La publicidad de las pruebas de embarazo caseras se han enfocado a resaltar la privacidad, autonomía, conocimiento del propio cuerpo y rapidez que una mujer puede obtener al utilizarlas. Durante años han sido una herramienta para muchas, sin embargo, ¿qué sucede cuando una persona no es capaz de leer el resultado? 

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Sarah Clark es una mujer de 40 años que no pudo leer los resultados de su prueba de embarazo casera porque es ciega y fue su amiga, quien le dijo que era positivo su resultado, relató el reportaje de Alexandra E. Petri en el New York Times. 

Durante seis años recorrió, junto a su esposo también ciego, un largo viaje de innumerables pruebas caseras, pérdidas de embarazo y tratamientos de fertilidad hasta tener a su hija, que ahora tiene tres años y medio; no sin antes expresar su frustración por la falta de privacidad en el proceso. 

“Las pruebas de embarazo son algo tan personal y privado. Sentí que la información me pertenecía y no debería haber tenido que compartirla con nadie más si no hubiera querido", compartió Clark para el New York Times. 

PRODUCTOS POR LA INCLUSIÓN

Las mujeres ciegas o con discapacidad visual dependen de terceros para utilizar dichas pruebas ya que el resultado es únicamente leído por personas videntes resultando una situación incómoda o invasiva.  

Sin embargo, en octubre de 2019, con el objetivo de conectar a agentes profesionales con mujeres ciegas o con discapacidad visual Clearblue se asoció con Be My Eyes y asesoró a las mujeres que usaran sus productos para la inclusión. 

Algunas mujeres también afirmaron usar Seeing AI, que funciona por medio de la cámara de un teléfono inteligente y describe de forma auditiva una imagen. Sin embargo, aplicaciones como esta invisibiliza la necesidad de desarrollar productos con diseños más inclusivos. 

Por esa razón, el Real Instituto Nacional de personas Ciegas de Reino Unido presentó un prototipo de prueba de embarazo casera táctil con el fin de crear conciencia a favor de la inclusión y privacidad. 

El prototipo, creado por Josh Wasserman, cuenta con la prueba de orina más grande que la convencional y presenta panales de color amarillo brillante y rosa para que mujeres con debilidad visual puedan detectarlo. También funciona con sensores de tecnología existentes que transmiten la información a base de golpes táctiles, facilitando la forma de uso para todas las personas. 

El desarrollo de este producto fue parte de la campaña Design for Everyone con el objetivo de demostrar que la inclusión se puede lograr si cada empresa se ocupa en adoptar todos los enfoques y necesidades proporcionando soluciones a todas las personas, a pesar de ser parte de las minorías. 

Con información de The New York Times 

asl