Estamos por cumplir dos años de pandemia por covid-19, el recuento no es muy alentador, nuestro tránsito no ha sido fácil. Las pérdidas humanas siguen aumentando, y sus efectos en los diferentes ámbitos nos reflejan todos los rezagos existentes aun en nuestro país, con inminente impacto en los ámbitos sanitario, social y económico.

La desigualdad de género visibiliza en este tránsito un mayor impacto, rezago y desventaja para las mujeres ante la pérdida del empleo, la falta de servicios de salud, seguridad social, en su salud sexual y reproductiva, en el aumento de embarazos no deseados, en el recrudecimiento de la violencia de género, así como en el aumento de las horas de cuidados familiares, sumado a lo que de por si realizan.

En el ámbito internacional podemos observar que además de estos regazos en mayor o menor medida, y aún sin haber terminado del todo la pandemia, se suman los conflictos armados existentes mucho antes de ésta, como son los casos de Palestina, Camerún, Etiopía, Mozambique, Israel, Palestina, Siria y Venezuela, así como el pánico que genera la guerra en Ucrania-Rusia. Lo cual lleva a que las mujeres con sus hijas e hijos abandonen su país y/o territorio para resguardarse, haciéndose cargo de su integridad y la de su familia, con la responsabilidad de comenzar de cero en un país extraño, sin redes de apoyo, con la angustia de que su pareja si la hay, al enfilarse a la milicia y/o los conflictos, no volverán a ver. Los desplazamientos vividos como destierros, no son fáciles de vivir, la responsabilidad y el impacto que recae en ellas sin un respaldo de políticas públicas y acciones humanitarias permanentes, no les ayuda mucho a transitar en mejores condiciones dichas pérdidas, y tampoco a garantizar sus derechos humanos.

MAYOR VULNERABILIDAD MUJERES

Volviendo a nuestro país, desde el ámbito laboral observamos una mayor vulnerabilidad y desventaja para las mujeres, ya que estadísticamente este sector poblacional tiene una mayor participación en el sector de la economía informal y de servicios. Mismos que tuvieron que suspender actividades debido a la pandemia durante varios meses dejando sin empleo e ingresos a 1.3 millones de mujeres según el INEGI (2021).

De ahí, que no será fácil sanar literalmente a nuestro país y reactivar la economía, sin embargo, aun con todos los rezagos, podemos visibilizar algunas propuestas generales, experiencias particulares, y nuevos posibles temas y actividades a explorar para las mujeres. Dentro de las generales podemos visibilizar la creación de políticas públicas que garanticen el equilibrio entre la vida personal y profesional de las mujeres a través del teletrabajo y horarios flexibles; la inclusión de las mujeres a los diferentes sectores con mejores condiciones laborales y de pago a través de la certificación de la NOM-025 de Igualdad Laboral y No Discriminación; el pensar en nuevas formas de trabajo sostenible y nuevos modelos laborables híbridos; en la democratización de las responsabilidades del hogar y los cuidados con los diferentes miembros que integran la familia, apostando a la masculinidad positiva en la cual los hombres se involucran en las actividades de cuidado y crianza.

NENIS (NUEVAS EMPRENDEDORAS DE NEGOCIOS POR INTERNET)

En cuanto a las experiencias particulares, en México en el 2021 se ha gestado un movimiento llamado NENIS (Nuevas Emprendedoras de Negocios por Internet) el cual se integra por emprendedoras comerciantes que venden a través de las redes sociales. Con un rango de edad de 25 a 44 años y un nivel escolar promedio de secundaria. Valeria Moy, Directora General del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) compartió que hay 5.2 millones de mujeres emprendedoras en el país. Otra experiencia es la de la plataforma Amazon quien justo hoy 8 de marzo 2022 visibilizó productos e historias de pequeños y medianos negocios liderados por mujeres con diversas temáticas: ciencia, moda, accesorios, alimentos, bebidas, deportes y electrónicos, entre otros.

En cuanto a los nuevos posibles temas y actividades con mayor relevancia pos pandemia podemos ubicar la salud mental indudablemente, la tecnología y comercio electrónico, el mercado orgánico, el sector energético, el fortalecimiento de mercados locales, el uso de las plataformas como google para concretar negocios, el desarrollo de propuestas educativas y capacitación, y las redes sociales, entre otras.

Finalmente, ante la incertidumbre, las mujeres seguimos construyendo puentes creativos y prácticos para resolver las necesidades inmediatas-practicas, bordando para las estratégicas. Como agentes de cambio, históricamente tenemos un papel relevante en la construcción de un mundo más habitable, menos hostil, más práctico, construyendo políticas públicas y acciones encaminadas a aminorar los rezagos históricos en que hemos vivido, así que seguiremos contribuyendo desde nuestras trincheras para lograr la igualdad sustantiva donde haya lugar para todas, todos, todes como humanidad. ¡Por el ejercicio de nuestros derechos, hasta que se nos haga costumbre!

Norma G. Escamilla Barrientos es licenciada en pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y tiene maestría en psicoterapia psicoanalítica por el Centro Eleia, A.C.

@EscamillaBarr