El apellido de la mujer cambiaba cuando se casaba, hasta hace poco la generación boomer se cambiaba el apellido al de su esposo, incluso cuando enviudaba también se lo cambiaba. Incluso, pese a heredar el apellido del padre, se cambiaba al del esposo, es decir, prevalecía el apellido del hombre.
La costumbre de cambiar el apellido es de la Edad Media, la mujer pasaba de la casa paterna la conyugal como si fuera una cosa, dice la editora de la revista Algarabía, María del Pilar Montes de Oca. Este cambio simbólico si tenía un impacto de poder, era que ahora el hombre, en este caso el marido, tendría poder sobre la mujer.
Aunque sea una tradición de hace mil años, aún sigue aplicando en Estados Unidos, donde se nombran a las mujeres como Mrs. Jhon Smith, es decir, señora John Smith, explica en su columna la lingüista Montes de Oca. Tenemos el caso de mujeres que han llegado a puestos de poder con el apellido de sus esposos, como es el caso de Hillary Clinton o Michelle Obama y otras que aún usan el de su primer marido —aunque hayan tenido otros después— como Demi Moore.
La fórmula que explica María del Pilar Montes de Oca en su columna es: se queda el nombre de la mujer, más el apellido paterno, se agrega el “de” y se suma el apellido del marido y queda un nombre algo así: Elvira Quiroz de Ramírez y en cado de enviduar, se modificaba a Elvira Quiroz viuda de Ramírez.
¿En qué otros países se cambian el apellido?
En Rusia y países eslavos, los recién casados se pueden cambiar el apellido, lo que se usa es que se tome el apellido del hombre en su versión femenina, esto podría ser: Gorbachev sería Gorbacheva, la esposa de Ostrovskiy sería Ostrovskaiy. En el caso de Putin quedaría igual, la transformación en sí misma nos da una explicación.
Aunque no lo crean, en los países de Oriente, que son considerados Estados machistas, las mujeres conservan sus apellidos y no es necesario que se lo cambien al de sus esposos.
En Estados Unidos, la mayoría de mujeres adoptan el apellido de sus maridos cuando se casan. En concreto un 70%, según uno de los análisis de datos más exhaustivos en los últimos años.
En Reino Unido, esa cifra asciende a casi un 90%, según datos de 2016. Y el 85% de esas mujeres tiene entre 18 y 30 años, lo que podría parecer una paradoja.
Afortunadamente en México, debido por el INE, el documento legal que nos permite votar, las mujeres conservan sus apellidos de nacimiento desde su origen, aunque se sigue conservando el apellido del padre, aunque ésta ya es otro tema.