La llegada de las mujeres al volante ha sido un triunfo del feminismo desde hace años. Antes se creía que la conducción era cosa de hombres; sin embargo, es un mito sexista que se ha roto. Los medios de transporte, y en este caso los automóviles, le dieron independencia y libertad a la mujer. La lucha se ha peleado en distintos momentos en cada país, por ejemplo, en Arabía Saudita fue hasta 2017 que la prohibición de manejar para las mujeres se eliminó.
Aún así, ¿por qué existen muchas mujeres que tienen miedo al conducir carreteras, en grandes ciudades, coches grandes o coches diferentes al suyo?, se cuestionó la periodista Julia Cañero en la revista digital Pikara. El volante no debería ser una cuestión de género, pero se convirtió en un tema cultural, educativo y profundamente patriarcal, señaló.
Los roles de género han definido aspectos sociales importantes; por ejemplo, desde la infancia los niños reciben aviones, coches y camiones para jugar, mientras que las niñas muñecas, bebés y/o productos de cocina. La movilidad no debería de ser un tema de género; sin embargo, desde edades tempranas se crea un sesgo sexista que impacta el futuro.
Es común que cuando los hombres cumplen la mayoría de edad, sino es que antes, reciben un auto de regalo, a diferencia de las mujeres, a las que se les educa en un entorno de precaución, miedo y cuidado fomentando una desconfianza interna, señaló la periodista.
Por otro lado, las mujeres que aprenden a manejar en edades tempranas también aprenden que al estar en pareja, en caso de ser heterosexuales, tendrán que permitir que el hombre tome el volante provocando que al paso del tiempo lo olviden o pierdan toda la práctica y junto a ello, seguridad al manejar.
En caso de ser una mujer al volante es común recibir insultos o agresiones de género, pero esto se debe al imaginario colectivo, explicó Cañero, porque a las mujeres se les permite manejar en pocas situaciones. Por ejemplo, una de ellas es cuando debe hacer el rol de chofer para sus hijos; recogerlos de la escuela o llevarlos a algún lugar.
A las mujeres se les cuestiona constantemente su capacidad para conducir, mientras que al varón se le adjudica como una capacidad innata; esta idea crea un imaginario colectivo y paternal donde el hombre siempre debe cuidar, suplir y ayudar a una mujer al volante, a pesar de tener mayor experiencia.
Actualmente, la industria automotriz sigue dirigiéndose a los hombres en su publicidad. La mayoría de los comerciales venden la idea de que con el auto perfecto se puede conquistar a una mujer hipersexualizada; sin embargo, los autos no debería ser un producto de género, sino una utilidad, señaló la periodista.
Muchas mujeres aún conducen con temor o miedo y no se sienten completamente seguras al volante, no tanto por su capacidad sino por los insultos, agresiones, presiones y prejuicios que reciben de forma constante.
A pesar de ello, muchas mujeres aún buscan conducir en condiciones de igualdad, señaló Cañero y erradicar la idea patriarcal que fomenta esta clase de agresión. La industria automotriz determinó que los coches eran un tema de varones, sin embargo, es una idea que se busca cambiar porque el conducir no debe ser cuestión de género, concluyó la periodista Cañero.
Con información de Pikara
asl