El denominado feminicida serial de Atizapán confesó haber asesinado alrededor de 30 mujeres desde hace 20 años. En la investigación, la Fiscalía del Estado de México reveló que se han encontrado más de mil restos. ¿Por qué hasta ahora fue procesado?

De los restos encontrados en su domicilio, se han identificado a tres víctimas, entre ellas a Reyna González por quien se destapó el caso; Rubicela Gallegos que desapareció en julio del 2019 y Flor Nínive quien también desapareció en 2019.

En el caso de Nínive su familia creía que había decidido “ir hacer otra vida”, fue a través de las noticias como se dieron cuenta que había sido una de las víctimas de Andrés “N”.

El esposo de Reyna González fue quien destapa el caso, después de ir a buscar a su pareja a casa de Andrés "N", a quien consideraban amigo de la familia.

¿POR QUÉ NO SE VINCULÓ DESDE ANTES?

Andrés “N” podía pasar desapercibido, incluso una de sus conocidas decía que le costaba trabajo defenderse. Sus vecinos lo han descrito como amable, de acuerdo con entrevistas que ha desarrollado La Silla Rota y La Cadera de Eva.

En entrevista con María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (ONCF) expresó sus dudas respecto a la denominación de Andrés “N” como asesino serial, ya que no se han hecho las investigaciones suficientes para vincularlo como tal.

Sí, tenía amigas y las escuchaba; hasta ahora no hay un patrón de comportamiento que defina a Andres “N” como asesino serial.

“Cuando se trata de hablar de un crimen serial, estamos hablando de una total impunidad. No es posible matar por tanto tiempo”, dice María.

¿ENFERMO MENTAL?

“Los asesinos no son enfermos mentales, son asesinos que han sido arropados por autoridades negligentes, tienen una carta abierta, hay una permisibilidad porque no se investiga”, explicó María de la Luz Estrada tras responder por qué no se había investigado  antes el caso.

Para hablar de perfiles de asesinos seriales hay que desarrollar más la investigación y encontrar vínculos entre los casos. Estos perfiles de psicópatas se desarrollan con frecuencia en Estados Unidos, sin embargo, no nos ayudan a entender el fondo del problema, de acuerdo con Estrada.

“Quisiera saber si en la carpeta de investigación ya se tomaron las pruebas de ADN, se tiene que comprobar si el tipo las mató o si está vinculado a otra redes porque así operan”, señaló María de la Luz.

La coordinadora del OCNF explicó en México existen casas de seguridad donde se destajan a las mujeres.

“Habría que saber cuál era el sentido. Para hablar de un asesino serial hay que entender cómo operaba, como ha sido el caso del asesino de Tlalpan quien elegía a sus víctimas y desde antes las contactaba”.

“Estamos frente a procesos de investigación débiles que permiten asesinos seriales, es posible que un tipo  mate a varias mujeres porque sabe que no lo van  investigar y las familias no cuentan con los elementos para saber qué pasó con sus hijas”, explica la coordinadora.

“Tengo dudas de que actúen solos”. En el proceso de investigación que ha llevado a cabo el Observatorio, sólo una vez se han encontrado con un caso de un asesino serial, fue el ‘Mata novias’, a través de investigaciones fue como resolvieron el caso de Campira Lisandra, quien fue su tercera víctima.

El hablar de asesinos seriales o monstruos oculta el proceso de impunidad, como bien explicó María de la Luz, permite que las autoridades ensalcen su trabajo, tratando, en cierto sentido mediatizar la situación para mostrarse como “héroes”, de acuerdo con Estrada.

Por otro lado, los medios apoyan estas narrativas, sin permitir ver la gravedad de la cultura machista que permea en México donde asesinan a diario a 10 mujeres, según datos de la ONU.

“En México tenemos una estructura machista, de impunidad donde no se investiga, donde dicen que seguro se fue con el amante”, dice la experta.