En México, las mujeres se hacen cargo del 73% del trabajo de cuidados no remunerados, esto de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esta desigualdad en los cuidados impacta sobre ellas de diversas maneras, una de las cuales es la disponibilidad para encontrar un empleo remunerado y con condiciones dignas.
Luz Galindo, académica especialista en perspectiva de género, políticas públicas y trabajo de cuidados, explica que a partir de la configuración del espacio como privado o público, se definen los ámbitos productivos y reproductivos de la sociedad. Es decir, cada uno abarca una serie de roles y estereotipos de género. Por ejemplo, en el productivo, se asocia a los hombres con el trabajo remunerado; mientras que a las mujeres se les asocian al ámbito reproductivo a cargo de trabajos no remunerados, como las tareas domésticas y los cuidados.
“La mayoría de los espacios fueron y han sido pensados por y para los hombres, no para las mujeres; así es como las ciudades han sido diseñadas desde las experiencias masculinas, en los que hay exclusiones, no sólo para las mujeres, sino para personas con discapacidad”, señala Luz Galindo para La cadera de Eva.
En este sentido, ha sido común que el espacio público no cuente con condiciones que favorezcan a las mujeres y a su incorporación a un trabajo remunerado. Es así que en nuestro país hay 21.5 millones de mujeres sin trabajo remunerado y 17 millones no pueden salir a buscar trabajo porque están realizando labores de cuidado y domésticas (sin remuneración), como explicó Paulina Gutiérrez en la mesa de diálogo “Frente a la exclusión de las mujeres, urge Sistema Nacional de Cuidados”, organizado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Por lo que si se busca una mayor participación de las mujeres en el trabajo remunerado es prioritario que estos posean una perspectiva de género, por ejemplo en la flexibilidad de horarios, las opciones de guarderías cercanas, capacitaciones y, sobre todo, que sean espacios seguros que cuenten con las prestaciones de ley.
Mujeres con trabajos remunerados
Las mujeres se enfrentan a una serie de obstáculos para adentrarse, permanecer y escalar en el mundo laboral, sin embargo, este 2023 las estadísticas mostraron que las mujeres recuperaron los trabajos que perdieron durante la pandemia e incrementaron los trabajos remunerados que existían antes de la Covid-19.
Esta situación se da a pesar de las jornadas de trabajo dobles (remuneradas y no remuneradas), así como al estancamiento en puestos medios y las violencias laborales. El techo de cristal, una metáfora que explica mucho mejor este escenario al referirse a obstáculos como la brecha salarial o la desigualdad en puestos de toma de decisiones, evita que las mujeres accedan a puestos altos en el ámbito laboral debido a una estructura institucional.
A la par de esta situación, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), arroja los siguientes datos del cuarto trimestre de 2022:
- El 46.2% de las mujeres mayores de 15 años son económicamente activas, a diferencia del 76.5% de los hombres.
- En cuanto al desempeño de trabajos subordinados son más mujeres que hombres, 73.9% y 71.3% respectivamente.
- En cambio, en trabajos independientes se invierten los papeles y hay un 28.7% de hombres a diferencia del 26.1% de las mujeres.
- Así mismo, son las mujeres quienes encabezan la informalidad laboral, con un 56.1%.
El trabajo de cuidados visto desde las estadísticas
Si se contabilizara el trabajo sin remuneración que realizan 17 millones de mujeres en México, equivaldría a 6.8 billones de pesos, es decir, el 26.6% del PIB. Esto es 2.6 veces más que el valor económico que aportan los hombres por su trabajo no remunerado. Durante 2021, según el IMCO, en nuestro país se dedicaron 2 mil 951 millones de horas semanales al trabajo sin remuneración. Sin embargo, este no se distribuyó de manera igualitaria entre sexos. Las mujeres mexicanas pasan el 64% de su tiempo ocupadas en trabajos del hogar o de cuidados, es decir, 40 horas a la semana, que es casi una jornada de tiempo completo (48 horas).
En el conversatorio “Contar y visibilizar. Las estadísticas de género y de cuidados impulsadas por el INEGI e INMujeres”, se abordó la importancia de contar con datos estadísticos que permitan un rediseño de las políticas públicas y visibilicen las brechas de género. En este sentido, en México contamos con cuatro instrumentos que arrojan estadísticas a favor de los derechos de las mujeres:
- La Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)
- La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE)
- La Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT)
- La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS)
Los datos que han arrojado estas encuestas han permitido, desde la gestión de las políticas públicas, gestionar la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, el cual propone que el Estado garantice el derecho al cuidado digno, a que el trabajo de cuidados sea una corresponsabilidad entre hombres y mujeres, la familia, la comunidad y el mercado; así como a que el Estado reconozca, garantice y proteja el derecho al cuidado, así se mencionó durante el conversatorio sobre las estadísticas del INEGI e INMujeres.