No hay día del que no se hable del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. Fue dirigente del Consejo Estudiantil Universitario (CEU). Tuvo una banda de rock llamada “Cantera”, mismos que formaron el grupo de Santa Sabina y la Gusana Ciega. ¡Fue telonero del grupo Caifanes y sale en la portada de la revista Quién!
¿Qué más le podemos pedir? ¡Es subsecretario de Salud! Y combate la epidemia de covid-19. López-Gatell reúne diversas cualidades que lo convierten en un personaje único.
Según la encuesta de Enkoll, en esta emergencia sanitaria el funcionario más confiable en el país es López Gatell con 44% de aprobación, superando por mucho al presidente López Obrador, quien sólo obtuvo 9%.
La gente que lo conoce se ha referido a él como honesto, comprensivo e integro, incluso aseguran que “estamos en buenas manos”. La gran aceptación del subsecretario no sólo lo evidencian los medios, quienes a diario sacamos información de él, ya sea con temas de salud o de su vida privada; también los usuarios de redes sociales han creado memes, stickers o videos de reguetón de él.
La semana pasada, en La Cadera de Eva publicamos el texto ¿Por qué amamos a López-Gatell, el hombre que nos tiene en cautiverio? Del cual recibimos críticas, réplicas y un montón de shares. El comentario que nos llamó la atención fue ¿por qué romantizan a López-Gatell si sólo está haciendo su trabajo?
Así es ¿por qué lo romantizamos?, si sólo está haciendo lo que tiene que hacer, informarnos y hacerse cargo de la epidemia, por ello es el subsecretario.
En entrevista con Yair Maldonado, coordinador de posicionamiento público de Gendes, organización que estudia las masculinidades desde una perspectiva de género, nos dijo que vemos en López-Gatell características que por lo regular no están presentes en un funcionario público.
“Nuestra referencia de políticos, el epítome del político mexicano sale a relucir en los debates, este golpeteo, esta defensiva y agresión hacia los demás, Gatell no es así. Él ha logrado participar con los tres partidos de México, sin inmiscuirse en ataques; rompe con el esquema del hombre político. Su masculinidad tiene que ver con la identidad que ha creado, desde la empatía en su posición como trabajador de la salud”, dijo Maldonado.
Es que la empatía en esta crisis global es la que ha posicionado a las figuras públicas. Nada más pensemos en Jacinda Ardern, ministra de Nueva Zelanda, quien también se ha caracterizado por tener la confianza de los neozelandeses, quienes se sienten seguros con sus decisiones.
La “masculinidad alternativa” que muestra el subsecretario está ligada a la figura de su padre, Francisco López-Gatell Trujillo, quien llegó al puerto de Veracruz huyendo del franquismo; se dice que era tan sensible que lloraba cuando veía a los familiares de los enfermos dormidos en el piso del hospital.
¿Por qué le llamamos Gatell, si primero es López?
La forma en la que nos referimos al subsecretario, también ha sido cuestionada. Miguel Cane, escritor y crítico de cine cuestionó en Twitter ¿por qué no lo llaman por su primer apellido? ¿Por qué siguen apapachando su complejo clasista?… Pero, ¿su complejo o nuestro complejo?
¿Por qué le dicen “Gatell” cuando su primer apellido es López? ¿Por qué le siguen apapachando su complejo clasista?
— Miguel Cane ?????? (@AliasCane) April 18, 2020
Sí, está haciendo su trabajo, entonces ¿por qué está ocupando espacio en la agenda mediática? Debemos de reconocerle sus habilidades de comunicador, dijo en entrevista el analista político José Antonio Crespo.
“Una ventaja es que explica muy bien, que se le entiende, es articulado. Habilidades que no siempre vemos en los políticos y funcionarios. En temas políticos, médicos, científicos a veces cuesta trabajo comprender su especialidad, incluso su forma de ser y expresarse, inspira confianza, se ve sencillo”, explicó Crespo.
Por otro lado, el experto en análisis de imagen política, Marco Porras señaló que para ser un líder político lo que se necesita es un buen manejo del escenario, además de las habilidades de orador necesita conocer a su auditorio.
“La gente va a percibir no sólo lo que dice, sino lo que emana de él. En el caso de López-Gatell es su discurso, entonación, ropa y aspecto pulcro. En tiempos de crisis necesitas quien te escuche, te informe, te calme y es lo que el subsecretario de salud está haciendo”, señaló Porras.
“En su discurso está educando. En un país donde la educación es una distinción, que López-Gatell explique temas complejos genera empatía”, dijo Porras.
Sin embargo, no debemos olvidar el papel del subsecretario de salud en la epidemia H1N1, hace once años, quien en ese entonces fue director general adjunto de Epidemiología en la Secretaría de Salud. El papel del ahora subsecretario de Salud fue retirado del cargo por Felipe Calderón ya que estaba en contra de la aplicación de pruebas a gran escala y el informe estadístico que se le encomendó no cuadró.
Crespo compartió que la confianza que le tenía a López-Gatell desapareció cuando justificó las giras de López Obrador diciendo que “el presidente tenía una fuerza moral, no una fuerza de contagio”.
Mientras tanto, ¿el subsecretario podría aspirar a un cargo de mayor poder en un futuro?, para Crespo habría una posibilidad si salimos bien de la crisis y nos da bien los datos.