La mayoría de las mujeres están familiarizadas con la menopausia, pero pocas conocen la perimenopausia. Se trata del tiempo durante el cual el cuerpo produce la transición a la menopausia, este periodo marca el final de los años reproductivos.
A muchas mujeres les resulta una sorpresa descubrir todas las afecciones que pueden empezar a manifestarse muchos antes de la menopausia. Se estima que hay más de 30 síntomas de la perimenopausia, entre los cuales se encuentra el ardor de boca u hormigueo bajo la piel.
De acuerdo con expertos, la mujer promedio comenzará el periodo perimenopáusico alrededor de los 47 y 51 años.
"He visto en mi práctica clínica a mujeres de 30 o 40 años que presentan síntomas claros de menopausia, aunque exámenes objetivos (recuento de óvulos, etc.) no parecen mostrar que estén tan cerca", dijo Mundo Nanette Santoro, profesora de obstetricia y ginecología de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, que investiga los síntomas de la perimenopausia y la menopausia a la BBC.
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Pero, ¿cuáles son los síntomas de la perimenopausia? Los síntomas van desde los bochornos y la resequedad vaginal, hasta impacto en el ánimo y el cerebro.
Los síntomas que aparecen con más frecuencia son:
Reglas irregulares: la menstruación puede espaciarse, tener lugar más seguido, con mayor o menor sangrado, hasta que finalmente desaparece.
Bochornos: una suerte de calor repentino e intenso en la cara y la cabeza se extiende al resto del cuerpo y se prolonga por unos pocos minutos hasta desparecer tan rápidamente como vino.
Sudoraciones nocturnas: hacen que una mujer se despierte en medio de la noche empapada en transpiración.
Atrofia urogenital: un problema que, según le explica a BBC Mundo Paula Briggs, especialista en salud sexual y reproductiva, y presidenta de la Sociedad Británica para la Menopausia, "sufren el 80% de las mujeres" y "afecta la calidad del tejido genital". Esto causa sequedad en la vagina y puede provocar dolor e irritación durante el coito, así cómo un incremento en la necesidad de orinar y de las infecciones urinarias.
Disminución de la fertilidad.
Pérdida de densidad ósea: el cuerpo pierde masa ósea con más rapidez de la que la recupera, lo cual aumenta el riesgo de osteoporosis.
Aumento de peso y cambio en su distribución de la grasa: "Hay un aumento de peso sin que haya aumento de la ingesta o disminución del ejercicio físico. Y la distribución del tejido adiposo se parece más a como se distribuye en los varones, acumulándose en la zona central", le explica a BBC Mundo Nicolás Mendoza, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada y presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. "Es una adiposidad tipo manzana, cuando la adiposidad de la mujer tiende a ser tipo pera".
Otros: muchas mujeres también notan pérdida de cabello, fragilidad en las uñas, dolores de cabeza y musculares, palpitaciones y calambres.
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Prevención y tratamiento de la perimenopausia
La perimenopausia no se puede evitar, ya que es la etapa de transición hacia la menopausia, un proceso natural que ocurre en el cuerpo de las mujeres. No obstante, si se pueden tomar medidas preventivas para no presentar una menopausia temprana.
Además de adoptar un estilo de vida saludable, existen algunos consejos que se pueden seguir para atravesar la perimenopausia de forma más llevadera:
1. Tomar el sol.
Es recomendable exponerse durante 10 o 15 minutos al día. “Sin protección solar, aunque nunca durante las horas centrales del día y sin mostrar el rostro, debido al riesgo de aparición de manchas, ya que las cremas bloquean el metabolismo de la vitamina D”, explica la doctora Petersen. Asimismo, señala que los niveles bajos de esta vitamina se relacionan con mayor incidencia de esterilidad, menopausia precoz y osteoporosis.
2. Cuida la alimentación.
La dieta también es fundamental para que se retrase lo máximo posible y que sus síntomas sean lo más leves o ‘llevaderos’ posibles: “Debe ser rica en frutas, verduras, legumbres y pescados como el atún o la sardina, para aportar al organismo antioxidantes, omega 3, y vitaminas C, D y E”, señala la especialista de Sanitas. Además, la doctora desaconseja un consumo excesivo de carnes rojas y alimentos muy picantes o condimentados.
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3. Aléjate de los químicos.
Sustancias que se encuentran en jabones, productos de limpieza, plásticos… que actúan como disruptores endocrinos confundiendo a las hormonas, por lo que aumentan los niveles de estrógenos y el números de ciclos menstruales, con lo que la reserva ovárica se agota antes.
6. Haz ejercicio regular.
Hacer ejercicio aeróbico con regularidad puede ayudar a mejorar la circulación y disminuir los sofocos, según indica Petersen: “Lo ideal es ir a nadar o caminar a paso rápido, sin llegar a correr para no sobrecargar el suelo pélvico ni que las articulaciones sufran grandes impactos”.
7. Descansa.
En este sentido, la experta de Sanitas recomienda practicar yoga durante la tarde para relajarse y dormir mejor, evitar las cenas copiosas o ‘atracones nocturnos’, dormir con ropa de algodón y mantener la habitación bien aclimatada. “Las infusiones a base de melisa, trébol rojo, trébol verde y salvia también ayudan a disminuir el número de sofocos y a conciliar el sueño”, sentencia.
También debe obviarse el consumo de bebidas con gas o agua las 2 o 3 horas previas a acostarse, para no castigar el suelo pélvico y así prevenir las fugas de orina durante la noche.
Con información de: BBC y La Vanguardia