Las redes sociales se han convertido en una ventana para conocer historias, decenas de historias que nos recuerdan que dignificar a la vejez se consigue a través de acciones como la inclusión. Este fue el caso de una joven originaria de Perú que se viralizaría después de dar a conocer el instructivo que dibujó para su abuelita.
La mujer había recibido como regalo un nuevo teléfono celular, un dispositivo con el que no había tenido contacto alguno. Ante esta situación, la influencer identificada como Yui decidió crear un instructivo sencillo y claro que explicara las funciones.
En las imágenes compartidas, se observa un dibujo de la pantalla de inicio del celular: “para ver fotos”, “mandar mensajes a nosotros”, “ver qué día es”, se lee en el instructivo que, además de señalar el uso de las aplicaciones, también explica cómo utilizar el teclado y la funcionalidad de los botones.
El instructivo cuenta con siete páginas en total y en comentarios algunas personas han señalado que no sólo se trata de una acción enternecedora, sino que también, es una gran ayuda para que la abuelita utilice el dispositivo por su cuenta. Asimismo, compartieron que al igual que ella, dibujan o dejan recordatorios para las personas mayores con quienes conviven.
“Educar y enseñar es amar”, “así también le dibujé a mi abuelito un manual para que pudiera poner sus discos en el radio”, “lo amé, me has inspirado para hacerle uno así a mi abue”, comentaron algunos usuarios.
La exclusión de las personas mayores también es violencia
La vejez usualmente, conlleva a una estigmatización basada en la edad de la persona. Un estudio realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas señala que la discriminación a este sector trastoca diversos puntos, desde la exclusión hasta el abandono, lo que representa un serio problema social a nivel mundial.
Es importante destacar que existe una clara normalización discriminatoria, es decir que, a menudo, atentamos contra las libertades y autonomías de las personas mayores considerándolas incapaces de tomar decisiones o de ser autónomas, al respecto, la alta comisionada de las Naciones Unidos para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet explica lo siguiente.
“A menudo, está tan extendido y aceptado en nuestras actitudes, leyes e instituciones que ni siquiera reconocemos su efecto perjudicial sobre la dignidad de los personas mayores. Es una violación de los derechos humanos muy arraigada en nuestras sociedades”
Asimismo, la ONU indica que una de cada dos personas tiene actitudes que varían entre moderadamente hasta muy discriminatorias en contra de las personas mayores; este número alarmante debe ser un punto importante de reflexión para cuestionar nuestras actitudes.
Por otra parte, el documento académico Acciones educativas para mejorar la calidad de vida en personas mayores, indica que es necesario derribar el estigma que rodea a la vejez, señalándolas como personas incapaces de aprender, adaptarse o comprender conceptos de la actualidad. La vejez implica dependencia funcional o mental, si bien es cierto que puede perderse la velocidad de reacción, no hay relación con su capacidad de reflexión y aprendizajes”.
Excluirlas de conversaciones, considerarlas personas sin capacidad de decidir, infantilizarlas, considerar que no pueden adaptarse y aprender nuevas cosas son actos que se han normalizado en la sociedad y que atentan de manera directa contra sus derechos.
Acciones como incluirlos en las conversaciones, planes familiares, nuevas tendencias, así como guiarlas, acompañarlas y hacerlas saberse amadas y valiosas, son acciones que combaten el edadismo y trazan el camino para dignificar la vejez.
Finalmente, la escritora Raquel Marina aborda en su artículo “La dignificación de la vejez: un desafío al nuevo principio de solidaridad”, la importancia de ver en calidad de iguales a las personas mayores y despojarlas de los conceptos negativos y prejuicios que socialmente, hemos construido.
“La idea de que las condiciones sociales cambian influye en nuestro comportamiento y responde a la idea de que el adulto mayor no posee las mismas nociones que nosotros (…) pero los adultos mayores continúan siendo personas capaces de escuchar, modificar y aprender cosas nuevas. Sí, somos responsables de la sociedad que nos ha tocado vivir, pero también, podemos cambiarla", señala el artículo.