Cuando se piensa en la cárcel en ocasiones nos remitimos solamente al espacio, al lugar, en el sistema carcelario o a las personas privadas de la libertad, pero resulta de importancia el indagar ¿qué pasa afuera de la cárcel? ¿Qué pasa con las personas que son familiares o personas cercanas a quienes están adentro?
Algunos datos revelan que: “El 95% de la población interna en los reclusorios del país son varones, y quienes los visitan corresponden a un 80% mayoritariamente mujeres” (Centros de Readaptación Social de la Ciudad de México y el Estado de Morelos para conocer a las personas que visitan los reclusorios, 2014).
Las personas privadas de la libertad pueden ser visitadas por las personas que así lo deseen, siempre y cuando se pase por un proceso de validación implementado por el sistema carcelario. Pero es de resaltar que, en efecto, en un día de visita común, lo que más se observa alrededor de los centros de readaptación social son mujeres.
Estas mujeres suelen ser las mamás, hermanas, hijas, tías, novias, esposas, amigas, entre otros lazos que puedan establecerse. Esto nos habla de que son mujeres que deciden no abandonar a la persona privada de la libertad —PPL—, por lo tanto, se encargan de cuidar a sus seres queridos en la medida que les es posible.
¿Por qué la gran mayoría de las personas que visita y están al pendiente de las personas privadas de la libertad son mujeres?
A partir de los mandatos de género a las mujeres se les han enseñado a cuidar; a partir de ubicar a las mujeres como maternales, cariñosas, atentas a las necesidades de las otras personas, se les ha asignado el cuidado y la protección de sus familias; no obstante, a las situaciones adversas que enfrentan.
Como dice (Lagarde, 2003) la sociedad coloca estos roles a las mujeres, trabajar invisiblemente en los deseos y necesidades de otras personas, de tal forma que llega un momento en que lo hacen por deseo propio.
Las mujeres que asisten los días de visita, por el hecho de estar en el contexto carcelario, socialmente reciben rechazo, discriminación y una estigmatizacion similar al que reciben las personas a las que visitan en la cárcel. Ellas por supuesto, sin haber cometido delito alguno, pagan de alguna manera, un cierto tipo de condena también en su vida cotidiana. Reciben distintos tipos de exclusión de las personas con las que se relacionan, en sus trabajos, en los barrios que habitan reciben señalamientos, como si ellas hubiesen cometido delitos. Pareciera que se paga paralelamente el delito dentro y fuera de la cárcel.
El acudir a los días de visitas, les implica a las mujeres gasto económico, físico, emocional, lo cual perjudica sus relaciones afectivas, familiares, laborales, sociales; sin embargo, estas cuestiones no son impedimento para que ellas continúen cuidando, manteniendo y siendo un pilar vital para las personas privadas de la libertad, pues son estas mujeres quienes proveen de productos de necesidad básica, alimento, ropa, calzado, dinero y cariño a sus seres amados que están en cautiverio.
¿Por qué hablar de las mujeres que acuden a los días de visita y de lo que esto implica?
Al hablar de las mujeres que acuden a los días de visita en los centros de readaptación social visibilizamos y reconocemos la importante labor que ellas realizan. Por otro lado, queremos evidenciar los estigmas sociales que ellas cargan fuera de la cárcel, sin haber cometido algún delito, parecería que la sociedad se encarga de darles un castigo. El hecho de que estas mujeres se encuentran inmiscuidas en el contexto carcelario no da razón a que sigan siendo estigmatizadas por el resto de la sociedad. Los días de visitas mismos, son procesos tortuosos, en los que se tienen que atravesar una serie de obstáculos y violaciones de derechos para poder realizar las visitas, lo cual, contribuye a que las mujeres se encuentren cautivas estando libres.
Tania Lizbeth Meléndez Elizalde
Twitter: @MelendezTania20
Socióloga, Maestra y Candidata a Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente en la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: Sociología de la Familia, Sociología de la Religión, Perspectiva de Género, Cambio social y cultura.
María Guadalupe Norberto Jacobo
Twitter: @MariaNorberto03
Egresada de la licenciatura en Sociología en la FES Aragón UNAM. Actualmente realiza su servicio social en el programa “La Ciudad desde el género”. Interesada en temas de sociología con perspectiva de género, cultura, derechos humanos, sistema penitenciario.