Aunque el principal clamor del feminismo es por justicia y por poner fin a la violencia, los problemas que afectan a las mujeres van más allá y es por eso que el movimiento feminista no tiene una, sino muchas agendas que siguen pendientes y sobre las que se debe trabajar. 

“No se puede hablar hoy de la agenda feminista, tenemos que hablar de las agendas; tampoco puede hablarse sólo de un feminismo, hay muchos feminismos”, coincidieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, que hablaron sobre estos temas pendientes.

Al participar en el diálogo Las Reivindicaciones Feministas, organizado por El Colegio Nacional, especialistas como Julia Carabias Lillo, doctora honoris causa por la UNAM; Marta Lamas Encabo, integrante del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG); Alethia Fernández de la Reguera, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, resaltaron los temas pendientes que siguen vulnerando los derechos de las mujeres. 

Destacaron que la lucha principal es contra los feminicidios y contra la violencia, pero lamentablemente se han recrudecido, a pesar de las conquistas que ha logrado el movimiento feminista en los últimos 15 años, como la Ley de la Despenalización del Aborto, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. 

Siete de cada 10 mujeres realizan labores del hogar y cuidado, sin remuneración 

Una de las agendas pendientes es la de las labores de cuidado, que generalmente recaen sobre los hombros de las mujeres. La jurista Alethia Fernández resaltó que 71% de las horas que se dedican en México a labores de cuidado dentro del hogar sin percibir remuneración, las realizan las mujeres y que los mecanismos para garantizar el acceso a los servicios de salud se vinculan al empleo formal “en un país donde lo que tenemos es la cultura del empleo informal”.

“Sabemos que las mujeres son los grupos que están haciendo los trabajos más precarizados, más flexibles, con menos accesos a los mecanismos del cuidado, y a eso se suma la noticia de que se suspenden las escuelas de tiempo completo”, destacó.

María Elena Medina-Mora Icaza, directora de la Facultad de Psicología, detalló  que 72% de las personas que cuidaron a enfermos de  covid son mujeres y recordó la diferencia de sueldos que se perciben en carreras como las ingenierías, en comparación a las que se ocupan de los cuidados.

Salud y autonomía del cuerpo, entre los pendientes

Para Alejandra Collado, Campos, especialista en Estudios de la Mujer y jefa de Medios de Comunicación del CIEG, la lucha por la autonomía del cuerpo sigue siendo el hilo conductor que atraviesa todos los ámbitos: la salud, la educación, las emociones, la sexualidad y el deporte. 

Mientras que la feminista Melissa Hernández señaló que las mujeres que viven y crecen en Ciudad de México tienen 30% más de probabilidades de desarrollar problemas de salud reproductiva a causa de la contaminación ambiental.

Acordar agendas, el reto 

Paola Zavala Saeb, abogada y analista que colabora con proyectos centrados en la cultura para la paz desde el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, consideró un avance pasar de un feminismo aglutinador a los feminismos, y desde esa visión abordar la participación política de las mujeres.

Destacó que todas las instituciones y las leyes que tenemos, incluso en México, han sido pensadas, diseñadas y operadas por hombres y, en este sentido, aquellas quienes han llegado a puestos de decisión en el gobierno están en la lógica partidista de votar agendas y no en la lógica del enfoque de género.

Marta Lamas,  integrante del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), enfatizó que para poder avanzar en las reivindicaciones hay que discutir los objetivos y ponerse de acuerdo, “sin tratar de convencer que una agenda es mejor que otra”.

Explicó que aunque mujeres de distintas clases sociales, condiciones étnicas y edades distintas comparten el mismo anhelo de justicia, en el feminismo, como en todo movimiento social y político, hay posturas divergentes que no sólo derivan en reivindicaciones contrapuestas, sino que causan alejamientos y disputas entre las feministas.

La activista señaló que no hay una unidad natural entre mujeres, por lo que el desafío de todas es sumar a la pregunta de “¿quién soy yo?”, la pregunta de “¿dónde estoy?”, para ver y pensar en las otras personas que están al lado. 

“Vislumbro un horizonte al mismo tiempo estimulante y preocupante, yo sí dejaría de hablar de hombres y de mujeres, hablaría de seres humanos distintos, diversos, pero que viven la desigualdad y el acceso a la justicia de la misma forma”, indicó Lamas Encabo.