“Fue difícil darme cuenta que soy lesbiana porque yo tenía dos hijas y todavía estaba en un matrimonio con un hombre y todo eso implicaba lo socialmente aceptado; cuando yo revelo que soy una mujer lesbiana abiertamente, sabía que no tenía por qué vivir en el closet”, comparte. "}
Es importante entender que la lesbiandad desde una perspetiva feminista es diferente a la perspectiva queer o LGBT. Desde el lesbofeminismo, las lesbianas son más que mujeres que se sienten atraídas por su mismo sexo; para el feminismo ser lesbiana es priorizar y amar a otras mujeres sin jerarquías de poder o dominación, principalmente fuera de una dominación con base en el sexo biológico y el género, de acuerdo con lesbofeministas.
“El lesbofeminismo es la expresión más radical de la rebelión de la mitad de la humanidad, contra más de siete mil años de dominación de los hombres a las mujeres,y a otros hombres, expresada en el imperialismo, el clasismo, el racismo, el sexismo y el ecocidio; todo ello sustentado en la expoliación histórica de las mujeres (a través de la explotación indiscriminada de su maternidad, de su trabajo doméstico, de sus servicios, de sus cuidados y de su sexogenitalidad)”, afirma el Archivo Histórico del Movimiento de Lesbianas Feministas en México.
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Enma ha podido experimentar su sexualidad desde los 40 años, de una manera muy distinta. Al reconocerse lesbiana y feminista, pudo romper también con los tabúes sobre el cuerpo de las mujeres y vivir su cuerpa a como ella quisiera, con o sin pareja.
Pero descubrió que no sólo se trata de sexo, que realmente se trata una conexión con la otra mujer, desmiente que el sexo lésbico se trate sólo de penetración sino que es toda una aventura.
“Es hacer el amor con el pensamiento, con la cuerpa, la emoción, el espíritu. Es diferente porque es tocarnos, poner música bonita, tener un ambiente sano y cómodo para las dos. Es experimentar esta sexualidad de muchas otras formas, que no son nada más la penetración con un juguete o un instrumento penetrante”, opina la mujer.
En el caso de Sady, a pesar de que se descubrió lesbiana a más temprana edad, también fue complicado. Sin embargo, acompañada por el feminismo, pudo identificar que realmente no quería involucrarse con varones, en ningún sentido. Pero con mujeres, era todo lo contrario, encontró la amistad y vínculos más sanos.
{"quote":"“Yo me empiezo a cuestionar a partir de que empiezo a entablar relaciones de amistad con mujeres, porque yo desde chica decía que era bisexual. Por el feminismo me di cuenta que realmente esos vínculos con hombres no me estaban gustando”, expresa. "}
“QUE NO NOS DÉ MIEDO AMAR A OTRAS MUJERES”
Sady, Enma, junto a un montón de mujeres más, no tomaron la decisión de ser lesbianas, sino que sus propias circunstancias y la violencia patriarcal, fueron factores que no les permitió reconocerse lesbianas desde más jóvenes o de una forma menos abrumadora, evitando obligarse a cumplir con el mandato de relacionarse con un varón sólo por ser mujer.
Pero ellas obtuvieron las herramientas, los espacios y los cuestionamientos necesarios para romper con ese mandato.
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Para Sady, lo más importante de descubrirse y luego reconocerse lesbiana después de pasar por relaciones heterosexuales, ha sido el no tener miedo a nombrarse lesbiana. Sobre todo, el no tener miedo a la posibilidad de amar a otras mujeres.
{"quote":"“Que no nos dé miedo amar a otras mujeres, no hay que tener miedo de amar a nuestras a nuestras iguales. Pero tampoco hay que forzarnos a que nos gusten los hombres, hay que cuestionarnos esa ‘atracción’ o ese ‘gusto’ por ellos”, menciona la joven. "}
Enma encontró en la colectividad feminista otras formas de amar, a través de muchas amigas, compañeras feministas y también en parejas mujeres, pero siempre con un denominador común: el feminismo.
{"quote":"“La lesbiandad y el feminismo han atravesado mi cuerpo. De alguna forma, estoy reconstruyendo esta cuerpa de Enma, la estoy reconstruyendo con muchos pedacitos de muchas Enmas que fui, pero también de muchas otras mujeres”, afirma. "}
Enma se ha convertido en una mujer referente para quienes conectan con ella. Es responsable de fomentar redes de mujeres en el Estado de México a través de la Asociación Mujeres Abrazando México (AMAM). Foto: Sofía Carbajal
Amar a otras mujeres siendo una mujer, es posible. La existencia de las mujeres lesbianas es una realidad, que si bien han sido objeto de violencia de género y lesbofobia, las mujeres lesbianas también tienen sus propias experiencias de vida que, no siempre son con base al sufrimiento.
{"quote":"“Con una mujer no tengo que medir la intensidad de mis sentimientos, no tengo que dosificarlos; puedo desbordarme de amor si quiero y sé que también voy a tener ese tipo de cariño de regreso”, expresa Sady. "}
¿CÓMO SE ATRAVIESA EL PATRIARCADO EN LAS RELACIONES?
Tanto Enma como Sady, se cuestionaron aquello que los mandatos de género les imponían, como el deber de ser novia o esposa de algún varón y criar a sus hijos. A estos mandatos, reforzados con amor romántico, se le llama heterosexualidad obligatoria, la cual se refiere a la creencia de que las mujeres se sienten atraídas de manera innata hacia los hombres.
Sady tuvo relaciones heterosexuales que realmente la hicieron cuestionar todos estos mandatos y la violencia que ejercen los varones en las relaciones con otras mujeres. Por lo que, cuando comenzó a relacionarse afectivamente con otras mujeres, se dio cuenta de que eran relaciones completamente diferentes pero no estaban exentas del machismo.
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En el caso de Sady, ella reconoce que lo más difícil de una relación con otra mujer es no caer en comportamientos patriarcales, como el condicionamiento a no sentir intensamente, el no hablar los problemas en la pareja o fuera de ella, e incluso replicar estereotipos masculinos como sexualizar a las mujeres, entre muchos otros ejemplos.
Por su parte, Enma pudo experimentar el gozo de la vida con una pareja mujer, con la cual duró 5 años. Durante esta relación, tanto Enma como su pareja, también estaban descubriendo el camino del feminismo, lo que les ayudó a identificar las situaciones donde se les estaban colando comportamientos patriarcales.
{"quote":"“Experimentar el tener una relación lésbica, también es cuestionar muchas cosas desde el feminismo. Siempre es preguntarnos en dónde nos está atravesando el patriarcado, en dónde nos está atravesando la formación de género, porque también hasta las que somos lesbianas tenemos una educación machista y misógina basada en nuestro sexo y género”, comparte. "}
Enma y Sady, junto a sus respectivas parejas, trabajaron en sostener relaciones más sanas, donde todas las involucradas pudieron ser libres, autónomas y amadas sin condición.
Para Sady es importante reconocerse y nombrarse lesbiana, pues es una forma de gritarle al mundo que las lesbianas existen, que siempre han existido y que seguirán existiendo.
{"quote":"“Es importante que no nos dé miedo a nombrarnos lesbianas, porque la palabra también tiene un significado bonito y viene de un lugar bonito. Nombrarnos lesbiana es reconocer nuestra existencia, el estar orgullosas de esa existencia y reconocer a las demás lesbianas que siempre han estado en la historia, pero que las han querido borrar”, expone. "}
De este modo, para Sady, Enma y muchas mujeres, sus experiencias como lesbianas son más allá de lo que el patriarcado trata de insivibilizar. Ellas siguen amando mujeres, viven una vida común y normal donde priorizan a otras mujeres y lo disfrutan.