Se ha discutido en torno a si las mujeres obtenemos el placer de manera clitórica o vaginal, o de ambas formas, vinculadas éstas a la construcción del discurso patriarcal el cual se centra solo en la genitalidad.
El placer no puede ubicarse en un solo órgano, sería tanto como desperdiciar todas las terminaciones de nuestro cuerpo, nuestras fantasías, y todo aquello que nos provoca el sentir a través de nuestros cinco sentidos, tanto cuando nos autoerotizamos como al compartirlo con una pareja. Por otro lado, le hemos dado demasiado valor al orgasmo genital u oral, tal vez habría que comenzar a identificar y/o experimentar otros tipos de orgasmos y/o dejar de etiquetar el sentir y otras expresiones de placer.
DISCUSIÓN DE LO CLITÓRICO, VAGINAL Y ORGÁSMICO
En tanto siga la discusión de lo clitórico, vaginal y orgásmico, tal vez lo mejor será que las mujeres a la par comencemos a conocer nuestros genitales, nuestro cuerpo, sus funciones, las sensaciones que nos provocan, que nos gusta, que no nos gusta, el impacto de la autoerotización, la autoestimulación, el uso de juguetes eróticos, de juegos utilizando nuestra creatividad, prestar atención a los cambios y formas que toman nuestros músculos en un estado de excitación y placer, a fin de conocernos mucho mejor y tener una vida sexual más plena, de manera personal y/o en compañía.
Hablar de este tema en nuestro entorno y/o con las amigas será una forma de quitarle el tabú, aminorando el miedo, la culpa, y la frustración para entender qué significa para cada una y ubicar lo que cada quien requiere en el ejercicio de su sexualidad de manera un poco más libre.
LO QUE DICEN LOS DATOS
El 8 de agosto fue el día internacional del orgasmo femenino, comenzó a conmemorarse en diferentes países desde el 2006, como una forma de visibilizar la constante e histórica vulneración a los derechos de las mujeres en torno al tema del ejercicio de su sexualidad. El dato curioso es que el iniciador de un día como éste fue Brasil por iniciativa del concejal Arimateio Dantas, quien promovió que los habitantes masculinos del poblado de Esperantina se esforzaran por lograr el clímax de sus parejas.
La empresa Gleeden realizó este 2021 una encuesta rápida a 15 mil 653 mujeres en la cual se registra que un 40 por ciento a fingido la mitad de las veces un orgasmo. Los motivos principales son por la impaciencia de la pareja, por “la necesidad” de animar el acto sexual un tanto repetitivo y tedioso, y por terminar de manera rápida el acto sexual. Lo cual nos lleva a pensar en lo poco disfrutable que puede ser para algunas mujeres el acto sexual en pareja, o que éste es visto como un requisito mecánico en el cual algunas mujeres, se ven forzadas a realizarlo, y ser meramente depósitos, volviéndose objetos del disfrute de otros/as y no del propio.
Este problema es histórico para hombres y mujeres, sin embargo, cuando miramos la realidad con perspectiva de género, se observan las diferencias entre hombres y mujeres en el ejercicio de su sexualidad, así como la búsqueda de su placer. En el caso de las mujeres, social y culturalmente se les sanciona, en algunas culturas las lapidan si tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, otras al nacer son mutiladas clitóricamente.
¿LAS MUJERES PENSAMOS Y NECESITAMOS MENOS SEXO?
Desde el discurso patriarcal se dice que las mujeres pensamos y necesitamos menos del sexo que los hombres, claro, Freud diría que la pulsión es atemporal y nada tiene que ver con el sexo biológico de la persona. En el caso de los hombres se les promueve desde pequeños el “coqueteo” y el ejercicio de su sexualidad para validar su hombría desde una perspectiva meramente mecánica y contable en muchos de los casos, de ahí lo aburrido y poco satisfactorio que puede tornarse el encuentro sexual.
No hay una cultura del gozo en el ejercicio de la sexualidad en hombres y mujeres. En el caso de las mujeres no hay un acompañamiento desde pequeñas al conocimiento, reconocimiento y valoración de nuestro cuerpo, como tampoco de nuestros órganos genitales. Nuestro conocimiento escolar es meramente descriptivo, desde la biología, no tanto desde el auscultarnos, mirarnos, sentirnos, autoerotizarnos, esto último indudablemente lo vivimos consciente e inconscientemente toda la vida pero con culpa y pensando que es algo sucio y pecaminoso según diversas religiones y culturas.
Honremos pues a nuestro cuerpo, en todo sentido, con apapacho, alimentos nutritivos, cremitas y masajitos. Agradezcamos y demos reconocimiento a cada parte que lo integran dentro y fuera, disfrutemos en tanto lo tengamos honrando a la vida misma.
¿Y tú de qué manera honraras a tu cuerpo?
Norma G. Escamilla Barrientos es licenciada en pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y tiene maestría en psicoterapia psicoanalítica por el Centro Eleia, A.C.