En México, las mujeres poseen una licencia obligatoria de 84 días naturales con goce de sueldo, así lo estipula la Ley del Seguro Social. En contraparte, el padre podrá tener acceso a cinco días laborales a través de un permiso que corre a cargo del empleador. Existe una clara disparidad en cuanto al derecho de ejercer la paternidad y maternidad de forma equitativa.

Las mujeres ejercen la maternidad desde el día uno; tácitamente la mujer es la encargada de todas las labores del cuidado del recién nacido y a la par, también desempeña los trabajos no remunerados del hogar. Durante esos 84 días, la mujer dedicará en su totalidad, su tiempo y descanso a las labores de casa, mientras que el padre cumple con el rol de proveedor y se desentiende de las labores que paternalmente, le corresponden. 

El Centro de Investigación en Política Púbica, señala que los permisos equitativos de paternidad fomentan la corresponsabilidad en el cuidado del menor desde su nacimiento, a la par, promueve una distribución justa en las labores del hogar. 

La paternidad responsable y las licencias cierran la brecha de género

Las licencias obligatorias y equitativas para los padres nos ayudan a trazar sociedades más justas y donde la repartición de labores y crianza sea compartida, el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO) retoma tres puntos clave para comprender la importancia de las licencias de paternidad en nuestro país. 

  1. Romper estereotipos de género: eliminar la creencia de que las mujeres son las únicas responsables y cuidadoras de los menores
  2. Distribuir el trabajo no remunerado del hogar
  3. Crear oportunidades para ambos, por ejemplo, cuando la madre desea ingresar a un nuevo empleo o iniciar algún proyecto

México posee un claro rezago en cuanto a las licencias de paternidad frente a otros países que extienden el derecho al padre para tomar hasta 19 semanas para dedicarse única y exclusivamente a ejercer la crianza, entre los cuales, se destacan países como Islandia y Noruega. 

Las prácticas arcaicas y el pensamiento instaurado de la maternidad, es un obstáculo muy grande en la sociedad mexicana que encadena a la mujer a la labor del hogar y a ser única partícipe en los cuidados del recién nacido. 

En Latinoamérica, países como Colombia o Argentina ofrecen una licencia de hasta 14 días naturales con goce de sueldo para los padres, que si bien no se convierten en el estandarte de lo ideal, nos permite cuestionar porqué nuestro país maneja únicamente cinco días y qué nos orilla a continuar replicando roles de género. 

Si bien, estos permisos corren por parte del empleador y en algunas ocasiones, el sector privado o gubernamental se ve más generoso con sus trabajadores, se trata de observar un privilegio que debería ser accesible para todos los hombres. ¿Por qué los funcionarios públicos tienen derecho a una licencia por 90 días con goce de sueldo y un obrero no?, todas las paternidades son valiosas y deben ser respetadas.

El camino a sociedades más equitativas lo construimos desde lo privado; en las familias y el hogar, por ello, nace esta necesidad de reconocer que el padre también es un actor activo en las labores del hogar, de crianza y cuidados. Las licencias de paternidad debe ser un derecho para todos, pues converge con más puntos positivos, como por ejemplo, aumenta la competitividad de la mujer en el mercado laboral, reivindica los roles de género, despoja la feminidad de la maternidad y crea hogares respetuosos.

El IMCO concluye con los siguientes puntos y hace un llamado al Gobierno Federal para reconocer la paternidad, un beneficio que nos compete a todos:

  1. Promover el conocimiento y aprovechamiento de los permisos de paternidad.
  2. Visibilizar y replicar prácticas internas que fomenten la corresponsabilidad de cuidados en el hogar. 
  3. Avanzar hacia permisos de paternidad que se parezcan cada vez más a las licencias de maternidad.