La situación mundial inédita ligada a la pandemia por covid-19 trastoca distintos espacios sociales y a las estructuras de creencias de las personas. Consecuencia de esto, se derivan una serie de reacciones en la sociedad que de manera peculiar se ubica al miedo a enfrentarnos en una situación cercana con las consecuencias de este contagio por covid-19.

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Este virus ha colocado a una parte de la población en una suerte de pánico constante pues nos enfrentamos a la vulnerabilidad propia de nuestra existencia humana, en donde la consecuencia última es morir. Esto se manifiesta de diferentes maneras en el medio social: extremando las medidas de limpieza de alimentos que consumimos u objetos que utilizamos, con un excesivo distanciamiento social que puede llevar a percibir a otra persona como alguien “peligroso” ya que nos podría contagiar, dispersión de noticias falsas como la divulgación de recetas milagrosas para prevenir o curar la covid, una actitud de acaparamiento de productos esenciales como comida y artículos de limpieza previniendo un posible desabasto, manifestaciones lamentables de violencia hacia personal de salud por identificarles como un posible factor de riesgo a contagio, hasta cadenas de oraciones, meditaciones, reflexiones de corte espiritual y religioso que en algunas ocasiones dan un refugio a las personas ante este miedo e incertidumbre.

Ante el cierre de espacios de reunión de las personas, debido a las medidas de distanciamiento social, los cultos y las religiones han tenido que recurrir a establecer reuniones virtuales con la feligresía,  y a reforzar sus acciones de propaganda que en la era de las redes sociales las plataformas digitales han servido de lazo comunitario para las personas creyentes de diferentes cultos.

Sabemos que en México tenemos una configuración de sociedad ligada en muchos aspectos a sus creencias religiosas predominantes, al día de hoy la religión católica sigue siendo la que registra más afiliación, seguida de diferentes religiones de corte cristiano, protestantes, evangélicas. Razón de lo anterior no se hicieron esperar las voces de algunos jerarcas de la Iglesia católica que declararon que esta situación pandémica era una repercusión de un “pecado social” debido a una inmoralidad que permeaba en el medio social, en particular hay quién se atrevió a mencionar que esta pandemia era una consecuencia de la lucha por los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTI+, retomando las recientes manifestaciones de mujeres en contra de la violencia del pasado mes de marzo.

Irresponsablemente, considero, estos jerarcas lanzan declaraciones sin pensar en las repercusiones en las familias y en la comunidad, ya que atiza la animadversión, la polarización.

Es sabido el proceso difícil en el plano de la lucha de las ideas que ha tenido que pasar una sociedad como la mexicana, constituida por una fuerte influencia del pensamiento católico-cristiano conservador en la adquisición de derechos fundamentales de las mujeres y de la población LGBTI+, y está situación se agrava en momentos en donde las familias, las personas se encuentran en los hogares conviviendo de una manera por demás intensa. La búsqueda de “culpables” de esta pandemia que hacen algunos representantes de un sector conservador, por supuesto coadyuva a la violencia dentro de los hogares que se registra en aumento en estos de días de confinamiento.

Existen algunos datos que comprueban que ciertos sistemas de creencias son útiles en la sociedad, ya que al encontrarnos en un estado de vulnerabilidad ante algo que no podemos controlar, las religiones dan un soporte de tranquilidad a las personas pues animan a pensar en que todo estará bien.

Por otro lado, el miedo, la ignorancia y una agenda política- ideológica muy clara, ocasionan rupturas del tejido social, una deseable solidaridad, empatía, diálogo y entendimiento que deberían premiar en momentos sociales tan difíciles.

Desde una perspectiva de derechos humanos, en particular aquellos que se relacionan con los sexuales y reproductivos, se observa como alarmante el que estas ideas en contra de los movimientos feministas y de la comunidad LGBTI+ se divulguen en la sociedad y los medios de comunicación, ya que lleva a la desinformación y a promover odio que se percibe en ciertos sectores sociales de corte conservador que se oponen a los derechos de las personas, las familias y su diversidad de expresiones.  

Tania Lizbeth Meléndez Elizalde                                                       

Twitter: @MelendezTania20

Socióloga, Maestra y Candidata a Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente en la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: Sociología de la Familia, Sociología de la Religión, Perspectiva de Género, Cambio social y cultura.