Históricamente, a las mujeres se les ha atribuido el cuidado de los hijos y el hogar; incluso, aunque actualmente la mujer sale a trabajar, sigue teniendo a su cargo lo correspondiente con la crianza y el trabajo doméstico. La desigualdad que esto representa impacta sobre ellas de diversas maneras, una de las cuales es la disponibilidad para encontrar un empleo remunerado con condiciones dignas.
La investigadora Luz Galindo explica cómo desde los roles de género a las mujeres se les han asignado dichas tareas que corresponden al espacio privado; mientras que a los hombres se les atribuye lo relacionado con el espacio público y, sobre todo, con el trabajo remunerado.
El principal obstáculo para las madres solteras es el factor económico, según el estudio “Madres solteras: estigma sexista desde el imaginario cultural: caso Universidad Técnica de Manabí”, desarrollado por los investigadores sociales, Gissella Andrea Mieles Anchundia, Fabián Gustavo Menéndez Menéndez y Jacqueline Coromoto Guillen de Romero. De tal manera que las mujeres jefas de familias monoparentales se ven obligadas a sobrellevar tareas tanto del espacio privado, como del público; así como a lidiar con expectativas sociales que parecen orillarlas a escoger entre trabajar menos o pasar menos tiempo con las y los hijos, señala el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
Según datos del Censo de Población y Vivienda 2020, el 72.3% (35.2 millones) de las mujeres de 15 años o más residentes en nuestro país, ha tenido al menos una hija o hijo nacido vivo, de ellas, el 7.0% son madres solteras:
- El 77.1% tienen hasta dos hijas o hijos nacidos vivos, el 20.4% entre tres y cinco y el 2.5% seis o más.
- En comunidades de 2 mil 500 habitantes o más, 2 de cada 10 mujeres mayores de 15 años son madres solteras; mientras que en localidades más pequeñas el número se reduce a una.
- El 3.2% no recibió educación formal, el 46.4% tiene educación básica, el 26% tiene educación media superior y el 24.3% tiene educación superior.
- La tasa de participación económica de las madres solteras es de 75.2%.
- El 27.9% de las madres solteras ocupadas en el mercado laboral tienen de 15 a 29 años; el 50.4% tienen entre 30 a 49 años y el 21.7% tienen 50 o más años.
Estas cifras van de la mano con la desigualdad de oportunidades en su vida personal y profesional, a pesar de que su voluntad y capacidad sean iguales a las de otras personas. El estigma que hay sobre las mujeres jefas de familias monoparentales perpetúa la discriminación en los ámbitos laboral, social y educativo; además de la consolidación de un sistema de control social.
En el estudio realizado en Manabí, Ecuador, se menciona que a las madres solteras se les ha considerado como la parte de una sociedad que no encaja, y que son víctimas de discriminación tanto por mandatos religiosos, como hasta por prejuicios sociales. Y es que, desde el imaginario cultural se ha presentado a la madre soltera como alguien que no cumple los roles sociales que le corresponden, incluso, los investigadores señalan que estos estigmas representan una violación al derecho de reproducción:
“Se puede indicar que el imaginario de las personas está netamente relacionado en que una mujer no puede ejercer voluntad cuando pasa al rol de ser madre soltera”.
Las mujeres que son madres no tendrían por qué dar explicaciones sobre su situación de maternidad y si son viudas, si están casadas legalmente, si viven en unión libre, si están separadas o divorciadas, si optaron por técnicas de inseminación artificial, si adoptaron, etc.
Los investigadores del estudio en Ecuador señalan que sus contextos, así como el apoyo con el que cuentan, inciden en su desarrollo personal y profesional. Las madres solteras visibilizan un proceso solitario cargado de discriminación. En este sentido, las redes de apoyo se vuelven espacios que, de acuerdo con el estudio, mejoran la vida de las mujeres jefas de familias monoparentales, quienes ejercen tres roles: la crianza de los hijos, las labores domésticas del hogar y el de proveedoras.