¿Alguna vez te has propuesto para dirigir un área y te dicen que te falta, no es suficiente o no estás preparada? A varias les ha pasado lo mismo. Diana trabajaba en el área de comunicación interna de un banco, cuando su jefa renunció ella se propuso para dirigir el área.
“Me dijeron que tenía todos los conocimientos pero que estaba muy verde”, cuenta para La Cadera de Eva. Diana tenía 25 años y estaba por cumplir cuatro dentro de la organización. Sin embargo, le sorprendía que hombres de su edad ya ocupaban cargos directivos.
¿Fue cosa de edad o de género? El estudio reciente realizado por la investigadora del CNRS francés, Clotilde Napp, de la Universidad Dauphine de París, y Thomas Breda, de la Escuela de Económicas de París, ha demostrado que existen estereotipos de género que perpetúan la creencia de que los hombres son más brillantes o intrínsecamente talentosos que las mujeres.
Según la investigación, cuando los hombres fracasan, lo atribuyen a factores externos como la mala suerte, pero cuando las mujeres no consiguen sus objetivos, se culpan a sí mismas y piensan que es por falta de talento o preparación.
Estas opiniones diametralmente opuestas no se basan en datos objetivos, como el rendimiento escolar, sino en el estereotipo de "brillantez", que asocia la genialidad a los hombres y presenta el talento como algo "inherente" al sexo masculino. Lo que ha afectado a las mujeres, no sólo en cómo son concebidas por sí mismas, sino que en espacios de trabajo también ha tenido repercusiones
SESGO DE GÉNERO
Según el estudio publicado en Science Advances, el estereotipo de "brillantez de género" podría estar expulsando a las mujeres de áreas dominadas por los hombres, como las tecnologías, la informática o las telecomunicaciones, que son, además, las que cuentan con los empleos mejor pagados.
Las conclusiones del estudio se basan en los datos del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) de 2018, que cada tres años se hace a estudiantes de 15 años de 72 países de la OCDE y de otros países en desarrollo.
El informe PISA evalúa los conocimientos en matemáticas, lectura y ciencias y de otros aspectos como la competitividad, la confianza en uno mismo o las expectativas profesionales de más de 500 mil alumnos que, en conjunto, representan el 80 por ciento de la economía mundial.
En la encuesta de 2018, PISA incluía la pregunta: "Cuando fracaso, ¿tengo miedo de no tener suficiente talento?". Al analizar las respuestas, y al margen del rendimiento escolar de los estudiantes, Napp y Breda descubrieron el impacto del estereotipo de la brillantez de género en la opinión de las niñas sobre su talento.
TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
En casi todos los países estudiados, encontraron que ante el fracaso, los chicos son más propensos a atribuirlo a factores externos como la mala suerte, pero cuando las chicas fracasan tienden a verlo como culpa suya debido al estereotipo generalizado de la brillantez de género.
De hecho, en 71 de los 72 países de la encuesta, las chicas eran más propensas que los chicos a atribuir su fracaso a la falta de talento, un estereotipo que era más fuerte en los países más desarrollados o más igualitarios en cuanto a género, y mayor entre los estudiantes de alto rendimiento.
Para Napp y Breda, este estereotipo podría ser la causa que frena a las mujeres a la hora de apostar por las carreras que se considera que requieren brillantez y podría estar relacionado con las diferencias de género mostradas por los estudiantes en las preguntas sobre competitividad, confianza y la disposición a trabajar en ocupaciones y sectores masculinizados como la tecnología, la informática o las telecomunicaciones.
En su opinión, estos estereotipos deberían considerarse más sistemáticamente como una posible explicación del techo de cristal que afecta a las mujeres.