La revictimización, negarte algún tipo de servicio, la discriminación o cualquier tipo de acción que impida ejercer tus derechos como mujer, también es violencia por parte de los actores del Estado.
La violencia contra las mujeres también se ejerce desde un plano institucional. Al tratarse de una problemática estructural, que afecta todos los ámbitos de la vida social de las mujeres, fue necesario nombrar de forma específica este tipo de violencia, que es más común de lo que se piensa.
Cuando hablamos de instituciones nos referimos a prácticas, hábitos o costumbres sociales que forman parte de la vida diaria de las personas. Por ello, pueden ser de carácter formal o informal, pueden partir de disposiciones legales o morales y pueden tener un lugar físico donde se llevan a cabo las actividades o, simplemente, formar parte de los consensos sociales.
Hacer referencia a la “institución patriarcal” es nombrar al patriarcado, es decir, el tipo de organización social que dota de poder al varón sobre la mujer. En este sentido, la familia, que ha sido señalada por muchos teóricos como una institución primaria, es una institución patriarcal, porque en muchos casos es el padre de familia quien ejerce el poder sobre la esposa y los hijos e hijas.
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No obstante, la violencia patriarcal también se ejerce en las instituciones gubernamentales, donde a pesar de la inclusión de las mujeres en las últimas décadas, la violencia machista continúa presente.
¿Qué es la violencia institucional contra las mujeres?
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), define a la violencia institucional como:
“Los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia”.
De acuerdo con información de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la violencia institucional contra las mujeres se hace visible cuando una persona denuncia ser víctima de algún tipo de violencia o denuncia haber sido despojada injustamente de sus derechos y las instituciones no proporcionan el trato digno que se debe.
También, este tipo de violencia está presente cuando las autoridades toleran la vulneración de los derechos de las mujeres o participan en complicidad con los agresores.
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Asimismo, la CNDH señala que aquellos que pueden ejercer la violencia institucional contra las mujeres son:
“La Policía, el Ministerio Público, los jueces y los magistrados de tribunales, las autoridades escolares o cualquier otro agente de autoridad por acciones u omisiones que violente tus derechos y/o atenten contra tu dignidad e integridad personal y familiar”.
En el texto “Violencia institucional contra las mujeres”, la CNDH afirma que se vive violencia institucional en cualquiera de los siguientes casos:
Capturas de pantalla del documento "Violencia institucional contra las mujeres" de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Ejemplos de violencia instiucional contra las mujeres
De acuerdo con la organización Amnistía Internacional, la violencia institucional supone la acción u omisión de organismos del Estado en cuanto a proteger y garantizar a los ciudadanos y el ejercicio pleno de sus derechos humanos. Este tipo de violencia también involucra actos tales como el asesinato, el aislamiento y la tortura, que sean perpetrados por funcionarios púbicos.
Recientemente la presidencia municipal de Tlapa de Comonfort, Guerrero pidió disculpas públicas a la feminista y defensora de derechos humanos Yndira Sandoval, quien en septiembre de 2017 fue detenida por policías municipales que la trasladaron a la Comandancia Municipal de Tlapa de Comonfort, Guerrero, donde fue intimidada por dos mujeres policías y agredida sexualmente.
El caso de Yndira Sandoval es un ejemplo de violencia institucional, donde dos personas pertenecientes a la policía municipal la amedrentaron, vulneraron su integridad y actuaron en contra de sus derechos humanos.
La violencia institucional no solo afecta a las mujeres individualmente, también las afecta en colectivo. La impunidad provocada por la violencia institucional hace que las mujeres no acudan a denunciar porque temen ser revictimizadas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), el 99.7% de los delitos de hostigamiento, abuso sexual y violacion en México no se denuncian. Esto se debe en gran medida, a que las víctimas no tienen confianza en las autoridades porque el Estado carece de perspectiva de género y constantemente las mujeres que acuden a una fiscalía para denunciar se enfrentan a un proceso de revictimización por parte de los funcionarios públicos. Esta revictimización también es violencia institucional contra las mujeres.